Samantha se encontraba en la camilla esperando a que vinieran por ella para que le dieran los resultados de los exámenes. A su lado estaba Paul quien la veía con cierta culpabilidad.—Debí haberte protegido.—No es tu responsabilidad Paul—Pero era a mi hermana a la que iba a golpear.—Estabas intentando proteger a los niños, hiciste bien.—Aún así me siento culpable. — La joven sonrió y luego negó levemente.—Estaré bien.—Por aquí está la paciente, doctor Beau. — La joven frunció el entrecejo al escuchar aquel apellido tragó nerviosa. Cuando la enfermera corrió la cortina se encontró cara a cara con Thomas Beau, su exnovio.—¡Sam? — Parecía preocupado. Miró al joven a su lado y luego el tobillo de la peli café.—¿Qué es lo que sucede? — Preguntó ella cruzándose de brazos.—Oh, tienes un esguince en el tobillo. Deberás usar una bota y descansar. Será por al menos unas tres semanas. — La joven asintió.—Dejaré la receta médica en la farmacia.—Genial. — Se quedó ahí parado y la joven
Samantha había reunido información gracias a unas pequeñas entrevistas. Además, Esteban le había dado mucha información, más de la que esperaba respecto a Daniel como que fue capitán del equipo de básquet en la universidad, que su primera novia fue Jennifer Denver, la chica que había conocido en la boda de Kelly Thomas.—¿Su antigua prometida?—Así que te lo dijo. — Esteban la miró con cierta lástima. Ella negó lentamente.—No me lo dijo directamente, de hecho, Jennifer apareció en una fiesta en la que estuvimos.—Entiendo. Pero no debes preocuparte, ella es cosa del pasado. — Samantha negó levemente.—No me siento mal por eso. — Dijo, aunque en el fondo se estaba mintiendo.—Bien, como tu digas.—Lo que quiero saber es cómo podría disculparme con Daniel. Quiero decir, dije algo que pudo haberlo molestado.—Entiendo. — Asintió para luego alzar su dedo debido a que había obtenido una idea. —Podrías cocinar algo. Daniel no es amante de lo dulce, pero siempre ha amado el pie de frambuesa
Victoria estaba sorprendida por ver a Esteban, creyó que no volvería a encontrárselo después de lo sucedido en la discoteca y el hotel. Aun se sentía avergonzada por lo que él presenció. No era propio de ella, debía admitirlo, pero el alcohol sacó lo peor de su persona.—Ella ha dicho que la sueltes.—¿Y tú quién eres? — Preguntó Thomas con el ceño fruncido.—Soy el cuñado de la chica a la que engaste pedazo de mugre. — Thomas tragó nervioso y se hizo hacia atrás mientras soltaba la mano de Victoria. La joven lo miró con cierto agradecimiento y se hizo a un lado. Esteban se ubicó frente a ella.—Bien, vete. — Thomas miró de nuevo a Vic intentando pedir piedad. Se sentía un poco culpable por dejarlo de esa forma, parecía que quería hablar algo importante con Sam, pero se sentía enfada aún.Suspiró y tomó la muñeca de Esteban y él la miró con el ceño fruncido. Ella asintió y luego devolvió su mirada al hombre frente a ella.—Bien, te haré este favor y será el último. Si me entero que hi
Una vez Lucas se quedó dormido, Daniel se dirigió a la habitación de Sam quien se encontraba revisando sus planificaciones del nuevo semestre para entregarlas. Escuchó que tocaron la puerta y la joven soltó un “pase” para que entrarán. Ahí estaba Daniel quien la veía con seriedad, no parecía muy contento.—¿Sucede algo? — Soltó un suspiro y llegó a ella con sosteniendo una carpeta en la mano. Samantha dejó sus cosas a un lado intentando entender qué le sucedía. El hombre se sentó frente a ella sobre la cama.—Sé que tu tienes tu estilo de vida Samantha, pero la cuestión es que, no quiero que mi hijo aprenda de ello.—¿Perdón? — Daniel abrió la carpeta dejando a la vista unos papeles. —¿Qué es eso?—Son reglas que debí especificar antes de comenzar con esto. — Samantha leyó que, en efecto, era un listado de reglas.Mantener en orden todo respecto a la casa.Mantener limpia la casa.Dejar la ropa sucia en el canasto respectivo.No ingerir comida con aditivos y condimentos.No comer dem
