Capítulo24
Marina ignoró la llamada como si no la hubiera visto.

En el hospital, la expresión de Camilo se volvió aún más fría. Decidió entonces enviarle a ella un mensaje de texto.

[Marina, esta noche no regreses al jardín Esmeralda. Le dije a mi abuela que pasaríamos la noche fuera].

Marina vio al instante el mensaje y se rió con desprecio. ¿Pasar la noche fuera? ¿De qué está hablando?

En el penthouse del hotel Regal, solo había una suite dedicada exclusivamente para recibir a invitados distinguidos, e incluía una amplia piscina al aire libre.

Un hombre muy guapo y bien formado salió de la piscina. El gerente general del hotel, con respeto, le entregó una toalla.

—Señor Herrera.

Diego tomó en ese momento la toalla y se secó el cabello. Luego se puso una bata blanca con una expresión bastante serena.

—¿Qué sucede?

El gerente general sonrió.

—Le he traído a una hermosa joven para que le dé un masaje relajante.

Una mujer vestida con un traje blanco estaba de pie cerca, visiblemente emocionada
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