Capítulo 59
Él llevaba un traje casual color beige que le sentaba de maravilla, dándole un porte elegante y refinado. Me reveló una leve sonrisa y explicó:

—Un amigo mío está hospitalizado, vine a visitarlo.

—Ah ya veo.

—¿Y tú? ¿Qué haces aquí en el hospital tu solita?

Le mostré el informe de los resultados y le respondí:

—Vengo a recoger el informe.

La expresión de Enzo se tornó muy seria de repente:

—¿Todo va bien?

—Sí, sin problemas.

En realidad, acababa de hacer los chequeos de rutina organizados por la empresa, y los resultados eran iguales que los de la última vez, con todos dentro de los rangos normales. Excepto por un pequeño detalle: ahora tenía un bebé en mi vientre.

Enzo asintió y me invitó:

—¿Creo que aún no has comido? ¿Quieres que vayamos a comer algo juntos? Ah, Izan y Olaia también van a estar.

Tal vez para evitar sospechas, agregó la última frase.

Me froté el vientre, era cierto que ya tenía algo de hambre, por lo que acepté la oferta:

—Claro, me parece bien. No tenía idea de qué
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