Recorro el pueblo junto a Scott quien no deja de fastidiarme, no obstante, yo solo lo ignoro como tengo por costumbre.
—Déjame ver si recuerdo... —Scott pone su dedo sobre sus labios como tratando de hacer memoria más yo lo miro hastiada—. Te gusta el helado de coco —afirma con autosuficiencia por lo que entorno los ojos.
—¿Qué? ¿Quieres el premio Nobel porque adivinaste mi sabor de helado favorito?
—No lo adiviné, lo sé.
—¡Gran cosa! —espeto fastidiada, no entiendo por qué la presencia de Scott me es tan molesta. Nos sentamos en una banca del parque a degustar nuestros helados. El mío es de coco y el de Scott de ron. ¡Alcohólico!
—Para que veas que estoy atento a ti. —Me sonríe como si fuera un niño especial. ¿De verdad cree que eso es ser seductor? ¡Imbécil!
—¡Daniel! —¿Ah? ¿Quién es la rubia oxigenada que lo llama? Miro a Scott quien se ha quedado sin palabras. ¡Ni que fuera miss universo! ¡Tarado de mierda! Lo remuevo para que reaccione, cierre la boca de idiota y deje de mojar el piso con su asquerosa baba.
—C-Camile... —balbucea el tonto este y la top model sonríe triunfante.
—¿Quién es ella, Daniel? —La tipeja hace un puchero y me mira de forma despectiva. ¿Quién se cree que es la muñeca falsa esta?
—Ella es mi vecina, nadie especial... Solo le hago compañía porque es nueva en el pueblo y está sola.
Ok... No es que me importen las palabras del idiota aquí presente, no obstante, es irritable lo asqueroso y mentiroso que es. Solo piensa con su diminuto palito. ¡¡Idiota!! Yo no necesito de su estúpida compañía.
—Entiendo... —La cuchi delicada de cabellos de muñeca barata me mira de arriba abajo—. Chicas como esta ruegan por compañía, qué mal que estés con ella, yo quería aceptar tu invitación a salir.
¡¿Qué?! Zorra desgraciada, solo lo hace porque cree que estamos en una cita, estoy segura que no le interesa salir con él.
—No te preocupes, ella sabe el camino de vuelta a casa, ¿cierto, Logan? —Scott me mira con ruego, por mi parte siento mis ojos arder. ¿Acaso están irritados? Asiento con desgana y él me da un giño como agradecimiento. Lo veo desaparecer con la imitación de Barbie y miro mi helado, entonces me levanto de mi asiento y me dirijo al zafacón, tiro mi postre y me marcho cabizbaja.***
—¿Qué vas a estudiar, Madison? —Mi abuela me pregunta mientras sorbe su café. Me encojo de hombros y la miro directo a los ojos.
—Educación sexual —respondo con naturalidad y mi padre escupe su café manchando el mantel blanco de la abuela. Vaya, quedaré huérfana.
—¡Manuel Alexander Logan Pancritufo! —Mi abue ha mencionado todos los apellidos, mejor salgo de aquí antes de salir perjudicada yo también. Por cierto, sí, el apellido de ella es raro.
Corro hacia la salida y mis ojos se encuentran con los de Scott. Sigo mi camino ignorando al puto este, pero él me ¿hala por el brazo? ¿Acaso quiere morir?
—Quita tus sucias manos de encima de mí —escupo como gata rabiosa, de verdad no entiendo mi enojo, pero que me importa, este chico es irritante—. Sabrá Dios donde las tenías puestas.
—Te puedo decir dónde si quieres. —¡Asco! Esa sonrisa de puto me está colmando la paciencia.
—No, gracias. Aunque es obvio donde las tienes todo el tiempo, me imagino que esa es tu única experiencia sexual.
Scott se parte en carcajadas. Este chico es raro.
—Estoy seguro de que tengo más experiencia que tú... Por ejemplo, anoche... ¡Camile sabe cómo moverse!
¡Ahhhh! ¡Voy a vomitar y a golpear a alguien!
—¡Eres un puto! ¡Cerdo! ¡Te odio, Scott!
—¡Espera, Logan! —Scott me sigue y apresuro el paso. No lo soporto y no quiero siquiera verlo.
—¡Suéltame, tarado! —grito mientras golpeo su pecho. Vaya, esto me recuerda a las novelas mexicanas.
—¿Estás enojada conmigo? —pregunta "preocupado" razón por la que me río en su cara.
—Tu presencia me molesta, es solo eso.
—Ummm... No recuerdo haber hecho algo que te incomodara.
¡Cínico! ¡Descarado! ¡Lo odio!
—Scott, el simple hecho de que existas me incomoda. —El muy idiota sigue haciendo memoria ignorando mis palabras.
—¡Ya sé! Estás enojada porque me fui con Camile —espeta como si hubiera hecho el gran descubrimiento del año mientras yo lo miro con ganas de matarlo.
—¡No eres tan importante, Daniel Scott! —¡Rayos! ¿Por qué lo llamé por su nombre completo?
