Inicio / Romántica / ¡Eres Mía , Heredera! / Capítulo VI. Las verdaderas naturalezas en ocasiones permanecen ocultas.
Capítulo VI. Las verdaderas naturalezas en ocasiones permanecen ocultas.

Ailan.

Mientras mi marido me abrazaba, para el mundo no había un hombre que amara más a una mujer, que como me amaba Walter a mí. Y como siempre, me sentí culpable de nuevo, algo me decía que, entre los dos, él era el que más me quería, ya que él se había entregado a mí, totalmente sin secretos, ni mentiras.

En cambio, yo le mantenía oculta una parte de mi vida. Quizás, había metido la pata, quizás, yo era un estúpida, pero no podía dejarme vencer así ante el primer tropiezo desde que estábamos casados, fue por esto, y porque soy una Miller, que considera que el fracaso no estaba en mi vocabulario, que, abrazándolo, lo perdoné.

Me dejé arrastrar en sus brazos hacia la habitación que tenía Walter reservada, que al contrario de lo que me había dicho Roy, y Walter me aclaró, cuando llegamos a ella, era solo para dormir en ella esa noche, ya que había asistido a ese evento, antes de viajar, para acompañar a su jefa que estaba en la fiesta, y que seguramente ahora estaba enfadada por irse sin comunicárselo, ya que estaba resolviendo tratos de negocios, pero mañana ya hablaría con ella.

Esa noche mi marido me hizo el amor, hacía ya meses que no lo hacíamos. Tengo que decir, que, en esto, tengo un secreto que yo sólo me guardo para mí, y nadie sabe, incluido mi madre. Además, el sexo entre nosotros no fue diferente, e incluso creo que, con cualquier hombre, ya que Walter es el único que he estado, es algo que yo no me gusta, de hecho, no lo echo sin practicarlo, por los abundantes viajes de Walter.

La verdad es que debo reconocer que no soy buena en esto, no me relajo del todo, y en ocasiones es doloroso, soso y aburrido, sé que el problema es mío, no soy una buena mujer para Walter. Primero no me quedo embarazada, y segundo no disfruto del sexo como sería lo normal. Estoy pensando visitar a un médico para que me diga si tengo algún problema de frigidez y fertilidad.

Cuando Walter finalmente terminó, como siempre, se durmió rápido, y yo me quedé pensando, que todo era debido a que yo no me sentía bien conmigo misma, al no contarle a mi marido, a el hombre que amo, con el que estoy compartiendo mi vida, toda la verdad sobre mí, y es por eso no me entrego totalmente. Decidí pensar sobre ello, y cuando volviera del viaje, hablarlo con él, tenía que dejar de sentirme culpable, incluso le iba proponer que viviéramos juntos, los dos solos, en el ático, y así alejarlo de su controladora madre. Además, iba a ir a un médico, desde que pudiera, para resolver mi problema.

Me llené de miles de promesas, que pensaba cumplir, además tenía tiempo, los viajes de Walter solían durar semanas, incluso meses, la empresa para la que trabajaba, y su jefa le exigían mucho. Pero yo siempre lo iba apoyar.

Narrador.

A la mañana siguiente antes de que despertara a su esposa, Walter Patel salió en silencio y con cuidado, de la habitación. Por desgracia había desperdiciado esa habitación con su mujer, alguien que le hubiera salido mucho más barato con el que tener sexo, si lo hubiera hecho en su casa, en su habitación, además tener sexo con Ailan no era divertido, era más bien una acto rutinario, casi mecánico, no es que su esposa no fuera atractiva y deseable, al contrario, por eso se casó con ella, la amaba a su manera, pero desde pequeño, su padre, le enseñó que un hombre tenía sus necesidades, y que su esposa era sólo para tener hijos, no podía irrespetarla con ciertos deseos, que él podría obtener en otro lado, con profesionales.

