Capítulo 293
Luis se quedó sin palabras, completamente mudo. Tras un largo silencio, se frotó la frente y, con tono bajo, dijo:

—Lo siento mucho.

El hecho de que Leticia se hubiera mudado con la familia Herrera significaba que sus posibilidades de estar con Yolanda se reducían prácticamente a cero.

Marina frunció el ceño y colgó la llamada.

Al notar el cambio en el rostro de Marina, Diego comprendió que su estado de ánimo podría estar afectando de alguna manera al bebé.

Pensando en esto, sugirió:

—¿Qué te parece si salimos a dar una vuelta?

Marina estaba en una etapa avanzada de recuperación y el bebé estaba en perfectas condiciones, así que un poco de aire fresco no le vendría mal, siempre y cuando no tuviera que hacer un esfuerzo físico excesivo.

Marina miró de reojo la hora: eran las tres de la tarde.

—¿A dónde vamos?

Diego guardó en ese momento las cartas en el cajón.

—Ve y cámbiate. Ya verás cuando lleguemos, no te preocupes.

No tenía ni idea de adónde la llevaría, pero lo dijo sin pensarlo. M
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