Obra registrada bajó el número: 2301113140774
Con fecha: 11/01/2023
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Prefacio
Valeria Anderson echó un vistazo a su reloj de pulsera, estaba llegando tarde a su cita con Derrick Phillips, su novio desde hacía tres meses.
Valeria se mordió el labio, ella aún no podía creer que el chico más popular del salón le hubiese pedido que fuera su novia y, no es que fuera fea, porque no lo era, pero en dos años no se había interesado en ninguno de los chicos del salón. El hecho había hecho levantar varios tipos de comentarios mal intencionados, ella nunca prestó atención a ninguno de ellos, lo que la gente opinara de ella, realmente le tenía sin cuidado, pero desde que Derrick le había pedido una oportunidad, las cosas habían cambiado.
—¿Qué pasa? ¿Por qué no avanzan? —preguntó a nadie, presionando el claxon.
Valeria movió los dedos impaciente, preguntándose ¿cuánto tiempo más iba a estar metida dentro del auto? Estaba a quince minutos del departamento de Derrick y no quería llamarlo, lo último que deseaba era quejarse por haberse quedado atrapada en la hora pico. Lamentándose no haber tomado en cuenta que era viernes por la noche.
El sonido de su móvil le hizo apartar la mirada de su reloj, mientras miraba el identificador de llamadas.
—Aló —respondió el ver que se trataba del número de su amiga, Zoe.
—¿Dónde estás?
—Voy al departamento de Derrick, ¿por qué? —cuestionó, mientras respiraba al ver que los autos empezaban a avanzar.
—Será mejor que te desvíes, Derrick no está en su piso.
—¿Cómo lo sabes? —preguntó frunciendo el ceño.
—Por favor, Valeria, hazme caso y vuelve al piso —pidió Zoe.
Sin embargo, Valeria no viró cuando tuvo la oportunidad y continuó su camino al piso de su novio.
—Te llamaré, luego —dijo, cerrando la llamada.
Quince minutos más tarde, finalmente estacionó en el sótano del edificio en Park Avenue, activó la alarma de su auto y salió corriendo, con los planos de su nuevo proyecto en manos.
Valeria esperó a que las puertas del ascensor se abrieran, estaba nerviosa y ni siquiera sabía la razón, quizá porque estaba llegando tarde o por la propuesta que deseaba hacerle esa noche.
Ella salió con más confianza de la que en realidad sentía, estaba por llamar a la puerta de Derrick, fue entonces, que se dio cuenta de que estaba entreabierta, lo que le causó cierta preocupación, por lo que entró sin llamar, un error que no volvería a cometer en toda de su vida.
Valeria se quedó de piedra al escuchar la voz de Dylan.
—¿Se puede saber cuáles son tus intenciones con Valeria? —preguntó el hombre.
Valeria y Dylan eran amigos desde que ella tenía quince años, sus padres eran socios y amigos, pero lo que no entendía era lo que Dylan hacía allí.
—Lo que ocurra entre Valeria y yo no es tu asunto Harris —pronunció Derrick con molestia.
—Te equivocas, todo lo que ocurra con Valeria me preocupa y quiero que sepas, que no voy a permitir que sigas jugando con ella, ¿hasta dónde quieres llegar con esta m*****a apuesta? —inquirió.
Valeria abrió los ojos como platos, sin entender lo que Dylan decía. «¿Apuesta? ¿Quién había apostado?»
—Basta, Dylan, lo que Derrick y Valeria tengan no es asunto tuyo —intervino Archer, el mejor amigo de Derrick.
—Son unos miserables, Valeria no se merece que la engañes de esta manera. ¡Sé hombre y rompe con ella! —lo retó.
—¿Crees que voy a dejarte el camino libre? —cuestionó Derrick adivinando las intenciones de Dylan, pues él estaba enamorado de Valeria. Su orgullo de hombre le hizo decir palabras que más tarde lamentaría.
—Tú no la quieres —refutó Dylan.
—Por supuesto que no, Valeria es un bonito pasatiempo, pero lo nuestro no tiene ningún futuro, nuestros padres son acérrimos enemigos en el mercado de la construcción —dijo haciendo una pausa.
Valeria sintió como si le hubieran echado un baldazo de agua fría, sus manos se apretaron sobre los planos que tenía en las manos, arrugándolos sin piedad.
—¿Entonces vas a terminar con ella? —preguntó Dylan esperanzado, el muchacho había corrido al edificio de Derrick apenas se había enterado de que estaba jugando con Valeria.
—Por supuesto, ya tengo lo que quería de ella —pronunció Derrick con arrogancia. Una arrogancia que rompió más el corazón de Valeria.
—¿Te acostaste con ella? —preguntó y Valeria ya no supo de quién de los dos era la voz, porque estaba pendiente de la respuesta de Derrick, esperando que él no respondiera, pero sus esperanzas se fueron al traste cuando él habló.
—Sí, me acosté con ella —aseguró y Valeria pudo adivinar la sonrisa en su voz. Lo conocía bien. ¡Tan malditamente bien! tanto que dolía…
—¡¡¡Derrick!!! —gritó Valeria al salir del shock en el que se encontraba.