Victoria parpadeó varias veces y Lucas no tardó en mirarla con sus tiernos ojos. La joven miró hacia atrás y sostuvo la puerta.—¿Qué hacen aquí?—Mi mami, quiero ver a mami. — Expresó el pequeño. Victoria sentía que su corazón se encogía, el niño en verdad era muy tierno.—¿Samantha está aquí? — Preguntó Daniel. Victoria suspiro y luego asintió.—Pero no quiere verte, al parecer hiciste algo muy malo. — El joven asintió sabiendo que así era. —Sin embargo, creo que debería hablar. — Daniel miró a la joven y esta sonrió levemente.—¿Lucas? ¿Qué tal si vamos al parque y luego que tu mami y papi nos alcancen? — El niño miró a su padre y este asintió. El pequeño tomó la mano de Vic y se la llevó lejos de la puerta. Daniel tomó aire y entró al apartamento cerrando la puerta. Al ingresar al comedor, Samantha le daba la espalda.—¿Quién era Vic? ¿Te parece si pedimos comida? No tengo ganas de cocinar.—Puedes hacerlo. — Sam soltó un grito ahogado al escuchar la voz de Daniel. Se dio la vuelt
Los tres bajaron del auto frente a la gran mansión de los Jones. Los autos entraban por una reja de al menos unos cuatro metros de altura y luego recorrían un camino rodeado de árboles por al menos unos cinco minutos. La joven se dio cuenta que otros autos estaban adentrándose en la propiedad.—Es una cena o una fiesta. — Daniel se encontraba observando su celular y en cuanto escuchó la joven levantó la mirada.—Para mis padres, una cena es donde solo hay al menos unas cincuenta personas. — La joven tragó nerviosa, eso no se escuchaba para nada bien. Lucas mientras tanto, se encontraba contando las borlas de la pulsera blanca de Sam.Una vez el auto se detuvo frente a la puerta, la joven quedó más impresionada. Había que subir unas escaleras, al menos unas 25, calculaba y luego, se encontraba la entrada de doble puerta donde unos mayordomos recibían a la gente que ingresaba. Justo detrás de esa entrada veía el resto de la menos con al menos unas cincuenta habitaciones dentro. Incluso
Sam intentó calmar a la pequeña. La niña parecía afligida y eso la preocupaba. La cargó y la sentó en el mismo sitio donde había estado Lucas y le quitó el cabello de la cara. Buscó una servilleta encontrando una de tela. Con ella pasó la pieza sobre sus ojos con suavidad.—No llores pequeña.—Odio a ese niño. — Admitió. Sam hizo una mueca.—Lucas es un niño increíble Ariana, no estuvo bien lo que hizo, pero te prometo que él no suele ser así. Si él se disculpa, ¿aceptarías su disculpa? — La pequeña se sorbió la nariz y miró a Samantha para luego asentir despacio. La joven sonrió y acarició el brazo de la pequeña para luego escuchar un golpe fuerte de una puerta. Lucas estaba ahí, solo. Samantha parpadeó varias veces sorprendida por verlo ahí, tan serio.A zancada, el pequeño se acercó hasta donde estaba Ariana y luego tomó aire.—¡Lo siento mucho! — Exclamó. —Lamento haberte jalado el pelo, lo siento. — Sam parpadeó varias preguntándose si este en verdad era Lucas. ¿Qué le había dich
La joven colocó su mano sobre el pecho de Daniel y lo empujó ligeramente, él la levantó y finalmente se alejaron, ambos se encontraban ligeramente sonrojados, Sam podía sentir cómo su corazón latía con fuerza intentando comprender qué había sido ese momento.—Será mejor que volvamos. — Indicó el pelinegro y ella aceptó. Caminaron de regreso y se ubicaron en sus asientos intentando olvidar todo lo que había sucedido.El resto de la cena pasó de forma tranquila. Antes de volver a casa, Paul se despidió de ella y en ese momento, un hombre de cabello café con ojos claros se acercó. En cuanto vio a Daniel lo saludo.—Señor Kidd, que bueno verlo. Ella es mi esposa Samantha Jones.—Un placer conocerla. Paul me contó que era amigo suyo. — Paul sonrió levemente. —Me alegra verte contento Daniel, parece que tu esposa es una gema.—No me dé tanto crédito.—Lo mereces. — Comentó Paul. Ella sonrió mientras Daniel fruncía los labios.—Gracias por la cena. Espero lleguen bien a sus casas. — Se despi