Alexa se encontraba en aquel hotel a las afueras de San Petersburgo, a punto de revelar uno de sus secretos mejor guardados. Su interlocutor era Slavik Petrov, el único superviviente de la familia que, un par de décadas atrás, el viejo Mikhail se había empeñado en eliminar.—Alexa, ¿estás segura de que nadie te ha seguido? —preguntó Slavik al abrirle la puerta y cerrarla rápidamente tras su entrada.—Completamente segura —respondió Alexa, observándolo de arriba abajo. Slavik seguía conservando su atractivo de antaño. La edad, lejos de marchitarlo, parecía haberle otorgado un aura de madurez y distinción que a ella le encantaba.Él no pasó por alto la forma en que Alexa lo miraba, esa mujer había estado enamorada de él siempre, y ahora le sacaría el partido que siempre debió sacarle, Alexa sería la herramienta perfecta para recuperar todo lo que un día fue de los Petrov y el viejo Volkova les arrebató.— Ya estaba ansiando volver a verte — Aseguró Petrov Atrayéndola contra su cuerpo pa
Era una mañana como cualquier otra en la mansión Volkov, excepto por la intranquilidad que anidaba en el corazón de la joven Victoria. Hoy era el día de su cita con el ginecólogo, el día en que finalmente sabría si llevaba en su vientre un niño o una niña.Victoria se dirigió a la consulta del ginecólogo. El camino se le hizo eterno, cada segundo intensificaba su ansiedad, del resultado dependía el futuro de su bebé, ella no quería esa herencia solo quería vivir tranquila. Al llegar, la recibió una amable enfermera que la guió hacia la sala de espera. Allí, rodeada de barrigas prominentes, Victoria se sintió aún más pequeña e indefensa.Finalmente, llegó su turno. Entró en la consulta con las piernas temblorosas y se encontró con la cálida sonrisa del doctor. Tras una serie de preguntas y un examen minucioso, el doctor anunció la noticia.— Por favor, doctor. Me gustaría que esto fuera un secreto que nadie más supiera hasta el día del parto.— El secreto profesional la ampara señorit
Tatiana no pudo soportar el instante en que Sergey giró el rostro y siguió caminando hacia adelante. Negó molesta y con pasos firmes caminó en su dirección hasta bloquearle el paso. — ¡Vas a seguir así mucho tiempo, Sergey! – exclamó con voz quebrada, cargada de una mezcla de rencor por la forma en que la había estado ignorando – Hace dos meses ya de nuestra pelea y ni siquiera me has dirigido la palabra. ¿Acaso te importa tan poco lo que pasó?— se llevó una mano al vientre acariciándolo por inercia — ¿Tan poco te importa cómo me encuentro o como se encuentra nuestro hijo?Sergey la miró con frialdad, sus ojos grises no reflejaban ninguna emoción que ella pudiera descifrar a pesar del infierno interior en el que vivía.— No tiene caso seguir con esto, Tatiana. Ya está todo dicho, no hay nada más que hablar.— ¡No para mí! – replicó ella, elevando la voz. – Yo no he podido olvidar lo que pasó entre nosotros, no puedo seguir como si nada.— Ese es tu problema no el mío — hizo un gesto
Por fin, Tatiana reaccionó y soltó la mano de su madre decorada con la enorme piedra en su dedo. Sus ojos se posaron en el hombre, que, para su sorpresa, resultaba bastante atractivo para su edad. Tal vez rondara la misma que su madre, o incluso algunos años más.—Sinceramente, me hubiera gustado saber que tenías novio antes de esta sorpresa de compromiso tan repentino y precipitado —explicó Tatiana incapaz de ocultar en su tono de voz lo poco que le gustaba lo que estaba sucediendo.El hombre la observaba en silencio, con una mirada que Tatiana no pudo descifrar. Se sintió incómoda, como si la estuviera examinando con lupa o intentando descifrar algo.—Bueno, es que él es un antiguo amigo de la familia que se marchó al extranjero hace mucho tiempo. Cuando nos reencontramos, fue como un flechazo, ¿verdad, cariño? —explicó Alexa, tomando el brazo de su prometido, quien pareció reaccionar en ese instante.—Así es —respondió Slavik, dejando un beso en la mejilla de Alexa—. Nuestro amor c
