Capítulo 511
Sebastián miró a Eloy, tragando saliva, visiblemente nervioso: —Hermana, sé que no me esperabas, pero hay algo que necesito decirte en persona.

Sin darle tiempo a responder y sin preocuparse por la gente alrededor, continuó: —Ya no tienes que protegerme. Ahora soy yo quien manda en la familia García. ¡Yo puedo protegerte!

No sabía si Eloy lo aceptaría, pero yo ya sentía un nudo en la garganta.

Quizás, porque sabía que él era mi tío y la mujer a su lado, mi madre. Me conmovió su lazo familiar.

Eloy, con los ojos enrojecidos, apartó la mirada un instante para contener las lágrimas, y luego volvió a mirar a Sebastián con una sonrisa sarcástica: —¿Tú cuidándome? Si de niño llorabas para que te cambiara el pañal.

—¡Jajaja!

Yolanda casi se atraganta de la risa, sin poder contenerse.

Sebastián tosió, sin el menor rastro de vergüenza: —Hermana, ¿no sigues enojada conmigo?

Aparté la vista de Eloy para mirar a Sebastián y sonreí: —Tío, estoy segura de que mamá nunca estuvo enojada contigo.

Se
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