Ultimátum
Valeria salió del ascensor apenas las puertas se abrieron. Decir que encontrarse con Derrick Philips era una mera casualidad, sería mentir. Lo había esperado.
Lo había provocado.
Una sonrisa se dibujó en su rostro, Derrick no tenía idea de lo que estaba por venir. Iba a golpearlo donde más le dolía y lo mejor de todo, no iba a poder hacer nada para impedirlo.
—¿El mensaje llegó a tiempo? —preguntó Dylan bajando del auto para rodearlo y abrir la puerta del copiloto para Valeria.
—Mejor, imposible —respondió sin borrar la sonrisa de sus labios.
—Pensé que le causarías problemas —dijo, poniendo el motor en marcha.
—Lo hice —respondió Valeria—. He invitado a Derrick Philips a mi fiesta de cumpleaños.
Dylan frenó en seco al escucharla.
—¿Te has vuelto loca? —preguntó, girando el rostro para verla.
—Nunca he estado más cuerda en mi vida, te aseguro que no irá. No es tan valiente —aseguró Valeria.
¿La razón?
Derrick Philips siempre abandonaba todo lugar donde ella entraba. Eran enemigos y Valeria no tenía ningún jodido problema en dejárselo claro cada vez que podía y nadie podía culparla. Había sido el mismo Derrick quién aseguró en el pasado que lo único que tenían en común era la enemistad de sus familias.
—Yo no estaría tan seguro, cariño —refutó Dylan, no estaba de acuerdo con tentar el orgullo de Derrick.
Valeria le sonrió.
—Llévame a comer y deja de pensar en Philips —ordenó.
Dylan negó con un movimiento de cabeza, sin embargo, se dirigió al restaurante favorito de Valeria.
Dylan vivía para complacerla en todo…
Mientras tanto, en la sala de juntas Derrick guardó la laptop, había enseñado a Kenji Yamanaka su propuesta, pero bastó ver el desinterés del hombre para saber que tenía pocas posibilidades de quedarse con el contrato millonario que ofrecía el japonés. Lo peor era perder ante Valeria Anderson, su enemiga jurada.
Porque fue lo que quisiste que fuera, pudo ser más que eso.
Derrick hizo a un lado la voz de su conciencia, se negó a ir por ese camino, había pasado cinco largos años y ninguno de ellos era el mismo. Valeria tenía una vida hecha y parecía que Dylan Cooper ocupaba su lugar.
—Estaré a la espera —dijo, sabiendo que ya nada tenía que hacer en la sala de juntas, por lo que recogió sus pertenencias, extendió la mano para despedir al señor Yamanaka y salió con paso firme. Esperando no encontrarse con Valeria de nuevo.
Derrick caminó hasta su auto, era una jodida suerte que Archer no subiera con él a la reunión. Archer en su afán de salvarle el pellejo, terminaba embarrándola más.
—Vi salir a Valeria Anderson —dijo Archer, tan pronto como se reunieron dentro del auto.
—Lo sé, sostuvo una reunión con el señor Yamanaka antes que nosotros —dijo, lanzando su portafolios a la parte trasera del auto sin ceremonia.
—¿Se enfrentaron? —preguntó, pues no sería la primera vez.
—Me gustaría decirte que sí y que gané, pero creo que hemos perdido este proyecto, además de ganar una cordial invitación a su fiesta de cumpleaños el próximo fin de semana —dijo.
—¿Qué?
—Lo que escuchas, Archer. Valeria me ha invitado —mencionó, cerrando los ojos, tratando de no pensar en el único cumpleaños de Valeria que pasaron juntos, el día que ellos habían hecho el amor…
—Por supuesto que declinaste la invitación —se apresuró Archer mencionar.
—No lo hice.
—¿Te has vuelto loco? —cuestionó con el ceño fruncido.
—Quiero ir y quiero saber lo que Valeria se trae entre manos —mencionó, sin mucha convención.
—Estás loco y no es una pregunta, es una jodida afirmación —dijo Archer— ¡No tienes que ir! —añadió.
—Vayamos a comer —pidió sin ánimos de entrar en ninguna discusión con su mejor amigo.
Archer terminó obedeciendo, porque sabía que no lograría convencer a Derrick de hacer semejante locura.
Sin embargo, y para su mala suerte terminaron encontrándose con Valeria y Dylan. El hombre era un oportunista, por lo menos, lo era desde el punto de vista de Derrick, ya que, no había perdido oportunidad de metérsele a Valeria por los ojos y parecía que…
—Deja de verlo, pensarán que estás interesado en ellos —habló Archer, logrando que Derrick girara el rostro y lo mirarse con cierta molestia.