—¡Admítelo! —Me apunta con su sucio dedo—. ¡Estás celosa!
Ok... Me va a dar el soponcio… Sin embargo, opto por reírme como loca. ¡Este chico es muy gracioso!
—Ni en tus más imposibles sueños fantásticos, yo, Madison Logan estaría celosa de un asqueroso escarabajo como tú. No te creas tanto, Scott. —Bien, creo que me pasé un poquito..., pero su cara de cachorro herido vale la pena... o… eso creo.
—Lo sé —Scott dice en un tono que casi me carcome la consciencia, el tonto piensa que me va a manipular—. Siempre he sido una cosa repugnante para ti, a pesar de que yo te di tu primer beso, recuerdo que escupiste del asco.
—¡Teníamos diez! Ni siquiera se puede llamar beso a eso. Idiota.
—Para mí lo fue —dice con esa carita de gato con botas en modo manipulación. ¡Joder!—. Siempre me pareciste bonita, aunque te la pasabas desgreñada y parecías una tablita. En tres años te has vuelto muy atractiva, pero te crees mejor que yo porque vienes de la ciudad y estás más buena; en cambio yo sigo siendo el chico de quien todos se burlaban y las chicas rechazaban. Que no te guste no significa que debas tratarme como una peste asquerosa, tengo sentimientos.
¡Rayos! ¿Por qué me siento mal? Scott ha golpeado mi conciencia. Respiro profundo y lo miro arrepentida; claro, todo cambia cuando sus ojos se achican y muerde sus labios, entonces entiendo que está conteniendo la risa. ¡Voy a matarlo! Scott como que adivina mis intenciones y corre por su vida mientras se carcajea. No me importa que las personas nos estén viendo, lo sigo como asesina en serie. Entra a su casa pidiendo auxilio al mismo tiempo que se retuerce de la risa.
—¡Hola, señora Scott! —saludo a su madre agitada, quien me sonríe divertida—. Disculpe que irrumpa en su casa de esta manera, pero voy a matar a su hijo.
Ella niega con una risita y mueve sus manos como dándome el permiso de seguirlo.
—Típico de ustedes. Solo te pido que me dejes un pedazo, pues el niño debe lavar los trastes.
Asiento y continúo con mi persecución. Scott sale al patio y yo voy tras él, pero entonces él se para en seco y me confronta. Me toma por la cintura y vaya, ya no es el niñito tonto de quién yo me aprovechaba, no, es un hombre con agarre fuerte y yo me siento una debilucha lombriz tratando de liberarse de él. No, no, no...
—Scott... No te atrevas, idiota. ¡Scott, voy para una entrevista de traba...! —Bien, no pude terminar mi frase porque ya estamos cayendo dentro de la piscina. Estoy totalmente mojada y el idiota error de la naturaleza solo ríe y me moja más. Levanto mi carpeta totalmente enchumbada de agua. Mi currículo y mis documentos están arruinados.
—Quita esa cara, Logan... ¿Logan...? —Scott me mira con nerviosismo, debe haber captado mi mirada transformación en loca epiléptica, asesina sayayín nivel cien.
—Scott...
Otra vez el idiota ese tirando piedrecitas a mi ventana. Estoy a punto de bloquearlo de mis contactos, no lo soporto y no lo quiero ver. Por su culpa perdí la entrevista de trabajo. ¡Es tan infantil!DanielYa hace una semana desde que me lancé con Logan en la piscina y aún no me habla, ignora mis mensajes y llamadas; no me recibe cuando la visito y no me abre su ventana cuando tiro piedrecitas. ¡Es una rencorosa! Es un empleo y ya, tampoco es el fin del mundo.—¡Eres un tonto! —Mi hermano pequeño me saca la lengua y yo lo ignoro. No entiendo por qué mi madre no bebió pastillas anticonceptivas o en su defecto, no usaron un condón. Dado que el accidente ocurrió, por lo menos debieron abortarlo para enmendar el error de haberlo concebido. Mocoso, bicho raro.Sigo tirando mis piedrecitas bajo la atenta observación de mi hermano.
