James y yo llevamos un año y medio de relación, ambos estamos felices con lo que compartimos, incluso se puede decir que estamos algo enamorados. Esta es la primera relación larga que tenemos y queremos que se mantuviera en eso, una larga y sana relación.
Al menos, eso es lo que quiero.
Este fin de semana fuimos a una cabaña lejos de la ciudad. Vivimos en *Mainvillage*, la ciudad más aburrida del planeta, por lo que, salir los fines de semana ya sea al campo o la playa es prácticamente necesario, cada fin de semana intentamos ir a un lugar distinto.
Este paseo se supone es especial, una sorpresa para mí. James, mi novio, se había encargado de buscar todo y estábamos bastante lejos, para ser específica, estábamos en medio de la nada, una casita pequeña de madera y rodeados por naturaleza; un pequeño paraíso con la frescura y sencillez que solo un valle puede brindar. En la tarde, decidimos que para cenar estaba bien asar algo de carne en la chimenea y también cocinamos palomitas a la leña.
Me despertó a las tres de la mañana, pensé que íbamos a pasarla bien, un poco de acción no estaba mal, pero, no era lo que yo pensaba. Salimos de la cabaña bastante abrigados, había un caballo esperándonos fuera lo que me pareció bastante divertido, (James y sus ocurrencias), él me ayudó a montarme y nos fuimos.
Después de media hora nos detuvimos en un amplio y bonito mirador, se podía apreciar la lucha del sol por salir entre las nubes y un hermoso rosal que acompañaba el suelo al rededor, demasiado impresionante la mezcla de colores e incluso la sensación de frescura, pequeñas luces iluminaban el espacio que James preparó para nosotros y había rosas blancas, mis favoritas en pequeños floreros de cristal, música suave y un par de mecedoras con una botella de champaña en medio.
James extendió su mano y la tomé, comenzamos a bailar uno cerca del otro tan pegado como era posible. Danzamos lentamente, yo estaba bastante relajada, disfrutando de la compañía y el calor que su cuerpo pudiese ofrecer, reposé mi cabeza en su pecho y escuché sus latidos acelerados, pensé que iba a infartar así que me animé y pregunté:
— ¿Qué pasa contigo hoy? Nunca eres así, tus lati... — Me interrumpió y detuvo nuestro baile.
Lo vi arrodillarse y me sentí tan angustiada, esto simplemente no puede estar pasando.
¿Cómo no lo entendí antes?— Emma Pieth Belli, eres la persona más exasperante que alguna vez he conocido, pero estoy seguro de que necesito de ello para seguir vivo. ¡Cásate conmigo!
Lo vi ahí por varios minutos, arrodillado ante mí, con un hermoso anillo entre sus manos, un corte de diamante común y un aro de oro bastante grueso, le miré a los ojos y luego de vuelta al anillo, está vez logré notar unos destellos sobre el agarre de la piedra que parecían ser más piedras caras y brillantes. Él añadió que había sido hecho a la medida, suspiré y le acaricié la mano.
<<Es bonito y caro>>.
<<Él es una buena pareja>>.
Noté que no era la única nerviosa, James me observaba con aquellos verdes ojos, que suplicaban por una respuesta mientras el nerviosismo recorría su cuerpo y se burlaba de él.
Solo podía pensar:《¡Emma, estarás sola si no aceptas! ¿Emma acabarás con mil hijos y una suegra lame suelas? ¿Alcohol? ¿Un corte de cabello?, ¿Un nuevo auto?, ¡Acepta o niégate!》Esas eran las únicas opciones que venían a mi mente con las cuales podría intentar sustituir lo que ahora tengo con James.
Le vi beber una copa rebosante de champán y otra después de eso, me acerqué al lugar en el cual estaba James, realmente no me di cuenta de en qué momento se puso en pie, pero no tardé en estampar mis manos contras su mejilla en repetidas ocasiones.
— ¿Esto es tu versión de un no o un sí? —Preguntó mientras sostenía con fuerza mis manos. Miré sus enrojecidas mejillas y luego su rostro lleno de pánico, James me acercó a su pecho y me retó con la mirada además hizo más fuerte su agarre alrededor de mis manos.
— ¿¡Cómo se te ocurre?! — Dije desesperada, me solté y le di un último golpe en el hombro antes de quitarle la botella de la mano, su botella de champán favorito y darle un largo sorbo a la fría y espumante bebida. — James, ¡ni siquiera conocemos a las familias del otro! ¿Y quieres casarte conmigo?
