Capítulo 553
Diego dejó de golpear. Con calma, se quitó los guantes y los dejó sobre Hernán, luego se dio la vuelta y salió.

Vaya, Nicolás sí que sabe escoger a su gente. Hernán es un hueso duro de roer.

...

Ricardo dejó la merienda sobre la mesa.

—Señora, esto es lo que el señor Diego me pidió que trajera.

Marina miró la bandeja de pasteles.

—Gracias.

Ricardo salió de la oficina en silencio.

La luz dorada del sol se colaba por la ventana y llenaba la oficina de Marina. Ella, con una mano sosteniendo la bandeja frente a la ventana, miraba el cielo azul y las nubes blancas. Con la otra mano, sacó su celular y abrió la cámara.

La luz del sol atravesando el cristal hacía que los pasteles y el fondo del cielo se vieran aún más hermosos.

Tomó la foto y se la envió a Diego con el mensaje: [Diego, muchas gracias].

Marina mordió un pastel con calma, sonriendo levemente.

El sabor dulce del pastel se esparció por su boca.

En ese momento, alguien tocó suavemente la puerta.

Marina dejó los pasteles y dio un so
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