Capítulo 395
Olaia se inclinó curiosa: —¿Qué pasa, de quién es el mensaje?

Apagué la pantalla: —Mateo.

—¿Él? ¿Qué quiere? ¿No estaba ya satisfecho con cómo te ridiculizó en el restaurante esta noche? ¿Siente que no lo hizo bien?

—No es eso.

Me sonrojé un poco: —Le duele la pierna, probablemente es una secuela de la explosión. Tengo que ir a verlo.

Olaia me miró indignada: —¿Acaso no acabas de decir que no ibas a priorizar a tu pareja sobre tus amigos? ¿Y ahora resulta que sí lo haces?

Me puse a hacerle un masaje en el hombro: —Olaia, ¿cómo podría yo anteponer a mi pareja sobre mis amigos? Solo voy a echar un vistazo, ¿qué quieres comer? Te traigo algo cuando regrese.

—No, él tiene novia, ¿no? ¿Qué vas a hacer al respecto?

—No es su novia.

Me toqué la oreja: —Es su prima.

—Bueno, bueno, ve entonces.

Olaia suspiró aliviada y me empujó afuera.

En el camino, justo cuando iba a entrar al garaje, el guardia de seguridad me detuvo.

Dijo que hoy había una nueva normativa de la propiedad que prohibía la ent
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