Cuando nos despertamos los dos volvimos a abrazarnos, besarnos, qué pereza, pero debía ir con Juddy para ver los vestidos de novia, nos metimos a ducharnos estando allí, volvimos a amarnos, parece que los estragos nos dieron un pedacito de tiempo para hacerlo, ay, qué besos tan calientes, que manos que me acariciaban tanto y me alzo para que ponga mis piernas alrededor de su cintura, me embestía gimiendo ronco que era lo que tanto anhelaba, me agarraba fuerte de su cuello besándolo, mierda, qué delicia, hasta que llegamos al clímax.

Salimos para vestirnos y bajar a desayunar, bajamos las escaleras jugueteando en los escalones, Mirian nos observaba divertida, Joseph venía detrás de nosotros riéndose y dijo.

—Buenos días, familia, jajajaja hey, dejen bajar, no estorben, jajajaja

—Hijo, deja a tu padre jugar aunque sea ahora de viejo

Lo miré y exclamé

—Adam, viejas, mis polainas, jajaja, vamos ya a desayunar, debemos irnos.

Mirian nos sirvió y terminamos rápido para salir, en el estacion