A Patel le gustaría que su esposa fuera como su madre, que dejara de trabajar y se dedicara a traer hijos a este mundo, y criarlos, aunque por un lado él tampoco cumplía muy a menudo como para que su esposa quedara embarazada, y, por otra parte, la buena vida que él se estaba llevando desde que se casó con Ailan, gracias al sueldo que ella le entregaba rigurosamente todos lo meses, le facilitaba mucho la vida que estaba llevando ahora.

Walter, no trabajaba, llegó a un acuerdo con su antigua jefa, que era su amante. Melody Smith era una mujer casada que odiaba a su marido, del cual no se podía divorciar, porque, debido a que no habían hecho un acuerdo prenupcial, ese hombre mentiroso, mujeriego y vividor, se quedaría con la mitad de sus posesiones.

El pacto que habían hecho Patel y su exjefa consistía en que él le satisfacía todas sus perversiones sexuales, que era muy diversas, y abarcaban de todo tipo de prácticas, en especial la dominación, donde su jefa era la sumisa de Patel. Esta doble vida, del marido de Ailan, nadie la conocían, y si alguien lo sabían, no conocía la verdadera realidad de todo, cuan de profundo era el lado oscuro de Walter Patel, que solía disfrutar golpeando y dominado a una mujer.

Antes de dejar el hotel para acompañar a su jefa, tuvo que escuchar sus quejas ya que estaba molesta. La presidenta de Smith Industries, Melody Smith, se había enfadado, porque su subalterno no había ido a su habitación a azotarla, para luego someterla con dolor. Walter tuvo que calmarla contándole que casi los descubrió su mujer, incluso tuvo que controlarla para que lo perdonara, él sabía que, en el Jet privado de Melody, tendría que cumplir su trato, lo estaba deseando, el sexo con su esposa era rutinario, nada apetecible, pero era normal, era una esposa, y así debía de ser.

Dejó la cuenta de habitación del hotel para que la pagara Ailan, como castigo por no cumplir su parte del trato, que no era otro que permanecer en su lugar como una amante y devota esposa, callada, que se concentraba en darle hijos, esperaba que tras esa noche esa mujer se hubiera quedado embarazada de una vez, y así él tener tiempo de seguir cumpliendo con su papel, con su jefa, mientras Ailan cuidaba a sus hijos en casa.

-"¿No te gustó que tu esposa te visitara anoche, amo?"- dijo Melody mientras acariciaba la entrepierna a Walter en la limusina de camino a el aeropuerto privado de Jet.

-"¿Quién te ha dado permiso para tocarme? Retira tu mano de ahí, ahora, y no hable de mi esposa, lo tienes prohibido."- le dijo Patel golpeándole la cara, con la palma abierta, haciendo que Melody, cayera hacia atrás gimiendo de placer.

-"Lo siento amo, debo ser castigada, por mi atrevimiento."- le dijo la otra agachando la cabeza en señal de sumisión.

-"Una vez en el aire, ya sabes lo que tienes que hacer, te espero, en la habitación , y no quiero que hables, ni un solo gemido, o el castigo será aún más doloroso"- le dijo Patel sin mirarla, sintiéndose fuerte, y seguro de sí mismo, mientras una sonrisa de anticipación por el dolor que iba a recibir, hizo que Melody temblara de placer.

A Patel le gusta comportarse así, durante toda su vida, había sido controlado por una mujer primero su madre, y luego su esposa, que en cierta forma, sin ser tan obsesiva como su m*****a madre, con esa forma de ser tan fuerte y decidida, tan diferente a la suya, lo hacía sentir inseguro, sólo con Melody podía ser el mismo, no la amaba, pero tampoco le hacía falta, era la sensación de poder y dominación lo que buscaba de ella, él sabía que amaba a Ailan, era su mujer, la futura madre de sus hijos.

Antes de subir al jet, se acordó de la reciente aparición del hermano mellizo de Ailan, ese maldito podía dificultar las cosas, si como hoy, intentaba hacerle abrir los ojos a su esposa. Así que decidió que durante una temporada no pasaría por casa, convencería a su manera a Melody para viajar por todo el mundo, mientras ella realizaba sus negocios, él sabría compensarla muy bien, el favor.  

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo