Olivia Damschroder (Lunes)
Cuando se ha ido, veo el móvil y verifico que la alarma esté a la hora indicada, lo vuelvo a colocar en la mesita de noche. Me cubro la cabeza, cierro los ojos cayendo en un sueño profundo. Suena la alarma del móvil, la apago. Estiro los huesos todo lo que pueda. Parece que no pasó el tiempo entre que cerré los ojos y sonara la alarma. Me despierto un poco desorbitada. Trato de alcanzar y tocar a un Owen que no se encuentra a mi lado. Por un momento se me olvid&o
Olivia Damschroder (Lunes)No quedamos como si fuéramos a seguir siendo los mejores amigos. Eso no cabe en mi cabeza y mucho menos, en las de los que me conocen. Nunca podría ser amiga de alguien que me hizo daño.–Y ni que se le ocurra. Olivia Damschroder (martes)Ayer no tuve tiempo de concertar la cita que tenía pendiente, pero de hoy no pasa. Tengo que hacer la cita con la ginecóloga. La Dra. Maxwell es una señora de unos cincuenta años, es pediatra y gineco obstetra, todo en uno, a su consulta van desde bebés hasta madres a punto de traer al mundo a sus retoños, es muy buena en su trabajo y te explica a detalle los pros y los contras de cada tratamiento para la planeación familiar, es como un tipo de biblioteca de medicina andanteCapítulo 50
Olivia Damschroder (martes)Nos abrazamos y nos damos un beso sin importar la gente que nos queda viendo, es normal en una pareja que se den muestras de cariño.– ¿Nos vamos?
Olivia Damschroder (Viernes)La palabra embarazo no me asusta en los más mínimo, pero me agarra de sorpresa, si tengo claro que los bebés se deben planear, ver los pros y los contras, pero eso ahora no me importa, si tengo que criarlo yo sola, no tengo problemas, mis padres pondrán el grito en el cielo en un comienzo, pero a fin de cuentas terminaran por aceptar mi decisión y me apoyaran.–Claro, d
Owen Kewlyn (Viernes)Cuando termino la llamada con un posible cliente, anoto en la agenda electrónica una cita para el lunes. Empujo la silla hacia atrás, me levanto sin hacer el menor ruido, veo la hora, no han pasado ni cinco minutos de haber acabado la primera junta y por un momento el único sonido que escucho es el del ascensor cuando abre sus puertas afuera del despacho. Dejo el saco en el respaldo de la silla, aflojo la corbata y desabrocho los botones de las muñecas de la camisa, la siguiente junta es a las once, tiempo suficiente para despejarme del estrés de la anterior.
Owen Kewlyn (Viernes)Sus lágrimas empiezan a fluir. También las mías, somos un par de Magdalenos. Esa simple silaba es el comienzo de una gran aventura. Sé que no será fácil, pero estamos aquí para sortear cualquier adversidad que se nos presente. Somos un equipo, que poco a poco espero vaya creciendo. Pongo el anillo en su dedo y le queda perfecto, estamos comprometidos y dentro de muy poco tiempo seremos marido y mujer. Será mía y yo seré suyo. Llegó para colmar el vacío que habitaba en mi corazón.
Olivia Damschroder (sábado)Me despierto un poco desorientada, el estómago me arde y la cabeza me da vueltas. Me encuentro en un caleidoscopio de colores, estoy mareada. Decidí quedarme un momento más en la cama. Respiro profundo tratando de que se me pase el malestar. Pero fallo en el intento. Sentía subir la bilis lentamente por la garganta. No aguanto más. Escalofríos taladran mi cuerpo, como si tuviera miedo de nada más pensar en levantarme.
Olivia Damschroder (sábado)Salimos del cuarto de baño, retomamos la marcha hacia la cocina, se sienta en una de las sillas y me sienta en sus piernas, los platos con el desayuno, los pone a un lado y me acomoda en su cuello, él también necesita comer, me tendré que aguantar los olores, aunque con el esfuerzo que hice, siento menos los aromas, me pongo derecha, le doy un beso en la mejilla, le coloco su desayuno al frente para que vea que ya puedo aguantar los olores. Me levanto.
Último capítulo