—No estaba mirándolos —refutó él.
—Claro, lo que tu digas —comentó con ironía. Archer seguía sin comprender el comportamiento de Derrick cuando de Valeria Anderson se trataba. ¿No se suponía que era su enemiga? De hecho, Valeria lo tenía claro, pero Derrick parecía que no.
—Será mejor marcharnos —mencionó Derrick, luego de ver como Dylan limpiaba una mancha inexistente en la barbilla de Valeria y ella le sonriera, esto era…
—Estoy de acuerdo contigo, estar aquí es… demasiado —convino Archer, podía sentir la tensión en el ambiente, el hombre estaba seguro que se podía cortar con el filo de un cuchillo.
Derrick volvió a la oficina, se ocupó de todos los asuntos pendientes, mientras evadió las llamadas de su actual amante, no quería verla, hoy lo único que deseaba, era volver a casa y olvidarse de todo. Olvidarse de ella.
Cuando finalmente la noche cayó sobre la ciudad, él salió con rumbo a casa, Derrick lamentaba no poder venir a su piso como de costumbre, pero su madre lo necesitaba a su lado y no podía fallarle, no después de lo que su padre le había hecho.
—Por fin llegas, estaba esperándote —la voz de Patrick llegó a los oídos de Derrick, haciendo que el hombre se detuviera en seco.
—No tienes por qué esperarme —refutó.
—Tenemos una conversación pendiente, Derrick, te guste o no —mencionó Patrick, poniéndose de pie.
Derrick se fijó en el vaso de licor en la mano de su padre y supo que ya estaba ebrio.
—Hablaremos mañana, ahora saludaré a mi madre —dijo, intentando pasar de ese trago amargo.
—Tu madre no está, se ha ido de vacaciones —informó.
Derrick lo miró con enojo.
—¿Qué fue lo que le hiciste esta vez? —preguntó.
—Nada, ella decidió que era bueno darse un pequeño descanso de todo esto. No me culpes, Derrick, tu madre está cansada de que seas a diario el protagonista de todas las portadas…
—¿Qué es lo que quieres, papá? —preguntó Derrick, cansado de la situación.
—Te lo dije por la mañana, quiero que te cases, que tomes responsabilidad de tu vida, es la única manera en la que te dejaré ser el CEO de la compañía, de lo contrario…
—De lo contrario, ¿qué? —refutó Derrick interrumpiendo a su padre.
—De lo contario, será tu hermano quién asuma la presidencia de la compañía —dijo y Derrick podía jurar que había cierto regocijo en su voz.
—Medio hermano —gruñó Derrick.
—Sigue siendo mi hijo y una opción para asumir el cargo de CEO en la compañía, así que eres tú quien decid. Tienes un heredero o la empresa estará a cargo de Austin, tu medio hermano.
Derrick apretó los puños con fuerza, era un ultimátum, su padre sabía que tarde o temprano cedería a su petición, pues no podía dejar la compañía de su madre, en manos del hijo de la amante de su padre…
¡Jamás!
Austin era un recién aparecido del que no sabía nada, hasta hace unos días, que convenientemente aparecía para arruinar su vida, seguramente por petición de su padre.
—Piénsalo, pero no te demores — Patrick entregó el vaso de licor a su hijo y lo dejó solo en la sala.
A la mañana siguiente, Derrick terminó contándole todo a Archer, no tenía a nadie más para desahogarse, él estaba sintiendo el agua llegarle al cuello.
—Tu padre no puede hacerte eso —dijo Archer, el hombre mesó sus cabellos negros, mientras procesaba lo que Derrick acaba de contarle.
—Puede y lo hará, mamá le firmó la cesión de sus acciones, si él quiere, puede nombrar al hijo de su amante como CEO —confirmó Derrick.
—Has trabajado duro desde antes de graduarte, tu padre no puede simplemente tirar por la borda todos tus esfuerzos —continuó Archer.
—A mi padre le importa una mierd4 lo que he hecho por esta empresa, se ha concentrado en mis escándalos, pero se ha olvidado de lo que puede ocurrir si hace pública la existencia de un segundo hijo y que, además, es ilegitimo —gruñó.
—El problema es, que tu madre también saldrá afectada —le hizo ver Archer.
—Lo sé, pero no quiero casarme, menos si no estoy enamorado. ¡Tengo amantes no candidatas a esposas! —exclamó, poniéndose de pie de manera abrupta, haciendo que la silla cayera estrepitosamente sobre el piso.