¿Por qué me hace esto?
¿A quién se le ocurre?
Hasta hace unos meses no teníamos ese tipo de relación y él necesita ahora mantenerme en su vida de manera permanente. Comenzamos como "amigos con derechos" y después ambos cometimos el peor error; enamorarnos. Decidimos iniciar una relación seria con algunas reglas básicas como:
*Nada de celos.
*Ninguno iba a controlar o intentar cambiar la vida del otro.
*Yo lo acompañaría a una de sus cenas importantes después del año.
*La vida laboral no se mezcla con nuestra relación. (Lo cual es perfecto, yo soy psicóloga y él es abogado, además tiene otros negocios, que tampoco me interesan).
*Yo podía volver a mi departamento cuando quisiera, solo debía avisarle que no estaría en el que compartíamos y todos felices.
Yo estaba cómoda al punto en el cual me sentía identificada con el dicho: “cada quién en su casa y Dios en la de todos”, a pesar, de que era un poco más “cada uno sigue las reglas y Dios la de todos” … Bueno, el punto es que estábamos bien. Felices. Simple. Práctico. ¡Ahora James quiere casarse! ¿En qué mundo vive?
Había más reglas; quién duerme de cada lado, el encargado de los autos, cuantas veces a la semana cocinábamos o comprábamos fuera y todo lo que podemos disfrutar el uno con el otro que podíamos disfrutar según la semana… pequeñeces, pero, esas nos mantenían a flote y las elementales como no involucrar el pasado a o a la familia eran las que realmente nos mantenían felices; funcionales incluso. Las reglas funcionaban para mí y hasta el momento para él... Cuatro meses como su "amiga con derechos" más de 8 meses viviendo juntos.
¿Por qué James quería más?
No puedo dejar mis pensamientos quiero responder, pero no tengo palabras.
Esto es algo tan serio.
《Matrimonio》
Lo amo y es verdad, pero esas dos sortijas que vienen con el matrimonio son signo del mayor compromiso gigante hacia uno y hacia alguien más, ¿Qué tiene de práctico el divorcio o de simple la anulación? Además, si de escusas se trata; solo tengo veintitrés años, pensé en casarme a los treinta y cuatro, eso; si encontraba a alguien disponible.
Llevábamos tanto tiempo en silencio que era fácil escuchar los sonidos de la noche grillos, ranas, la vida silvestre entera en medio de nosotros, mi treintañero favorito se veía desgastado y bastante decepcionado, le di una repasada a todo lo que había preparado y aquel lujoso anillo y me sentí tan abatida como él, por un momento aceptar se volvió necesario, pero no quería eso para mí y para él; un matrimonio a la fuerza. Esta sigue siendo la decisión más importante de mi vida, una decisión que James tomó equivocadamente y apresuradamente un impulso que pensó necesario como respirar.
Finalmente me volteé y le dije:
— Perdón, pero no sé.
Lo vi fruncir su ceño y darse la espalda, tomó asiento en el suelo y se acostó lentamente a ver el cielo, pensé que estaba por colapsar de alguna manera y lo hizo, gritó como un demente
— ¡Ya me di cuenta! ¿¡Cuál es tu problema!?
— No conocemos a nuestras familias, no sabemos quiénes realmente somos, ni de nuestro pasado.
— Me estoy casando contigo no con tus hermanos o hermanas.
— Ahí está, James, no tengo hermanas y no lo sabes porque no somos tan íntimos. No sé qué es esto, estábamos perfecto cuando solo teníamos sexo y listo, pero NO, teníamos que tener algo más formal porque el señor así lo quería…
— No, no, no — me interrumpió James. — Esta relación siempre va a tu conveniencia yo te amo y tú me ves como a un objeto sexual y listo. Me siento como una especie de gigoló; usado y desechado. ¿Es eso lo que soy en tu vida? ¡Sexo! — preguntó a gritos. — ¿Qué es lo que quieres?
Quería llorar eso era lo que quería; pero, no sirvo para eso siquiera.
Dependiendo de mi respuesta esta relación se iba a la m****a o seguía. Seguir ¿Realmente quería seguir? Porque era claro que él quería matrimonio ¿Eso quería yo? ¿Quería sus besos y sus detalles? Si de eso realmente estaba segura de que podía morir solo al sentir uno de sus besos o caricias y revivía con cada abrazo o detalle.
