Capítulo 305
Estas dos preguntas eran bastante incisivas.

Sin embargo, Mateo no mostró incomodidad en su rostro. Me hizo un gesto para que me acercara un poco: —Acércate un poco, te lo diré.

Me incliné unos centímetros: —Dime.

El espacio en el coche era reducido, y además del conductor no había nadie más. ¿Para qué tanto misterio?

Mateo se inclinó ligeramente hacia mí, con una sonrisa burlona: —No me gustan las personas que son demasiado torpes.

Me quedé sin palabras.

Me incorporé de golpe y le lancé una mirada furiosa: —¿Entonces debería agradecerte por tu ayuda?

—No me importa.

Sonrió con amabilidad.

Siempre con esa actitud molesta.

A pesar de todo, no podía ignorar la ayuda que me había brindado. Incliné la cabeza: —Gracias por lo que hiciste antes.

Sus dedos elegantes golpeaban distraídamente el borde de la ventana: —Si no hubiera venido yo, igualmente te habrían dejado ir.

—Pero aún así, seguirías sufriendo un poco más.

La familia Hernández no se detendría fácilmente.

Con lo que se había filtr
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo