Daniel sacó a la joven de la bañera con un poco de complicaciones. Una vez fuera, él se encargó de despojar las ropas de ella lentamente. El pecho de Sam subía y bajaba con su respiración. Al alejarse unos centímetros de sus labios notó la pequeña distancia que había ente ellos, podía sentir los latidos acelerados y su respiración veloz. Daniel colocó sus manos por la espalda desnuda de la joven hasta llegara a su hombro. Bajó con lentitud el tirante del sostén y luego desabrochó la prenda dejando los pechos de la joven al aire. Sam soltó un pequeño gemido debido al cambio de temperatura y la sensación de haberse apartado de una prenda húmeda.Los ojos de Daniel apreciaron su desnudez de una forma que ella no podía explicar. Su mirada estaba llena de deseo, con ganas de devorarla, aunque no era algo que le desagradara a la joven.Finalmente se deshizo de su pantalón y su ropa interior y él la cargó entre sus brazos para llevarla a la cama.—Vamos a dejar empapada la cama. —Soltó con u
La familia Harrison se unió finalmente. Para sorpresa de Sam junto con ellos venía Vic y Peter. La joven se llevó una enorme sorpresa, pero su familia política le comentaron que eran la primera parte de su regalo de navidad. Samantha se sintió muy conmovida, pero en un instante se preocupó, pensando en que tal vez los regalos que tenía para ellos no eran lo suficiente.—Nos alegra verte cariño. — La señora Harrison le dio un fuerte abrazo. Incluso parecía más maternal que nunca.—Pensé que no llegábamos. — Comentó Vic para abrazarla también. Por detrás Peter venía con una sonrisa cariños. Sam lo atrajo con fuerza para darse un abrazo de tres, de esos que eran tan comunes entre ellos. Al separarse, su cuñado la miró con cariño.—Linda cuñada.—Loco cuñado.—Me encanta nuestra relación.—Solo ven. — Se abrazaron con suavidad y al alejarse su suegro también imitó el gesto. Hace tiempo que no había abrazado a tantas personas. Era lindo sentirse de esa forma. Al mirar a Daniel, este la obs
La víspera de Navidad había llegado. Luego de tantas vueltas, cenas, diversiones y muñecos de nieve, la Nochebuena había llegado. Sam se encontraba en el sofá de la habitación junto a Lucas. Ambos leían el libro de astronomía de Lucas quien parecía encantado con las galaxias y la complejidad del universo. Era increíble lo inteligente que era el pequeño.—¿Lucas?—¿Sí?—¿No quieres una bebida caliente? ¿Chocolate con leche? ¿Leche caliente? ¿Un batido?—Chocolate caliente por favor.—¿Vamos juntos?—Quiero leer. — Samantha alzó las cejas sorprendida. ¿Desde cuándo prefería leer que acompañarla? Estaba sin palabras.—¿Seguro que no quieres acompañarme?—No mami. — Sam sonrió con cierta nostalgia.—Bien, ahora vuelvo. — Samantha salió de la habitación y se encaminó hacia la cocina. No había nadie ahí, seguro la mayoría estaba descansando. Tan solo esta mañana todos habían ido a esquiar, luego al supermercado y luego pasaron por las decoraciones que faltaban para las habitaciones.Comenzó
Samantha terminó por secarse el cabello mientras observaba su reflejo en el espejo. Daniel terminó de abotonarse la camisa y se acercó a ella apartando el cabello para poder besar su hombro. La joven notó una macha roja ahí y por ello miró con los ojos entrecerrados a Daniel. —Ves lo que haces. —Lo siento, ya te lo dije. Quería hacerlo donde no se viera. En verdad lo lamento. — Rogó como un niño pequeño. Samantha se levantó del tocador y luego se cruzó de brazos. —Mejor ayúdame a subir esto— Se dio la vuelta y Daniel tuvo a la vista la espalda de la joven ya que tenía el zíper abierto. Ella sostuvo los laterales y en seguida Daniel subió el carrito. Samantha dejó caer su cabello que ahora se encontraba ondulado debido a que lo estilizó con la secadora, el aroma a romero emanaba de su cabello y Daniel no hizo más que sonreír. Unos minutos más tarde, los dos bajaban las escaleras hacia el comedor, la música de jazz al fondo le daba cierto ambiente festivo a la ocasión. Lucas se encon
