Olivia Damschroder (Viernes)
La palabra embarazo no me asusta en los más mínimo, pero me agarra de sorpresa, si tengo claro que los bebés se deben planear, ver los pros y los contras, pero eso ahora no me importa, si tengo que criarlo yo sola, no tengo problemas, mis padres pondrán el grito en el cielo en un comienzo, pero a fin de cuentas terminaran por aceptar mi decisión y me apoyaran.
–Claro, d
Owen Kewlyn (Viernes)Cuando termino la llamada con un posible cliente, anoto en la agenda electrónica una cita para el lunes. Empujo la silla hacia atrás, me levanto sin hacer el menor ruido, veo la hora, no han pasado ni cinco minutos de haber acabado la primera junta y por un momento el único sonido que escucho es el del ascensor cuando abre sus puertas afuera del despacho. Dejo el saco en el respaldo de la silla, aflojo la corbata y desabrocho los botones de las muñecas de la camisa, la siguiente junta es a las once, tiempo suficiente para despejarme del estrés de la anterior.
Owen Kewlyn (Viernes)Sus lágrimas empiezan a fluir. También las mías, somos un par de Magdalenos. Esa simple silaba es el comienzo de una gran aventura. Sé que no será fácil, pero estamos aquí para sortear cualquier adversidad que se nos presente. Somos un equipo, que poco a poco espero vaya creciendo. Pongo el anillo en su dedo y le queda perfecto, estamos comprometidos y dentro de muy poco tiempo seremos marido y mujer. Será mía y yo seré suyo. Llegó para colmar el vacío que habitaba en mi corazón.
Olivia Damschroder (sábado)Me despierto un poco desorientada, el estómago me arde y la cabeza me da vueltas. Me encuentro en un caleidoscopio de colores, estoy mareada. Decidí quedarme un momento más en la cama. Respiro profundo tratando de que se me pase el malestar. Pero fallo en el intento. Sentía subir la bilis lentamente por la garganta. No aguanto más. Escalofríos taladran mi cuerpo, como si tuviera miedo de nada más pensar en levantarme.
Olivia Damschroder (sábado)Salimos del cuarto de baño, retomamos la marcha hacia la cocina, se sienta en una de las sillas y me sienta en sus piernas, los platos con el desayuno, los pone a un lado y me acomoda en su cuello, él también necesita comer, me tendré que aguantar los olores, aunque con el esfuerzo que hice, siento menos los aromas, me pongo derecha, le doy un beso en la mejilla, le coloco su desayuno al frente para que vea que ya puedo aguantar los olores. Me levanto.
Olivia Damschroder (sábado)Mi madre me sigue tratando como si todavía fuera su niña pequeña, sé que no lo hace por mal. Soy su única hija. Siempre me ha tratado con guante de porcelana, como si no quisiera que me pasara nada. Es normal en una familia que solo tuvo un hijo.–
Olivia Damschroder (sábado)–Buenas tardes, familia.Dice Owen al entrar a su casa, están en la sala de la entrada, se levanta a saludarnos, los besos y los abrazos son bienvenidos, esta familia demuestra siempre su amor por cada miembro que la conforma. Mi bebé tendrá una muy amor
Owen Kewlyn (viernes)Solo ha pasado una semana desde que me enteré que iba a ser padre. Sus nauseas matutinas han ido en aumento, son normales desde un punto de vista científico, pero su estado de ánimo en las mañanas decae muchísimo, por lo que le cuesta recuperarse para poder ir al trabajo. Su cara está un poco delgada sin llegar a parecer demacrada. Siempre se siente mejor cuando pasan las náuseas e intenta consumir algo de alimento, por lo regular son cítricos y galletas saladas.
Owen Kewlyn (sábado)El día de ayer, llevamos a mis suegros a cenar, el restaurante era elegante y discreto, conversamos sobre sus días en el crucero, de lo bien que la pasaron y por supuesto, compramos el pastel combinado para celebrar, estoy complaciendo a mi chica, el sabor del pastel es delicioso, creo que su antojo valió la pena.Último capítulo