El rostro del muchacho cambió al ver a Valeria parada justo delante de él, como si ella fuese un fantasma.
—¿Una apuesta, Derrick? —preguntó, negándose a creer que el hombre de quién se había enamorado la había engañado.
—Valeria. —Dylan intentó acercarse a ella, pero Valeria dio un paso atrás.
—Relájate, Val, ¿no creíste que Derrick iba en serio contigo o sí? —preguntó Archer, queriendo ayudar a su amigo.
—No te pregunté a ti —refutó Valeria, tratando de no llorar. Haciendo un esfuerzo porque el nudo que sentía en su garganta no la ahogara.
—Dile la verdad, Derrick, dile que solo fue una apuesta y termina con esta farsa de una buena vez —insistió Archer.
—¿Derrick?...
—Lo siento Valeria, pero es verdad, todo fue por una apuesta y tú sabes que a mí no me gusta perder…
El golpe de una bofetada se escuchó en el sitio y el silencio que le siguió fue sepulcral.
Valeria miró a Derrick con un profundo resentimiento, como nunca imaginó que podría hacerlo.
—¡Vete al diablo, Derrick! —gritó enojada antes de girarse y salir corriendo del piso, de aquel lugar donde Derrick Phillips le había hecho el amor y donde también le había roto el corazón.
Fácilmente estará contento y sosegado el que, de verdad, tiene la conciencia limpia. (Thomas De Kempis).
Invitación Cinco años después.El sonido de una carpeta golpeando el lujoso escritorio de caoba hizo que Derrick Phillips saliera de sus recuerdos. Amargos recuerdos. No sin sentir la bofetada de Valeria Anderson sobre su mejilla, como si en vez de ser un recuerdo, ella volviera a golpearle justo en ese momento.—¡Derrick! —el grito enojado del hombre le hizo levantar la mirada, Derrick enarcó una ceja al ver el rostro serio de su padre parado delante de él.—Buenos días —dijo, con la intención de molestar a su padre por la interrupción e invasión a su oficina.—¿Buenos días? —preguntó con tono irónico—. No sé lo que para ti es sinónimo de un buen día, Derrick. ¿Hasta cuándo seguiremos siendo víctimas de tus escándalos? —cuestionó Patrick Phillips con el rostro rojo por el enojo y la vergüenza que, cada día su hijo mayor le hacía pasar a él y al resto de la familia.—No tengo la menor idea de lo que hablas y tampoco estoy interesado en saberlo —respondió poniéndose de pie—. Tengo que
UltimátumValeria salió del ascensor apenas las puertas se abrieron. Decir que encontrarse con Derrick Philips era una mera casualidad, sería mentir. Lo había esperado.Lo había provocado.Una sonrisa se dibujó en su rostro, Derrick no tenía idea de lo que estaba por venir. Iba a golpearlo donde más le dolía y lo mejor de todo, no iba a poder hacer nada para impedirlo.—¿El mensaje llegó a tiempo? —preguntó Dylan bajando del auto para rodearlo y abrir la puerta del copiloto para Valeria.—Mejor, imposible —respondió sin borrar la sonrisa de sus labios.—Pensé que le causarías problemas —dijo, poniendo el motor en marcha.—Lo hice —respondió Valeria—. He invitado a Derrick Philips a mi fiesta de cumpleaños.Dylan frenó en seco al escucharla.—¿Te has vuelto loca? —preguntó, girando el rostro para verla.—Nunca he estado más cuerda en mi vida, te aseguro que no irá. No es tan valiente —aseguró Valeria.¿La razón?Derrick Philips siempre abandonaba todo lugar donde ella entraba. Eran ene
«Alquila un vientre»Las palabras de Archer se repitieron en la cabeza de Derrick durante los últimos días y a todas horas. Lo recordaba ahora, mientras se preparaba para asistir a la fiesta de Valeria Anderson. Estaba loco, nada lo obliga a asistir y verla con el idiota de Dylan, pero la invitación había sido extendida en presencia del señor Yamanaka, así que desairarla no era una opción. Además, de tener la puta curiosidad de lo que se traía entre manos, Valeria lo invitó por una razón…—¿Una nueva noche con una mujer y alcohol? —preguntó Patrick al verlo bajar por las escaleras.—Una reunión de negocios —respondió sin verlo.—Ya sabes lo que tienes que hacer, Derrick, por favor acepta tu destino de una puta vez y terminemos con todo esto —señaló Patrick, bebiéndose el contenido de su copa.—¿Destino? —cuestionó Derrick—. No me hagas reír, papá, todo lo que en mi vida acontece es porque tú tienes metidas las maldit4s manos.—No seas dramático —se burló Patrick.Derrick apretó los p