Samantha sintió a Lucas brincar sobre la cama. El pequeño gritaba que ya era Navidad, que necesitaba abrir los regalos cuanto antes. La joven abrió los ojos de a poco cuando frente a ella se encontró con Lucas, el pequeño tenía su cabello desordenado con una enorme sonrisa en su rostro.—Ya, ya despertamos. — Daniel trató de abrir muy bien sus ojos, ya que, claramente aún era muy temprano para su ser. Samantha sintió un poco de lástima así que se levantó de la cama y tomó a Lucas en sus brazos.—Bien cariño, vamos, vamos. No grites mucho.—Bien mami, lo siento. — Se cubrió la boca juguetón y ella simplemente sonrió. De camino a la sala se encontró con Vic quien salí con los ojos entrecerrados y su bata de dormir.—Feliz Navidad Lucas. — Fue lo primero que dijo al verlos. Lucas hizo lo mismo.—Feliz navidad Sammy. — La abrazó aun cargando al niño. Samantha sonrió divertida. Los tres caminaron despacio hasta llegar a la sala y pronto escucharon a los demás despertarse.—Vamos a esperar
En cuanto llegaron a la casa, Samantha comenzó a desempacar sus cosas. Había disfrutado mucho su viaje a Vail, había esquiado, viajado en un jet privado y había pasado las fiestas con muchas personas, se había sentido realmente feliz. Había compartido con la gente que en realidad le importaba.Se tomó un momento para descansar un momento mientras doblaba su ropa y recordaba los lindos momentos que había pasado con Lucas, sus amigos y con Daniel. Su cara se volvió de muchos colores cuando recordó que esta vez había pasado su primera vez con Daniel, y no solo había sido una, había sido varias.—Dios. — Se dejó caer en la cama. Recordó que en ninguna de esas ocasiones uso protección, bueno, no estaban preparados para eso, aun así, ella aceptó. Debería hablar con Daniel sobre eso, planificar, qué es lo que iban a hacer ahor
Sam se encontraba en casa, por suerte tenía algunos días de vacaciones. Además, podía pasar más tiempo con Lucas, aunque el pequeño parecía entretenido hablando por videollamada con Ariana. Era increíble cómo habían olvidado sus diferencias y ahora se encontraban juntos, como si fueran los mejores amigos de la vida. Bueno, ella fue así un tiempo con sus amigos.De pronto, su celular comenzó a sonar. Se trataba de Daniel.—¿Amor? Perdona que te moleste, necesito un favor.—Hola Dani. Dime.—Fíjate que dejé unos documentos en la oficina. Es una carpeta verde que está en el tercer cajón a la derecha.—Entiendo.—¿Podrías traerlo a la oficina? Lidia ya envió al señor Young para ir por ti.—Pude haber tomado un taxi.—¿La esposa e Daniel Harrison? ¿Tomando un taxi? Ni loco.—Dios Daniel. — Sonrió divertida. —Bien, yo te lo llevo.—Eres un sol. Te amo, te veo luego.—Yo igual. Nos vemos. — Al colgar, caminó hacia la oficina de Daniel, la cual estaba en el primer nivel, al fondo de la casa.
—¡Terminé! — Exclamó la joven mientras cerraba su computadora. Por fin había enviado su ensayo. Ahora solo esperaba la respuesta de la universidad y tendría que esperar dos semanas para eso. Dos semanas de tensión.—¡Terminaste? — Lucas y Daniel entraron a su habitación y la joven asintió.—Terminé. Vamos a celebrar que eso pasó. Los invitaré a cenar. Vístanse. — Ambos sonrieron ampliamente y se apresuraron a cambiarse.En un rato se encontraban frente aun restaurante coreano. Ambos hombres de la familia parecían muy sorprendidos ya que no habían comido en un lugar así. Especialmente porque tenía la parrilla en medio de la mesa.—Nunca habían venido aquí ¿verdad? — Preguntó con una sonrisa divertida.—Esto… es raro—Si bueno, sé que están acostumbrados a los hoteles cinco estrellas, pero de vez en cuando, venir a este tipo de restaurantes, con ambiente familiar, es muy lindo. — Sonrió ampliamente mientras cortaba la carne. Este restaurante lo había conocido por Vic, era una chica que