Derrick jamás se casaría con una de sus conquistas, todas eran aventuras de una noche, no las veía como la mujer de su vida y menos como la madre de sus hijos…
—Tu padre lo que quiere es un heredero, ¿verdad? —preguntó Archer, luego de un corto silencio entre ellos.
Derrick asintió, mientras su vista se perdía en los edificios de enfrente.
—Alquila un vientre —dijo Acher, sorprendiendo a Derrick.
—¿Qué?
—Es la solución más sencilla, buscas un profesional que te asista, eliges a la candidata perfecta y en nueve meses tendrás a tu heredero…
Derrick pensó que su amigo se había vuelto loco.
—No me mires así, para situaciones extremas, decisiones extremas —dijo.
Alquila un vientre…
«Alquila un vientre»Las palabras de Archer se repitieron en la cabeza de Derrick durante los últimos días y a todas horas. Lo recordaba ahora, mientras se preparaba para asistir a la fiesta de Valeria Anderson. Estaba loco, nada lo obliga a asistir y verla con el idiota de Dylan, pero la invitación había sido extendida en presencia del señor Yamanaka, así que desairarla no era una opción. Además, de tener la puta curiosidad de lo que se traía entre manos, Valeria lo invitó por una razón…—¿Una nueva noche con una mujer y alcohol? —preguntó Patrick al verlo bajar por las escaleras.—Una reunión de negocios —respondió sin verlo.—Ya sabes lo que tienes que hacer, Derrick, por favor acepta tu destino de una puta vez y terminemos con todo esto —señaló Patrick, bebiéndose el contenido de su copa.—¿Destino? —cuestionó Derrick—. No me hagas reír, papá, todo lo que en mi vida acontece es porque tú tienes metidas las maldit4s manos.—No seas dramático —se burló Patrick.Derrick apretó los p
Encuentro desagradableValeria salió del cuarto de baño, se vistió con una fina bata antes de dirigir su mirada a la cama, no era Dylan quien estaba con ella esa noche, sino la cadena y el dije que Derrick le había regalado. ¡Era una burla! ¡Era el firme recordatorio de lo que le había hecho cinco años atrás! Derrick jamás dejaría de ser el hombre cruel que se había reído de ella, que se había robado su inocencia y luego había hecho alarde delante de sus amigos y el resto de la universidad, al punto que ella tuvo que mudarse y enfrentar las consecuencias de la crueldad del hombre que fingió amarla.¡No había sido más que una maldit4 apuesta! El enojo hizo que Valeria tomara el dije en la palma de su mano y lo apretara contra su carne hasta sentir la punta de la mitad del corazón enterrarse en su carne, haciéndola sangrar. Valeria abrió su mano y se encontró con la inicial grabada en el reverso del dije, era una “D”, por un momento ella no supo qué pensar, decir o hacer…Entre ta
ConfusiónDerrick respiró profundo, él quizás hubiese insistido en continuar su discusión y aclarar el motivo de su presencia en el hospital, pero su preocupación era Victoria, la mujer tenía quince minutos de retraso y no respondía a sus llamadas.—No te arrepientas —susurró como si la mujer pudiera escuchar su mente. Habían llegado muy lejos, la cita de hoy era imperdible y Victoria lo sabía.Derrick caminó de un lado a otro en la entrada del hospital esperando verla llegar, sin embargo, la mujer brillaba por su ausencia. Él le marco de nuevo, ya había perdido la cuenta de las veces que lo había hecho y el resultado fue el mismo. El móvil estaba apagado.—¡Maldición! —gruñó.Derrick llamó a Archer, pero este tampoco había tenido suerte y no había logrado contactar a Victoria Owen, ella simplemente había desaparecido.—Seguiré buscando, Victoria no puede irse, así como así. ¡Firmó un contrato! —la voz alterada de Archer por el teléfono no sosegó a Derrick. Ya no tenía ningún sentido
Embarazada «La doctora Lennox inseminó a Valeria por error» Archer se ahogó con su propia saliva al escuchar las palabras de Derrick y lo miró como si su amigo se hubiese vuelto loco. —No me mires así —dijo Derrick, poniéndose de pie, dejando salir un suspiro frustrado—. No sé cómo fuimos a terminar así, jamás lo hubiese imaginado —añadió ante el silencio de Archer. El hombre estaba en shock y no era para menos. Valeria inseminada por error. ¿De todas las mujeres en la ciudad? Debía ser una puta broma del destino. —No sé qué decirte. —No es necesario que digas nada, Archer, traté de evitarlo, corrí cuando supe que había una equivocación, pero no lo logré y ahora es muy probable que, Valeria Anderson lleve a mi hijo en su vientre —confesó con voz ahogada. Derrick tenía sentimientos encontrados y no sabía cómo manejarlos. —Es un tema muy delicado Derrick, Valeria enloquecerá cuando se entere —mencionó Archer. Imitando la acción de su amigo, se puso de pie y caminó por la oficina—
