Otra vez el idiota ese tirando piedrecitas a mi ventana. Estoy a punto de bloquearlo de mis contactos, no lo soporto y no lo quiero ver. Por su culpa perdí la entrevista de trabajo. ¡Es tan infantil!
Daniel
Ya hace una semana desde que me lancé con Logan en la piscina y aún no me habla, ignora mis mensajes y llamadas; no me recibe cuando la visito y no me abre su ventana cuando tiro piedrecitas. ¡Es una rencorosa! Es un empleo y ya, tampoco es el fin del mundo.
—¡Eres un tonto! —Mi hermano pequeño me saca la lengua y yo lo ignoro. No entiendo por qué mi madre no bebió pastillas anticonceptivas o en su defecto, no usaron un condón. Dado que el accidente ocurrió, por lo menos debieron abortarlo para enmendar el error de haberlo concebido. Mocoso, bicho raro.
Sigo tirando mis piedrecitas bajo la atenta observación de mi hermano.
—¿Qué haces? —inquiere el bicho como si no me estuviera viendo. ¿Para qué pregunta si sabe lo que hago?
—Estoy jugando a la escondida. ¿Por qué no te escondes y desapareces de mi vista? —respondo con hastío y él me mira con desaprobación.
—¡Mentiroso! No juegas a las escondidas, estás tirando piedrecitas a la vecina loca que te gusta.
—¡No! —digo con marcado sarcasmo—. Eres un niño muy inteligente, enano. Por cierto, no me gusta Logan.
—Sí te gusta, pero ella nunca se fijaría en un tonto mequetrefe como tú. —¡Vaya! Y después se hace el inocente.
—Shu, shu… —Muevo mis manos para que desaparezca de una buena vez. Les agradecería a los alienígenas si lo llevasen, pero claro, ellos no expondrían a su pobre planeta de esa forma.
—Eres un tarado. —Mi hermano me mira como si yo fuera un retrasado mental—. Esas piedrecitas no van a hacer ningún efecto, son muy chiquitas.
—Desaparece ena... —Este es un momento en que todo casi se paraliza y las acciones se muestran en cámara lenta. Abro mi boca más de lo regular y exclamo un largo 'no' que mi hermano ignora. Niego con la cabeza lentamente, pero eso no surte efecto. Miro con gran impresión como la gran piedra golpea la ventana de Logan, rompiéndola al instante. Mi hermano celebra con fervor y yo golpeo su cabeza con mi mano.
—¡¡Scott...!! —Logan grita desde su habitación y mis piernas cobran vida. Si ya me odia por arruinar su entrevista, ahora estoy muerto. Mi hermano es el primero en entrar y esconderse debajo de la mesa, yo me encierro en mi habitación con el corazón acelerado, me siento en mi cama y tomó un lápiz y papel.
—Bien... Es hora de hacer mi testamento.
***
—Lo siento mucho. Cubriremos los gastos y estos mocosos serán castigados. —Mi mami se disculpa avergonzada con los señores Logan y yo gruño por lo injusta que es. Ya le dije que fue el bicho este quien tiró la piedra.
—Solo ayudaba al retrasado de mi hermano. —Este mocoso va a provocar que yo vaya a prisión por asesinato—. Es que a él le gusta la rara de Madison y le estaba tirando piedras a su ventana, pero como eran pequeñas ella no se daba cuenta, solo lo ayudé. Quién sabe, raro con raro se entienden, tal vez ellos se casen y mi hermano se largue, así nosotros podríamos vivir felices al fin sin esta plaga —vaya, vaya; el mocoso tiene agallas. Todos lo miran sorprendidos, en cambio yo le pego en la cabeza.
—¡Kevin Scott, cuida tus modales y respeta a tu hermano! —Mamá espeta más avergonzada que antes, pero se lo merece, nadie la mandó a parir a esa cosa a la que llama hijo. Por cierto, mi hermano como que tiene una mente muy insana para su edad. Yo a los ocho ni podía atarme los cordones y me comía los mocos porque no sabía sacudirme la nariz—. ¡Ambos a su habitación, ahora! —mi mami sentencia y nosotros nos marchamos con quejas y berrinches.
