Finlay. - “¿Dónde está Oliver?”- le pregunté a Sean en cuando entró por la puerta de mi despacho, de esa maldita, y nefasta, mañana. - “Ha ido a buscar, en uno de tus Jets, a Rocío y a su familia a España, al parecer su abuelo está mucho mejor y ya puede viajar. Ese hombre estaba desesperado, le han faltado segundos para llamar a Penélope para pedirle un Jet privado. Decididamente lo hemos perdido para la causa”- dijo Sean. - “¿Y por qué no me llamó a mí? Se lo hubiera facilitado.”- le dije revisando el contrato de publicidad que me había enviado el responsable de una de mis compañías de Cruceros, la compañía Dreams, para la nueva campaña de primavera. - “¿Y cómo? si no has estado localizable en toda la noche, sé que tu mujer te tiene ocupado, pero al menos tendrías cinco segundos para contestar la llamada de un hermano, ¡digo yo!”- me dijo muy serio Sean, yo no podía contarle, en aras de mi hombría, y de burlas que podía durar años, que no podía contestarle que, en ese momento,
Finlay. - “Alacintye, deberías revisarte la cabeza, o al menos dejar de tomar la medicación que tomas, ¿Ailan Caroline Miller interesante? Es más, como un dolor de muelas, bueno a lo que vamos. ¿Qué ha pasado entre los dos, para que esa loca, se haya llevado a mi novia de compras, sin decirme nada, y como si no hubiera un mañana?”- me dijo mientras yo no podría evitar sonreír antes sus preguntas. - “Así que mi diosa seguía enfada, interesante, si ella no sintiera algo por mí, hace tiempo que lo hubiera superado, pasando a otra cosa.”- la alegría de mi interior fue infinita. - “No es necesario que lo sepas, dudo que tú quieras contarme que ha pasado para que mi adorable y atractiva cuñada, haya preferido irse con la rebelde que quiero hacer mi mujer, en vez de pasar esta dulce mañana vísperas de Navidad, con su querido novio.”- le dije comportándome como él lo haría cuando no deseaba responder una pregunta. Sean parecía una maldita anguila intentando cercarme, serpenteando a mi
Ailan. Me costó convencer a Hanna para que me siguiera hasta mi ático, se mostraba dudosa por la posible reacción de Arturo, tenía que hacerle a mi futura cuñada, que mi hermano funcionaba mejor cuando se le llevaba la contraria, estaba acostumbrado a ser el gran jefe, el todo poderoso, así que mostrarte como un gran reto ante él, era lo que necesita ese estúpido para que se bajara de su cúpula de poder, y entendiera que él también era un simple humano, con sus sentimientos y con sus errores. Adoro a mi hermano y por eso que sea feliz, es una de mis misiones en la vida. Claro está que con su actitud de siempre controlarlo todo, para no sentir, nunca lo lograría, y menos cuando, a un ciego como él, el destino le había entregado a una mujer tan maravillosa como Hanna. - “Te presento a Amelia Paola Miller y a Connelly Blake, una es mi hermana, y al otra es como si fuera mi prima pequeña. Chicas, os presento a la super mujer que ha conseguido descubrir que mi hermano no tiene una pied
Ailan. - “Es gracioso, a ti te obligan a vestirte como una mujer, y mi padre quiere ponerme un hábito de monja, ¿Qué crees prima Ailan?, no me deja ser modelo, menos mal que tengo a mi madre y a mi abuelo de mi parte.”- dijo aun riendo la atractiva pelirroja. - “Mi tía Kimberly fue una top model reconocida, hasta que se casó con mi tío Jason, y como mis padres y mis hermanos, y mi primo Angus, el hermano de Connelly, pretenden poner a las mujeres de su familia en cúpula de cristal para que ningún hombre se acerque, por desgracia para ellos, todas nosotras, siempre rompemos el cristal de la cúpula, incluido mi madre y mi tía.”- le expliqué a Hanna que me sonrió. Mientras el personal de Gred trabajaba con nosotras llamé a mi adorado Gred, para saber porque no había llegado aún. - “Lo siento preciosa nos vemos en la fiesta, ha surgido un problema con una de mis clientas reservadas, y he tenido que ir personalmente, pero no te preocupes, ya he dado instrucciones a mi equipo, ellos me