A Erwan le importaba poco si se ponía en evidencia en ese momento, pero no podía quitarse de la cabeza la forma en la que ese hombre veía a Victoria. Lo único que quería era saber quién era y al mismo tiempo controlarse y no tomar su arma y dispararle en la cabeza.—Me van a decir, ¿Quién es o tendré que sacarle su nombre a golpes?— dijo Erwan alzando su voz en la sala, justo en el momento que tomaba al hombre de las solapas de su traje.Pero no solo Erwan pareció perder el control. La voz de Sergey también se alzó tras haber permanecido en completo silencio, caminando hasta Erwan y quitarle al hombre de sus manos prácticamente.Si la mirada de Erwan se encontraba alterada por la ira y los celos. La mirada de Sergey era la de un completo loco. —¿Qué crees que estás haciendo aquí Slavik? Una basura como tú no puede estar cerca de las nietas de Mihkail Volkov.Sergey ni siquiera le dio tiempo a Slavik de responder chocando su cuerpo contra el muro más cercano, sacándole el aire.Alexan
Sergey estuvo a punto de correr tras ese hombre; sin embargo, Erwan lo detuvo con firmeza.—No es momento de que inicies una guerra, Sergey. No hasta que me expliques quién es ese hombre y por qué has decidido tomar por fin el lugar que te corresponde como hermano menor de Mikhail.—¿Hermano de quién? —preguntó Tatiana de repente, adelantándose un par de pasos hacia Sergey con una expresión de incredulidad y confusión.Él la observó por un instante, un silencio incómodo se hizo en la habitación. Las miradas de Tatiana y Sergey se enfrentaron, cargadas de una tensión palpable.Erwan notó en la mirada de su esposa una chispa de furia y un fuego inexplicable que lo hizo sospechar de la situación. Sin embargo, no había tiempo para perderse en especulaciones con Tatiana en ese momento. Más tarde averiguaría si sus suposiciones eran ciertas en cuanto a lo que sucedía entre ella y Sergey.Lo que en ese momento le importaba más saber era qué tan peligroso era el hombre que acababa de salir po
— Lo que ha contado Sergey es solo la versión de los Petrov — explicó Alexa girándose para observar a su hija — lo cierto es que mi familia jamás tuvo problemas con ninguno de los dos bandos, de hecho nuestra familia, Tatiana, era quien mantenía el orden, los Volkov solo aprovecharon la forma en que Anna escapó para llevar una vida llena de excesos, porque reconozcamos que ella era buen promiscua, como excusa para exterminar a sangre fría a sus enemigos, mujeres y niños Petrov cayeron bajo las garras de tu abuelo.— No le permito que hable así de ellos — Interrumpió Sergey adelantándose en dirección a Alexa, él mismo había estado enamorado de Anna, aunque siempre fue un amor platónico, crecieron prácticamente juntos — Anna no era nada de eso que dices, ella era una buena chica, caída en desgracia por ese monstruo que has traído a la casa. — ¡Tú a mí no te dirijas en ese tono!— exigió Alexa — eras uno más de los que esa mujer encandiló, todos babeabaís por donde ella pasaba — Alexa
Sergey la estrecho más contra su cuerpo, ni siquiera pensaba solo la necesitaba con él dos meses habían sido demasiado tiempo lejos de ella, demasiado tiempo sabiendo que eran familia sin poder acercarse, demasiado tiempo odiándose por el último día que pasaron juntos y lo imbécil y cruel que fue con ella.Su boca la reclamaba hambriento de saborearla, su lengua y llenaba el interior de su boca acariciando la de ella, sus labios se movían apasionadamente sobre los suyos. Su cuerpo entero deseaba tenerla de nuevo, sentirla, hacerla suya, curar de algún modo la pena, el desasosiego, la desesperanza de los últimos meses.Ella se derrito más al sentir que la necesidad de cercanía y de contacto era recíproca, su cuerpo actuaba por instinto, sus manos se deslizaban por el torso, los hombres de ese hombre del cual no debió enamorarse. No solo por ser el jefe de los escoltas de su difunto abuelo, sino porque ahora sabía que era su tío. Sin embargo, su cuerpo entero se negaba a privarse del pl