Capítulo 505

Al despertar al día siguiente, el despertador aún no había sonado.

Apenas salí de la habitación, sonó el timbre. Era Olaia.

Con un suspiro, le dije: —¿No tienes mi huella dactilar? ¿Por qué no entras directamente?

—Es que…

Olaia miró hacia el dormitorio con una sonrisa: —No quería interrumpir lo que estabas haciendo con tu novio.

—¿Interrumpir qué? Él no está.

Le expliqué y luego pregunté: —¿Por qué llegas tan temprano?

Mateo no volvió al Conjunto Los Jardines anoche y solo me mandó un mensaje sobre un problema urgente con el Grupo Vargas, sin más detalles.

Entonces Olaia recordó lo que realmente importaba y me preguntó:

—¿Es cierto lo que me enviaste?

—Anoche bebí demasiado. Esta mañana, al verlo, ¡me asusté!

—En el camino, no dejé de mirar el mensaje, temiendo estar soñando.

—¿Es de verdad tu madre, la señora García?

Sus palabras brotaron sin cesar. Ante su asombro, asentí y le mostré el colgante de jade que llevaba en el cuello: —Sí, mira, mi colgante ha regresado.

Si necesitas m
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