— Eres mi gigoló favorito — dije intentando suavizar el ambiente. Me acerqué y le tomé de las mejillas para que sus verdes ojos conectaran con los míos. — Solo siento que debemos conocernos más, antes de tomar una decisión tan importante.
— Cómo sea… — Dijo agobiado. — Vamos a la cabaña.
— ¿Sabes que te quiero, James? Si llegases mañana a casa de tu madre y le dijeses: "Hey, me voy a casar con alguien que no conoces en seis meses…” — hice comilla con mis dedos— ¡Te invito a la boda! Ella va a preguntar: “¿Está esperando un hijo?”
— De acuerdo, tienes razón. ¿Entonces?
— Hagamos eso, conozcamos a tu familia. — Lo besé en la comisura de sus labios y después le di un pequeño beso en la frente; siempre lo hacía sonreír y esta vez no fue la excepción.
Días después
Desde que volvimos de la cabaña no tocamos el tema relacionado con boda o algo parecido, en realidad, ya habían pasado varios días, casi un mes y James estaba muy tranquilo, ambos estábamos felices compartiendo como una pareja normal de novios que no piensan en casarse.
Es jueves, varios pacientes habían cancelado la consulta para la tarde, estaba casi vacía la agenda por lo que decidí ir a dar un paseo. Lisa, mi secretaria llamó desde la puerta, la dejé pasar y en su lugar entró el repartidor de la floristería que James solía llamar, traía unas rosas rojas, — Un fascinante clásico, en versión enorme. — era algo exagerado, el repartidor las colocó en una mesa que tengo en mi oficina. Como todo dentro es blanco, las flores resaltaban bastante.
¡Me encantan!
La tarjeta decía:
"TE AMO como un estúpido, loco, lujurioso.
¿Ya mencioné que TE AMO?" J
Releí la tarjeta con su desordenada y fea letra, un par de veces, sabía que él me amaba y yo lo hacía igual o más, pero no quería correr riesgo de salir herida. Ya había pasado y no era momento para repetir. Además, perderlo significa perder a mi familia.
Siguiendo la idea de ser afectivos que siempre impone James decidí ir a buscarlo y sorprenderlo. Salí de mi oficina, detuve un taxi. Cinco minutos después estaba en su oficina, saludé a su secretaria y ella me dejó pasar. Entré sin anunciarme, James estaba sentado mirando a través de la ventana, hablaba por el celular y sin percatarse de mi presencia. Solté mi bolsa en su mesa procurando no hacer mucho ruido.
Caminé lentamente de puntillas cuando llegué lo abracé por detrás, al hacer esto se tensó, cosa que cambió al verme. Me brindó una cálida sonrisa, su cuerpo ya no estaba tenso y realmente parecía feliz de verme.
— Rick, tengo que colgar — dijo James antes de finalizar la llamada para acercarse y besarme. Un beso bastante largo y demandante.
— ¡Hola!
— ¿Estás bien? — me preguntó.
— Sí.
— ¿Qué haces aquí?
— Extrañaba al guapo con el que duermo.
— Estoy celoso de él — me acerqué para acomodar su corbata y luego deposité un corto beso sobre su cuello.
Le pidió a su secretaria dos cafés y unas donas de mi pastelería favorita. Después de lanzar órdenes a lo loco como si me fuese a mudar a su edificio se tomó la molestia de preguntar si estaba disponible para pasar un largo rato en su oficina.
— Toda la tarde—respondí.
— ¿Hablamos?
— ¿Sobre...?
— ¿Cuándo piensas ir a conocer a mis padres? —Soltó y supe que no había dejado el tema del matrimonio por completo.
— Son tus padres, tú dime.
Yo quería hacer esa visita dentro de... ¿Seis años aproximadamente?
— Primero empecemos por llamarlos— Marcó y puso el teléfono en altavoz.
A veces no entiendo por qué se apresura a hacer todo.
— Hola, mamá
— Número equivocado, mi hijo James perdió mi número.
—Pobre de ti—dijo y la mujer rió.
— ¿A qué se debe el honor? Has extorsionado a alguien y le has encarcelado.
—Ya no somos de ese tipo de abogados por aquí. Estoy pensando pasarme al área de divorcios.
—James… sé normal.
—Mamá, me voy a casar.
—¿Qué?—preguntó notablemente sorprendida.
— Al menos es mi intención. Tengo una guapísima novia.
La línea se quedó en silencio, por unos minutos James decía: — ¿Mamá, Madre? — y ella solo hacia ruidos como: Mmm, Mmm, Mmm, y se aclaraba la garganta.