***
Madison
Ha pasado un mes desde el último incidente, aun así, Scott y yo somos prácticamente enemigos. Ya voy a entrar a la universidad en unos días y estoy desesperada por conseguir un empleo, pues, aunque mis abuelos cubrirán mis estudios, quiero manejar mi propio dinero. He buscado trabajo como loca y ahora mismo estoy ojeando el periódico, pero es difícil encontrar un empleo de medio tiempo que te permita estudiar. Esbozo un suspiro del desánimo y termino de beber mi té con café.
—¡Ah! ¡Abuelo! —¡Qué asco! Mi abuelo perdió la razón. Ahora se le ha cogido con salir a correr en calzoncillos alrededor de la casa todas las mañanas. Mi abuela solo topa su frente, pues ya se cansó de reprenderlo y correr detrás de él con una toalla.
—¡Fulgencio, vete a vestir! —Mi abue ordena hastiada—. Nadie quiere ver tus guindalezas.
—¡Mucho que te gustan mis guindalezas! —¡Oh por Dios! Mi abuelo se agarra el paquete apretando sus partes íntimas.
—¡Madre mía, Fulgencio! —Mi abue se abanica con las manos con expresión acalorada—. No me referí a esa guindaleza.
—¡Adiós! —Me levanto de la mesa queriendo escapar rápido de allí. ¡Joder! Ya perdí el apetito.
Camino con prisa y llena de positivismo. Solo espero conseguir el trabajo. Sería conveniente, pues me queda cerca de la universidad, la paga no es mala y es medio tiempo. Miro mi reloj y casi corro al descubrir que estoy retrasada. ¡Rayos! ¿Por qué tuve que tomar el autobús? Estoy empezando a creer que mi suerte no es muy buena, pues choco con un cuerpo fuerte y mi carpeta cae en un charco de agua sucia y para colmo quedo salpicada.
—¡No, no, no! —Doy vueltas en mi lugar y el chico esboza un 'lo siento'. ¡¿Es en serio?! Como si una disculpa va a remediar mi desgracia. Mi cerebro se prepara para proferir todo tipo de insultos, pero paro en seco al encontrarme con la mirada azul cielo de aquel Adonis. ¿De verdad es real o el choque con sus bien formados músculos me aflojó un tornillo y ahora estoy alucinando?
—¿Estás bien? —él inquiere inspeccionándome y yo parezco una retrasada babosa ahora mismo. Hasta su voz es sensual. Limpio la saliva que se me salió de la boca de forma involuntaria y asiento con timidez. Debo parecer un tomate ahora mismo, este chico me tiene toda roja con tan solo hacer esa simple pregunta. Creo que nunca había visto a un hombre tan atractivo, debe ser de mi edad, aunque es mucho más alto que yo. Su cuerpo es fornido, sus labios carnosos, su nariz pequeña y su cabello rubio y ondulado. Viste de forma nítida y a juzgar por su apariencia, debe ser un niño rico.
—Si omitimos la parte de que mi hoja de vida y documentos se arruinaron, también de que estoy toda salpicada, pues estoy bien. —Me encojo de hombros.
—Lo siento mucho, no te vi venir… —Vaya… Sus labios se mueven, pero no le presto atención a sus palabras. Es inevitable no perderse en esos hermosos ojos—. Entonces… ¿Qué dices?
—¿Ah? —esbozo con expresión atolondrada y él se ríe divertido. ¡Qué vergüenza! Soy un caso perdido, no puede ser que sea tan obvia.
—Te decía... —Me mira con flirteo y esa sonrisa que me hace temblar las piernas—. Que te llevo. Sé que eso no compensa mi imprudencia, pero por lo menos no tendrás que andar así… —Apunta se dedo hacia mis fachas y yo asiento insegura. ¿De verdad subiré al auto de un extraño? Aunque, si es un secuestrador, pues que me secuestre y hasta me viole. ¡Parece un modelo el condenado!
