Capítulo 371
Leticia había estado esperando con ansias el regreso de Luna.

Tan pronto como Luna entró, Leticia se acercó corriendo, pero al ver su rostro serio, sintió que su corazón se estrujaba. Era claro que la conversación no había ido bien.

—Lo de Marina ya no tiene solución —dijo con seriedad Luna, soltando un suspiro pesado—. Ahora debemos centrarnos en conseguir la custodia de Lidia y Augusto.

Leticia forzó una sonrisa amarga y, con tono resignado, murmuró:

—Armando no va a aceptar esto.

Luna suspiró de nuevo, le dio una palmada en la mano y trató de reconfortarla:

—No te preocupes, lo intentaremos. Diego nunca ha sido un buen padre, y eso podemos aprovecharlo. Contratemos a un buen abogado; quizás haya una oportunidad.

Las palabras de Luna encendieron una pequeña chispa de esperanza en Leticia.

Aunque sabía que la familia Herrera no le permitiría quedarse con los gemelos, ya que solo había sido la madre sustituta y los verdaderos padres ya no estaban, frente a Luna debía mostrarse angustia
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