Encuentro desagradableValeria salió del cuarto de baño, se vistió con una fina bata antes de dirigir su mirada a la cama, no era Dylan quien estaba con ella esa noche, sino la cadena y el dije que Derrick le había regalado. ¡Era una burla! ¡Era el firme recordatorio de lo que le había hecho cinco años atrás! Derrick jamás dejaría de ser el hombre cruel que se había reído de ella, que se había robado su inocencia y luego había hecho alarde delante de sus amigos y el resto de la universidad, al punto que ella tuvo que mudarse y enfrentar las consecuencias de la crueldad del hombre que fingió amarla.¡No había sido más que una maldit4 apuesta! El enojo hizo que Valeria tomara el dije en la palma de su mano y lo apretara contra su carne hasta sentir la punta de la mitad del corazón enterrarse en su carne, haciéndola sangrar. Valeria abrió su mano y se encontró con la inicial grabada en el reverso del dije, era una “D”, por un momento ella no supo qué pensar, decir o hacer…Entre ta
ConfusiónDerrick respiró profundo, él quizás hubiese insistido en continuar su discusión y aclarar el motivo de su presencia en el hospital, pero su preocupación era Victoria, la mujer tenía quince minutos de retraso y no respondía a sus llamadas.—No te arrepientas —susurró como si la mujer pudiera escuchar su mente. Habían llegado muy lejos, la cita de hoy era imperdible y Victoria lo sabía.Derrick caminó de un lado a otro en la entrada del hospital esperando verla llegar, sin embargo, la mujer brillaba por su ausencia. Él le marco de nuevo, ya había perdido la cuenta de las veces que lo había hecho y el resultado fue el mismo. El móvil estaba apagado.—¡Maldición! —gruñó.Derrick llamó a Archer, pero este tampoco había tenido suerte y no había logrado contactar a Victoria Owen, ella simplemente había desaparecido.—Seguiré buscando, Victoria no puede irse, así como así. ¡Firmó un contrato! —la voz alterada de Archer por el teléfono no sosegó a Derrick. Ya no tenía ningún sentido
Embarazada «La doctora Lennox inseminó a Valeria por error» Archer se ahogó con su propia saliva al escuchar las palabras de Derrick y lo miró como si su amigo se hubiese vuelto loco. —No me mires así —dijo Derrick, poniéndose de pie, dejando salir un suspiro frustrado—. No sé cómo fuimos a terminar así, jamás lo hubiese imaginado —añadió ante el silencio de Archer. El hombre estaba en shock y no era para menos. Valeria inseminada por error. ¿De todas las mujeres en la ciudad? Debía ser una puta broma del destino. —No sé qué decirte. —No es necesario que digas nada, Archer, traté de evitarlo, corrí cuando supe que había una equivocación, pero no lo logré y ahora es muy probable que, Valeria Anderson lleve a mi hijo en su vientre —confesó con voz ahogada. Derrick tenía sentimientos encontrados y no sabía cómo manejarlos. —Es un tema muy delicado Derrick, Valeria enloquecerá cuando se entere —mencionó Archer. Imitando la acción de su amigo, se puso de pie y caminó por la oficina—
¿Quién es el padre? «Embarazada»«Embarazada»«Embarazada»Un silencio sepulcral se adueñó de la habitación, mientras Dylan observaba a Valeria, esperando una reacción de su parte. Valeria no podía creer las palabras dichas por el médico. ¿Un hijo? Eso era imposible, por diversos motivos que no venían al caso mencionar en ese momento no había manera de que ella estuviera embarazada, es más, ella ni siquiera deseaba recordarlos.—Debe haber un error —dijo, saliendo de su estupor.—Quizás no sea un error, Valeria, y nuestro hijo se este formando en tu interior —pronunció Dylan con voz ahogada. Un hijo era algo que los uniría para siempre, una razón para formalizar su relación de dos años, pues convencer a Valeria de darle una oportunidad había sido la cosa más difícil del mundo, pero cuando ella le dio el sí, aunque no como él lo deseaba se convirtió en el hombre más feliz de la ciudad.Valeria Anderson era la mujer que siempre había amado y a la que amaría de manera incondicional y ve
Soy yoAsesinar el milagro que se gestaba en su interior era lo peor que ella podría hacer. Sin importar quién fuera el padre de su criatura, era suyo, parte de su cuerpo, de su carne. Era su sangre.—Valeria… —Dylan se pasó la mano sobre su alborotado cabello, había frustración y nerviosismo en él—. Es una opción… —añadió.—Asesinar a un ser inocente jamás será una opción —gruñó Valeria con rabia.—¡Ni siquiera sabes quién es el padre de ese niño! —gritó exasperado ante la negación por parte de Victoria.—¡No me importa quien sea su padre, pero me alegro que no seas tú! —replicó con enojo.—¿No querías un hijo mío? —preguntó cambiando su rostro a uno de dolor.—Lo que no quiero para mi hijo es un padre como tú, pensé que me amabas de verdad, que tu amor era incondicional —susurró Valeria levantándose de la cama.—Te amo y no tienes derecho a decir que no soy incondicional. He estado para ti en todo momento, he sido tu amigo, tu amante y compañero ¡El hombre que te ama más que a sí mi