Capítulo 558
La respetabilidad de la familia Jiménez no era más que una fachada que encubría sus lazos con el crimen organizado.

Antes, pensaba que Enzo era amable y nunca haría nada inmoral, pero ahora me preocupaba.

Me mordí el labio: —No quiero que te lastimen.

Los ojos marrones de Mateo se iluminaron con una sonrisa suave y seductora.

Aunque estaba claramente feliz, intentó burlarse de mí: —¿Te preocupas por mí? Pensé que Delia no podía olvidar a Enzo...

Vaya....

No supe qué decir.

Le di un toque en la frente: —Eres demasiado celoso.

Mateo asintió con seriedad: —¿Y qué?

...

Finalmente, logró disipar mi mal humor.

Miré a mi abuela, que seguía en coma, y pregunté: —¿Cuánto seguro estás?

Mateo tomó mi mano y sonrió con confianza: —Siempre tengo un cien por cien de certeza en lo que hago.

Los demás decían que el heredero de la familia Vargas era arrogante, pero sabía que no era por orgullo, sino porque realmente tenía la capacidad.

—Entonces, prométeme que conseguirás el antídoto sin ponerte en pel
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