Él me dirige hacia donde está su carro y... ¡guau! Es un Mercedes Benz. El modelo me abre la puerta del copiloto y extiende su mano con gracia indicando que entre. ¡Qué caballero! Dios, creo que estoy soñando, esto no puede ser real. Cuando entro, el perfume del vehículo inunda mis fosas nasales y yo me acomodo en ese asiento tan suavecito. Este carro es genial y muy lujoso. El rubio sexy pone música y esboza una sonrisa. Si esto es un sueño, no quiero despertar.
Daniel
Me dirijo a la casa de Logan, mas esta vez, lo hago por la puerta de entrada; después de lo que sucedió debo comportarme hasta que las cosas se calmen. Un Mercedes se parquea frente a la residencia y yo me quedo mirando como tonto. No es común ver un auto tan caro en este vecindario. Esperen, ¿por qué un Mercedes está parqueado frente a los Logan? Oh... ¿Quién es ese chico estilo High School Musical? Vaya, es un muñeco muy caballeroso, le está abriendo la puerta a... Espera... ¿Logan? ¿Qué hace Logan sosteniendo las manos de Ken, el novio de Barbie?
—Ha sido un gusto... —El rubio arrastra la última palabra como esperando a que le diga mi nombre.—Madison. —Extiendo mi mano y él la aprieta. Oh... Su agarre es suave, pero con firmeza. Siento como mi palma se calienta, oh, esto es increíble—. Madison Logan.—Un placer —¡Qué linda sonrisa! Y definitivamente el placer es mío—. Mi nombre es Larry Koch.—¡Oh! ¿De esos Koch? —Él asiente y yo no puedo disimular mi impresión. Esa gente es dueña de medio pueblo y tienen más de cinco centros comerciales en esta pequeña ciudad y como diez fuera de ella. ¡Esto es increíble!—Entonces... —Esa mirada azul me tiene babeando—. ¿Nos veremos otro día? —Rasca su cabeza con nerviosismo—. Ya sabes... Podríamos salir
—Hola, Logan. —Scott se me acerca con una sonrisa ladina y como siempre, lo ignoro. Hoy es el primer día de universidad y no dejaré que me arruine eso también.Sigo mi camino y el muy idiota me sigue.—Vamos Logan, no seas rencorosa. No es mi culpa que el error de mi hermano haya bañado a tu novio delicado con mierda, aunque no te puedo negar que me alegra que haya fallado el tiro, ese mocoso lanzó la bomba apestosa hacia mí, no entiendo de dónde sacó esa mierda tan blandita y asquerosa. —Scott pone su dedo sobre sus labios como si analizara algo muy importante, mínimo está descubriendo la nueva fórmula para convertir el aire en chocolate. Vaya, está pensando demasiado, creo que se le fundirá el cerebro o la cosita esa que tiene en la cabeza.—De seguro la recogía cada vez que abrías la bocota
El día ha transcurrido tranquilo si omitimos la parte del badboy besa bueno. Cada vez que lo recuerdo, las piernas me tiemblan. Scott se la ha pasado con Camile en algún lugar, me imagino haciendo sus cochinadas. ¡Parecen ninfómanos! Sé que está mal dicho, pero así soy yo. Tampoco se dice ofmaltologicodoctor y estoy segura que me entendieron, volviendo al tema principal…Como hoy es la orientación, pues solo conoceremos la instalación, las reglas, nuestras respectivas facultades, etc., etc., etc.—Hola. —Una chica pelirroja se me sienta al lado. Estoy comiendo sola —bueno hasta ahora—, pues Scott desapareció no sé a dónde. Lo sé, dije que lo quiero lejos de mí, sin embargo, no entiendo por qué me sentí abandonada y jodidamente fastidiada porque escogió irse con zorrita María palito, después de