¿Quién es el padre? «Embarazada»«Embarazada»«Embarazada»Un silencio sepulcral se adueñó de la habitación, mientras Dylan observaba a Valeria, esperando una reacción de su parte. Valeria no podía creer las palabras dichas por el médico. ¿Un hijo? Eso era imposible, por diversos motivos que no venían al caso mencionar en ese momento no había manera de que ella estuviera embarazada, es más, ella ni siquiera deseaba recordarlos.—Debe haber un error —dijo, saliendo de su estupor.—Quizás no sea un error, Valeria, y nuestro hijo se este formando en tu interior —pronunció Dylan con voz ahogada. Un hijo era algo que los uniría para siempre, una razón para formalizar su relación de dos años, pues convencer a Valeria de darle una oportunidad había sido la cosa más difícil del mundo, pero cuando ella le dio el sí, aunque no como él lo deseaba se convirtió en el hombre más feliz de la ciudad.Valeria Anderson era la mujer que siempre había amado y a la que amaría de manera incondicional y ve
Soy yoAsesinar el milagro que se gestaba en su interior era lo peor que ella podría hacer. Sin importar quién fuera el padre de su criatura, era suyo, parte de su cuerpo, de su carne. Era su sangre.—Valeria… —Dylan se pasó la mano sobre su alborotado cabello, había frustración y nerviosismo en él—. Es una opción… —añadió.—Asesinar a un ser inocente jamás será una opción —gruñó Valeria con rabia.—¡Ni siquiera sabes quién es el padre de ese niño! —gritó exasperado ante la negación por parte de Victoria.—¡No me importa quien sea su padre, pero me alegro que no seas tú! —replicó con enojo.—¿No querías un hijo mío? —preguntó cambiando su rostro a uno de dolor.—Lo que no quiero para mi hijo es un padre como tú, pensé que me amabas de verdad, que tu amor era incondicional —susurró Valeria levantándose de la cama.—Te amo y no tienes derecho a decir que no soy incondicional. He estado para ti en todo momento, he sido tu amigo, tu amante y compañero ¡El hombre que te ama más que a sí mi
Vete y no regreses«Soy yo, Valeria»El cuerpo de Valeria se tensó hasta el punto de pensar que no sería capaz de moverse de la silla, su garganta se cerró y sus ojos manifestaron miedo.—Señorita Anderson, le presento a Derrick Philips, el padre del bebé que usted espera. —Eva Lennox desconocía el pasado entre ellos, no tenía idea de lo que estaba causando en Valeria aquella revelación.—Valeria —dijo Derrick y su voz hizo salir a la joven de su estupor inicial, aun así, ella no se levantó, pensaba que, si lo hacía terminaría de bruces contra el piso.—Es necesario que ustedes hablen —intervino de nuevo la doctora mirando a su hermana para darles la privacidad que ellos necesitaban.—No tenemos nada de qué hablar —susurró Valeria con voz tensa y ahogada.—Lamento mi equivocación, señorita Anderson, y asumo toda la responsabilidad del caso. Por favor hable con el señor Philips y cualquier acuerdo al que lleguen solo tienen que informarme —la doctora hizo una pausa—. Estoy a su complet
Seré tu guardiánDerrick se dirigió a la clínica de la doctora Eva Lennox para saber si Valeria tendría el alta médica esa tarde o si debía quedarse en observación. Si él pudiera intervenir en la decisión de la doctora, optaría por dejarla hospitalizada por dos razones: la primera, porque quería que Valeria y el bebé no corrieran ningún peligro y la segunda, porque sabía que si Valeria se marchaba de la clínica no volvería a verla pronto.«Quizás nunca más»El pensamiento no lo asustó, sino que, le aterró. Derrick no quería perderla de vista y si tenía que convertirse en el guardián de sus pasos, él estaba más que dispuesto a ser lo que tenía que ser. Se había equivocado una vez y no quería volver a cometer el mismo error dos veces.—Señor Philips —la doctora lo saludó al verlo entrar, parecía un poco preocupada y eso hizo que el miedo se instalara en el corazón de Derrick.—Buenas tardes doctora Lennox —saludó, sentándose en la silla antes de que la doctora se lo indicara, Derrick ne