—Ha sido un gusto... —El rubio arrastra la última palabra como esperando a que le diga mi nombre.—Madison. —Extiendo mi mano y él la aprieta. Oh... Su agarre es suave, pero con firmeza. Siento como mi palma se calienta, oh, esto es increíble—. Madison Logan.—Un placer —¡Qué linda sonrisa! Y definitivamente el placer es mío—. Mi nombre es Larry Koch.—¡Oh! ¿De esos Koch? —Él asiente y yo no puedo disimular mi impresión. Esa gente es dueña de medio pueblo y tienen más de cinco centros comerciales en esta pequeña ciudad y como diez fuera de ella. ¡Esto es increíble!—Entonces... —Esa mirada azul me tiene babeando—. ¿Nos veremos otro día? —Rasca su cabeza con nerviosismo—. Ya sabes... Podríamos salir
—Hola, Logan. —Scott se me acerca con una sonrisa ladina y como siempre, lo ignoro. Hoy es el primer día de universidad y no dejaré que me arruine eso también.Sigo mi camino y el muy idiota me sigue.—Vamos Logan, no seas rencorosa. No es mi culpa que el error de mi hermano haya bañado a tu novio delicado con mierda, aunque no te puedo negar que me alegra que haya fallado el tiro, ese mocoso lanzó la bomba apestosa hacia mí, no entiendo de dónde sacó esa mierda tan blandita y asquerosa. —Scott pone su dedo sobre sus labios como si analizara algo muy importante, mínimo está descubriendo la nueva fórmula para convertir el aire en chocolate. Vaya, está pensando demasiado, creo que se le fundirá el cerebro o la cosita esa que tiene en la cabeza.—De seguro la recogía cada vez que abrías la bocota
El día ha transcurrido tranquilo si omitimos la parte del badboy besa bueno. Cada vez que lo recuerdo, las piernas me tiemblan. Scott se la ha pasado con Camile en algún lugar, me imagino haciendo sus cochinadas. ¡Parecen ninfómanos! Sé que está mal dicho, pero así soy yo. Tampoco se dice ofmaltologicodoctor y estoy segura que me entendieron, volviendo al tema principal…Como hoy es la orientación, pues solo conoceremos la instalación, las reglas, nuestras respectivas facultades, etc., etc., etc.—Hola. —Una chica pelirroja se me sienta al lado. Estoy comiendo sola —bueno hasta ahora—, pues Scott desapareció no sé a dónde. Lo sé, dije que lo quiero lejos de mí, sin embargo, no entiendo por qué me sentí abandonada y jodidamente fastidiada porque escogió irse con zorrita María palito, después de
Hay momentos en la vida en los que recuerdas experiencias y tonterías que creías olvidadas. Ríes sola, lloras o simplemente suspiras como lo hago yo ahora. Estoy sentada frente a la ventana de cristal de mi habitación, admirando las gotitas caer del grisáceo cielo y como se mezclan con el agua de la piscina que está en el patio de Scott. Río sola al recordar cuando ellos la construyeron. No le hablaba a Scott porque era raro y los niños se burlaban de él, no quería ser otra perdedora.Todo cambió cuando construyeron la dichosa piscina y me hice amiga de Scott para poder bañarme en ella. Creo que teníamos ocho. Desde ese día Scott socializó con los demás vecinos, quienes también se le acercaron por la misma razón que lo hice yo. Me burlaba de él porque veía novelas y hasta las leía, yo las odio. No soporto lo cursi, el color r
Creo que todos saben lo que es un zombi: un cuerpo muerto andante que solo piensa en devorar a todos los que le pasen por delante, pues esa soy yo ahora. Camino en medio del campus ida en mis oscuros pensamientos, limpiando esas tontas lágrimas que no pueden esperar a que me esconda en un lugar solitario.Corro porque las personas enfocan su atención en la tonta llorona, es decir, en mí.—¡Rayos! —grito con toda mi ira retenida al chocar con un chico. De verdad que esto se está convirtiendo en manía.—Vaya, si es la tonta virginal. ¿Es tu manera de saludar? —Es el badboy con tono burlón.—¡No estoy de humor para los idiotas! —Sigo mi camino limpiando mis lágrimas con brusquedad. Siento que alguien me sigue y apresuro el paso, bueno, en realidad he empezado a correr, creo que ya se me zafó un tornillo. 
Camino sintiendo la brisa fresca de una mañana nublada y que augura lluvia. Parezco la chica del aro con los ojos ojerosos y mi piel pálida. Salí más temprano de lo acostumbrado para no toparme con el cuerpo sensual de mi abuelo disfrazado de Adán y... no toparme con Scott.Trato de olvidar lo que sucedió entre los dos y que eso no afecte mi primer día de trabajo.Llego temprano a la uni y me sorprendo al ver a Patty aquí, y yo que creí que me librería de ella por un rato.—¡Hola! —chilla en mi oído por lo que yo ruedo los ojos.—Hola, Patty —saludo con una sonrisa, tal vez no sea tan malo tener una amiga. ¡Increíble mi nivel de bipolaridad!Dejo salir un grito cuando siento que unas manos fuertes me levantan por la cintura. No tengo tiempo de reaccionar porque el chico succiona mi boca como aspiradora.Me despe
Un silencio incómodo llena la cafetería de repente. Scott examina al badboy y Jessica tiene los ojos como dos bombillas de la impresión, temo que en cualquier momento se le salgan y se quede tuerta.—Cariño, ya mi turno terminó. Si quieres me puedes llevar a mi casa. —Tanto el chico de rojos verdes, como Scott abren la boca impresionados y ya me estoy aburriendo de sus ridículas reacciones. ¡Tampoco es para tanto!—¿Quién es él? —Oh, ya le volvió la voz al niño especial. Le está apuntando al badboy de una forma brusca y yo trato de disimular la risita de satisfacción que me retuerce los labios.—No es tu asunto. —Lo confronto como gallito y él hace una mueca.—Tienes razón —Se limpia la nariz, aunque no tiene moco—. ¡No es mi maldito problema! &m