Hay momentos en la vida en los que recuerdas experiencias y tonterías que creías olvidadas. Ríes sola, lloras o simplemente suspiras como lo hago yo ahora. Estoy sentada frente a la ventana de cristal de mi habitación, admirando las gotitas caer del grisáceo cielo y como se mezclan con el agua de la piscina que está en el patio de Scott. Río sola al recordar cuando ellos la construyeron. No le hablaba a Scott porque era raro y los niños se burlaban de él, no quería ser otra perdedora.Todo cambió cuando construyeron la dichosa piscina y me hice amiga de Scott para poder bañarme en ella. Creo que teníamos ocho. Desde ese día Scott socializó con los demás vecinos, quienes también se le acercaron por la misma razón que lo hice yo. Me burlaba de él porque veía novelas y hasta las leía, yo las odio. No soporto lo cursi, el color r
Creo que todos saben lo que es un zombi: un cuerpo muerto andante que solo piensa en devorar a todos los que le pasen por delante, pues esa soy yo ahora. Camino en medio del campus ida en mis oscuros pensamientos, limpiando esas tontas lágrimas que no pueden esperar a que me esconda en un lugar solitario.Corro porque las personas enfocan su atención en la tonta llorona, es decir, en mí.—¡Rayos! —grito con toda mi ira retenida al chocar con un chico. De verdad que esto se está convirtiendo en manía.—Vaya, si es la tonta virginal. ¿Es tu manera de saludar? —Es el badboy con tono burlón.—¡No estoy de humor para los idiotas! —Sigo mi camino limpiando mis lágrimas con brusquedad. Siento que alguien me sigue y apresuro el paso, bueno, en realidad he empezado a correr, creo que ya se me zafó un tornillo. 
Camino sintiendo la brisa fresca de una mañana nublada y que augura lluvia. Parezco la chica del aro con los ojos ojerosos y mi piel pálida. Salí más temprano de lo acostumbrado para no toparme con el cuerpo sensual de mi abuelo disfrazado de Adán y... no toparme con Scott.Trato de olvidar lo que sucedió entre los dos y que eso no afecte mi primer día de trabajo.Llego temprano a la uni y me sorprendo al ver a Patty aquí, y yo que creí que me librería de ella por un rato.—¡Hola! —chilla en mi oído por lo que yo ruedo los ojos.—Hola, Patty —saludo con una sonrisa, tal vez no sea tan malo tener una amiga. ¡Increíble mi nivel de bipolaridad!Dejo salir un grito cuando siento que unas manos fuertes me levantan por la cintura. No tengo tiempo de reaccionar porque el chico succiona mi boca como aspiradora.Me despe
Un silencio incómodo llena la cafetería de repente. Scott examina al badboy y Jessica tiene los ojos como dos bombillas de la impresión, temo que en cualquier momento se le salgan y se quede tuerta.—Cariño, ya mi turno terminó. Si quieres me puedes llevar a mi casa. —Tanto el chico de rojos verdes, como Scott abren la boca impresionados y ya me estoy aburriendo de sus ridículas reacciones. ¡Tampoco es para tanto!—¿Quién es él? —Oh, ya le volvió la voz al niño especial. Le está apuntando al badboy de una forma brusca y yo trato de disimular la risita de satisfacción que me retuerce los labios.—No es tu asunto. —Lo confronto como gallito y él hace una mueca.—Tienes razón —Se limpia la nariz, aunque no tiene moco—. ¡No es mi maldito problema! &m
La motocicleta se detiene y yo estoy feliz de ver mi hogar. Me apeo en silencio y le entrego el casco al badboy. Me giro por instinto al sentir su mirada sobre mí. Scott está sentado en los pequeños escalones de mi entrada y se pone sobre sus pies.—¡Logan! —Se me acerca con: ¿preocupación? Me examina como si temiera que me faltara un pedazo y mira a Johnny de mala forma. El chico con lengua deliciosa y destructiva a la vez, se tira de la moto desafiante y me hala por la cintura.—¿Qué quieres con mi chica? —El estúpido interroga a Scott, pero este lo ignora como basurita y toma mis manos.—¡Entremos! —Scott me despega del badboy lleva a gloria y me mira con una intensidad que me perturba—. Los señores Logan están preocupados, pudiste sacar tiempo para llamarlos, me imagino que por más que cogieran