Capítulo 486
Verónica entró al ascensor, y al ver que había varias personas, decidió esperar. Quería averiguar qué hacía Diego: si no iba a ver a Margarita, ¿entonces adónde iba?

Cuando el ascensor quedó vacío, Diego salió en el piso doce, y Verónica lo siguió con cuidado. Lo vio entrar en una habitación custodiada por guardias de seguridad. Para no llamar la atención, fingió buscar otra habitación, pero al pasar junto a la puerta, una enfermera salió, dándole la oportunidad de mirar discretamente hacia adentro.

Lo que vio la dejó helada: Diego estaba besando a una mujer.

Por un momento, quiso entrar y enfrentarlo, pero suspiro y se contuvo.

Dentro de la habitación, Diego dejó una bolsa sobre la mesa y miró a Marina, quien, como siempre, intentaba trabajar.

—Deja eso ya. Necesitas descansar, Marina. No te esfuerces más —le dijo con voz tranquila.

Mientras tanto, en el pasillo, Verónica decidió irse. Tomó el ascensor de regreso, pero estaba visiblemente molesta. Sus pensamientos iban a mil: ¿Cómo l
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