Capítulo 533
Marina se levantó por la mañana, desayunó un poquito, pero como no tenía mucho apetito, dejó el tenedor a un lado.

—Diego, voy a la oficina. Hoy te toca a ti encargarte del patito.

Diego, al ver que ella apenas había comido, también dejó su tenedor a un lado y dijo:

—Hoy te llevo a la oficina. Cuando regrese, paso por la peluquería a cortarme el cabello.

—Vale, está bien —respondió graciosa Marina.

Los dos subieron al segundo piso a cambiarse para salir.

Diego se cambió primero, tomó su cinturón y lo pasó por el pantalón. Mientras lo hacía, le dijo a Marina:

—Voy al jardín a darle de comer al patito.

—Está bien —contestó Marina.

Diego salió al jardín y se quedó mirando al patito. Casi podía escuchar la dulce voz de su hija diciendo cosas felices mientras lo alimentaba. Esos recuerdos tan cálidos le dieron una fuerte punzada en el pecho. Con mano firme, tomó el alimento y lo puso en el pequeño tazón, observando ensimismado cómo el patito comía contento.

El sol iluminaba su cabello blanc
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