Finlay. - “Encantado de conocerte señorita Cazorla.”- le dije a la morena de ojos verde aceituna que, nos había presentado Oliver Twist como su futura esposa, en tres semanas sería su boda. Nos habíamos reunido todos, Sean con su representante, Carlota Zimmerman, y yo, en la mansión de los Duncan, donde nos esperaba Oliver y su futura esposa, para ir directos a la fiesta. Los padres de Twist estaban como locos, con su nuera, y la familia de esta. Por fin el descarriado de su único hijo, había dejado de perseguir a las damas casaderas, o no, por el mundo, a no meterse en líos de borracheras, y peleas, como en su juventud, para pasarse un año, persiguiendo a una mujer que, no le había dado tregua. Rocío Cazorla, a diferencia de las mujeres con las que solía salir, uno de mis mejores, era una mujer de clase media, que trabajaba para pagarse sus estudios, trabajaba de camarera en el hotel al que mi amigo había ido en Granada, además era estudiante de económicas en la universidad de la
Finlay. Le fui a responder cuando un revuelo se formó en a la puerta haciendo que todos nos giramos para ver qué estaba pasado. Nada me había preparado para ver lo que vi, y supe que el enfado de mi diosa no había disminuido, ni siquiera un poco, esa maldita diosa quería que mi cabeza estallara en cualquier momento. - “¿No me digas que esa es tu mujer? Dios si esta para ponerla en un cuadro y morir contemplándola, no hay hombre está sala que no la desee ahora mismo.”- me dijo el ya difunto Sean casi en mi oído, por un segundo consideré golpearlo, pero Carlota se me adelantó, cogiéndolo por la oreja, mientras él se quejaba y gemía de dolor, para finalmente llevárselo lejos de mis peligrosas manos, antes de que acabara con él. Oliver y su novia, Rocío, siguieron a la pareja muertos de risa, no querían perderse como Carlota le daba su merecido al idiota de Sean. Yo, mientras, permanecía allí como hipnotizado, mientras los celos, y la ira, me inundaban. -” ¿Esa es tu hermana Angu
Ailan. “No sé cómo me he dejado convencer, heredera”- Me dijo Hanna Banana totalmente nerviosa mirando, sin parpadear, a mi hermano que nos miraba desde lejos, en especial a mi futura cuñada, como si hubiéramos asesinado a toda nuestra familia. Cada día que pasaba, por suerte o por desgracia, en cuanto a sentimientos, se parece más a mi padre, y como esta jugada saliera bien, quedará totalmente entregado, de por vida, a la mujer que lo enloquece, justo como le ocurrieron a mi padre. La diferencia consiste en que el gran Norman Miller demostró ser mucho más inteligente que su primogénito. Por desgracia Roy, heredó la cabezonería de mi madre, siempre hay que ponerle las cosas difíciles, para que se decida a luchar por lo que desea. No hay nada más que les active a mi madre y a Roy, que se les diga que no van a conseguir lo que ellos quieren. - “Para darle una lección a mi hermano, pero visto lo visto, y tras ver a quien ha invitado para mortificarme, se merece todo eso, y más. Hasta
Ailan. Ese maldito se había presentado ante mis padres, el mundo comenzó a moverse a mis pies. - “Buenos días, señor Donaldson, soy Ailan Miller la mejor amiga de Ailan, y espero que su familia pronto, tengo algo que hacer ahora, podría cuidar a Hanna un momento, los recogeré en la terraza en unos minutos.”- le dije sin apartar la vista de ese inicio del fin del mundo que se veía delante de mí. Por segundo crecí que la Tierra se había abierto para tragarme. En cualquier momento mi madre sacaría la agenda para poner a la fecha de la boda, mientras mi padre llamaba a sus hombres para darle una primera lección a su futuro yerno. Mientras me acercaba a ellos mi mente iba flotando en miles de imágenes, la mayoría tenían que ver con el asesinato bajo mi mano de cierto CEO escoces entrometido, y desquiciante. - “¿Ailan Caroline Miller?”- me dijo una voz distrayéndome de mi objetivo. Al girarme me encontré ante un hombre atractivo de ojos verdes y pelo castaño claro que me sonreía. - “