‒Bienvenido, Cameron – se escucha mi voz y la cámara está enfocada filmando la expresión del rostro de Olivia. No lo puede creer, la hicimos sufrir por un buen rato, ella pensaba que de verdad se trataba de una niña, de nuestra princesa.
Vemos la filmación del nacimiento de nuestros hijos, sí tres niños, idénticos, solo un poco diferentes en el carácter, y hoy se quedaran con nuestros padres y mis hermanos, cada uno con sus respectivas esposo y esposa. Mi hermano Jeremy se casó con Miluska, la hermana pequeña de Milenka Morgan y tienen un lindo niño de dos años al que llamaron Didier, es un bebé de lo más tranquilo, casi nunca llora, solo emite un quejido de molestia cuando tiene hambre o necesita un cambio urgente de pañal y Jillie apenas está esperando a su primer bebé, lo habían intentado en contadas ocasiones, fueron a una clíni
Pasamos la siguiente hora arreglándonos para la cita, mi madre está en la habitación de los niños, papá y Gabriel en el despacho y Jillie maquillando a Olivia, sí, sabemos que Jeremy se aparecerá de un momento a otro, es de los que no se pierde una velada con sus sobrinos, vendrá con su esposa e hijo. Mis suegros también se reunirán en una hora, todos están al pendiente de los niños, es que no es por presumir, pero nuestros niños son los más amorosos del mundo, tienen un ángel para las personas que los conocen, son educados y respetuosos. Escuchamos como los niños forman un alboroto, ya llegaron mi hermano y su familia, de seguro los niños quieren jugar con Didier, este es muy cariñoso con sus primos y ellos lo cuidan mucho, me imagino que así serán con sus demás hermanos y hermanas cuando los tengamos, lo digo en plural porque nunca se sabe. Dentro de una semana cumplirán los cuatro años, están creciendo a una velocidad acelerada, vamos a celebrarlo en casa de mis p
Owen Kewlyn La reunión acabó con bombos y platillos, esas noticias eran las más esperadas, me encantaba volver a ser padre, que la vida me concediera ese privilegio, era lo que siempre había soñado y ahora por segunda vez estaba listo para recibir a mi pequeño o pequeña, eso lo sabíamos Olivia y yo, el sexo era lo de menos, estábamos encantados con ese trio lleno de travesuras.‒ ¿Nos vamos a casa?‒Claro que sí.Ya todos estaban recogiendo sus pertenecías, porque ya era hora de irse, nos acercamos para despedirnos, los Morgan estaban felices también, veía que lo más probable era que la seguirían en la casa de Matt.‒Bueno, amigos, estaremos visitándolos en estos días, esperamos con ansia la fiesta de cumpleaños del trio maravilla.‒Claro que sí, allá los esperamos ‒dijo Olivia.‒Todos están invitados, por supuesto.Los adultos no se perdían tampoco las fiestas infantiles, ellos también se divertían, ayudaban con los niños y los cuidaban, pues eran tíos, abuelos y cada quien mostra
Owen Kewlyn Al llegar a casa, todas las luces de abajo estaban encendidas, me imaginaba la hazaña de los trillizos y su primo, a esta hora deberían de estar acostados, solo esperando a que llegáramos, para su beso de las buenas noches, pero como estaban todos, lo más seguro era que estaban jugando en la sala, hacían camping en medio de la sala, no sabíamos de donde sacaban tanta imaginación. ‒Solo quiero entrar y dormir. ‒ ¿Estás cansada? Le pregunto, porque una vez que cerremos la puerta de la habitación, quiero que me cumpla lo que me prometieron sus besos, no me va a dejar vestido y alborotado, para nuestra suerte los trillizos siempre habían tenido el sueño de corrido, uno despertaba primeo que los otros, pero eran unos minutos de diferencia, así que podríamos hacer lo que quisiéramos. ‒No estoy cansada, solo deseo acostarme un rato en tus brazos. ‒ ¿Solo acostarte? ‒Ya sabes a que me refiero. Precisamente a eso me estaba refiriendo, mi mujer era insaciable al igual que
Owen Kewlyn ‒Familia, les tenemos una gran noticia.Todos estaban atentos a lo que yo les fuera decir.‒Olivia, está embarazada.‒Doble.Vaticinó Jillie, al parecer Olivia y yo éramos los únicos que íbamos a tener embarazos gemelares, pues mi hermano, solo tenía a Didier y mi hermana, solo estaba embarazada de un niño, y decía niño, porque ya sabíamos el sexo de su bebé, buena era un decir, porque no estábamos seguro de que fueran dos o tres. ‒O triple ‒dijo Jeremy.Todos reímos excepto mi esposa, claro como ninguno de nosotros iba a pasar de nuevo por lo mismo, por eso nos pareció divertido.‒No lo creo ‒ dijo mi suegra, aunque ella también se había reído.‒Espero que sí ‒ dijo Olivia ‒ así ya no tendré que estar batallando cada embarazo y que sean niñas.Lo había dicho en plural, entonces ella también tenía la esperanza de que si fueran dos y además niñas.‒Cuñada, es broma, pero que sí sea niña, ya tenemos casi media docena de chicos ruidosos.‒Mis hijos no son ruidosos.A Ol
‒Para nada, todo ha sido coincidencia ‒ digo porque eso fue lo que pasó.Pienso que si lo hubiéramos planeado no nos resultaba así de fantástico, pues estábamos ante un caso difícil de creer, no eran fechas exactas, pero estaba segura que se aproximaban la una a la otra, si bien los mellizos Morgan y nuestros trillizos se llevan unos pocos meses de tiempo, con estos podríamos llegar a tenerlos el mismo día o por muy poco diferencia.‒Así que entre las dos, puede que tengamos unos 4 o 5 niños más, yo pienso que deberíamos poner una guardería ‒ reímos por la ocurrencia, pero nada descabellada.Owen también piensa que será gemelar este embarazo, pues no podemos pensar de otra forma, a mí me gustaría que lo fuera de todos modos, es un trabajo arduo, no lo niego, pero entre todos hemos sabido como arreglárnosla.‒Eso creemos.Me gustaría en dado caso de que así fuera, que sean niñas, gemelas o trillizas, me daba igual, pero que esta vez nos dieran la sorpresa de ser niñas, como dijo Jeremy
Después de toda la fiesta que hacen con sus tíos, antes de que se despidan de todos y se dirijan a la puerta es hora de cerrar el día con broche de oro, mis pequeños estarían más que felices con la noticia, eran una adoración, serían los cuidadores número uno de sus hermanos o hermanas, yo desde ahora estoy hablando en plural, no voy a perder las esperanzas hasta que tengamos los resultados finales en las manos, pedía con todas las fuerzas de mi corazón de que así fuera. ‒Mis amores, ya es hora de dormir, los abuelos tienen que descansar y Didier ya está a punto de quedarse dormido. Mi sobrino, creo que se durmió desde que cerró los ojos, es que los trillizos son de agotar a cualquiera, inventan aventuras y travesuras en menos de lo que canta un gallo, su cuarto está diseñado con toboganes, tirolesas y hasta una montaña para escalar, todo rodeado y con piso de espuma, donde se encuentran los juegos, porque ellos son de los que se lanzan y se suben a cualquier obstáculo que encuentran
Olivia Damschroder Despierto sobresaltada me siento en la cama al oír un ruido en el baño. El sol entraba por la ventana pegando de lleno en mi cara. Escucho el agua correr, me levanto por completo y veo que estoy desnuda, mis pies tocan con una suave alfombra. Veo alrededor y me doy cuenta que no estoy en mi casa, mi tapete es de uso rudo no tan suave como esto que están pisando mis pies. ¿Rayos, qué hice ayer? Con el último que estuve antes de caer en la inconciencia fue con mi jefe, no sabía dónde me encontraba, ¿acaso había bebido tanto que no me acordaba que había pasado? ¿Cuántos mojitos había bebido la noche anterior? No logro recordar, tuvieron que haber sido muchos para sentir la cabeza a punto de estallar y la garganta reseca. Miro alrededor buscando mi ropa y veo un bulto de prendas al pie de la cama. Alcanzo a distinguir solo la ropa de mi jefe, el pantalón, la camisa y el saco, un zapato a mitad de la habitación. Justo en este momento me doy cuenta que estoy metida en
Olivia Damschroder Después de tomar un analgésico y varios vasos de agua como si acabara de salir del desierto, por lo menos ya no sentía esas desagradables ganas de vaciar el estómago. Saliendo del baño después de una agradable ducha y dispuesta a dormir lo que restaba del día, volvió a sonar el móvil, pensaba que era de nuevo Owen, pero esta vez era Jillian, podía ver su gran sonrisa adornando la pantalla como entrada de aviso.‒ ¿Se puede saber dónde te metiste anoche después de la cena? ‒ es lo primero que escucho al aceptar la llamada ‒ te estuve marcando casi toda la noche.La verdad era que había hecho oídos sordos a sus llamadas y mensajes. De seguro iba a dejar a su aburrido prometido como le dice ella e ir con nosotros, pero yo ya me sentía pasada de copas y no quería que me viera en esas condiciones y no creía