Finalmente respondió la mujer: — ¿Es broma?
— NO—James frunció el ceño y negó con la cabeza antes se apoyó todo su peso contra la silla y cerrar los ojos.
— ¿Y qué es lo siguiente? ¿Quieres traerla a casa?
— Sí.
— Bueno, eso me alegra. — El tono de la señora no era el mismo que el del principio, pero por lo menos; intentaba. — ¿Cómo se llama? ¿Cuántos años tiene? ¿En qué trabaja? —Preguntó emocionada.
Ambos nos miramos.
— Emma Pieth. Veinticuatro años. Psicóloga. — mintió con mi edad. ¿A qué se debe?
— Bueno, es un poco joven, si le piensas pedir matrimonio quiero que sepas que va a salir corriendo. James los hombres de tu edad, con tu forma de ser…
—Todo consejo que pienses darme llegó tarde. Sin embargo, gracias madre.
— ¿¡Qué locura hiciste!? — Dijo con una voz exaltada. — Sabes, tráela a la casa. Este fin de semana tu padre vuelve de viaje y tal vez podamos pasar unos días en la finca todos, bueno y lo de abogado de divorcios... Estará genial, tu cuñado está haciendo pedazos a tu hermana.
— Perfecto, me parece. Tu hija me pidió no interferir. Creo que tiene razón, papá ha pagado buenos abogados, no te preocupes tanto que ya estás vieja y no quieres arrugarte.
— Adiós James, cuida tus modales. Además, avísale que va a salir con nosotros así no morirá de vergüenza.
— Te quiero, madre. Eres una maravilla.
— Y yo a ti, tú eres como tu padre — dejó un pequeño silencio — impulsivo.
Terminó de hablar con su madre y finalizó la llamada. Luego comenzamos a reír, era increíble que estuviéramos haciendo esto, pero, qué se puede esperar de dos personas locas.
— ¿Este fin de semana? — preguntó.
— Ya le dijiste que sí a tu madre, James.
— ¿La llamo y cancelo?
— Pensará que soy una caprichosa, hombre de cierto nivel social y edad—dije y James suspiró.
Se reía de no informarme de nuestra salida, bueno en teoría de no preguntarme, pero al igual que su madre es dominante; hacen las cosas a su gusto y no importa lo que la gente piense porque ya lo organizaron y punto.
— Bueno, tengo maletas que organizar y una agenda que reacomodar— Me puse en pie y acomodé mi falda,
Me sonrió agarrándome de la cintura y comenzó a besarme dulce y suave, sus labios rozaron los míos con extremo cuidado y ternura, luego bajó hasta mi cuello besando y mordiendo sacó mis faltas y metió su mano debajo de mi blusa todo iba perfecto hasta que Laura su secretaria llamó, me acomodé lo más rápido posible y él le abrió la puerta.
— Señor, tiene una cita en quince minutos — avisó Laura. — ¿La cancelo? — preguntó la chica.
— Si es por mí ni se preocupen, nos vemos en casa — le dije al oído y le di un beso en la oreja.
— No los canceles — dijo él a Laura, se fue y cerró la puerta y quedamos solos mirándonos a los ojos. — Me gustaba lo que estábamos haciendo — Confesó James.
— Sí, pero no me gusta cuando tiene que ser rápido y Laura está detrás de la puerta orejeando.
La verdad es que no la soporto, siempre viste apretado y corto ¿Cómo se agacha si está cerca? Rozando su trasero en sus pantalones. Dios no quiero ni imaginarlo. Él solía ser muy mujeriego y eso a veces me preocupa. Celos estúpidos
"Tal vez no" gritó mi subconsciente.
— ¿Estás celosa de Laura? — preguntó pausada y lentamente provocando una ira en mí — No, eso está para grabarlo. —Se burló.
— Cállate, pasa todo el día contigo en esas “putifaldas” ¿Qué quieres que haga? — James sonreía por lo tanto decidí continuar interrumpiendo su sesión de risa.— además ella es MÁS DELGADA, RUBIA, BLANCA Y HERMOSA, ESO ES ... — dije en un tono gritón
— Preocúpate cuando traiga a una morena, de pelo caoba, y piernas exóticas. —Rodé mis ojos y James me acercó tomándome de las caderas.— Laura jamás tendrá tu hermoso trasero y nunca será nada similar a ti. —casualmente sus manos acabaron sobre mi trasero.
Sus palabras me hacían morir de tranquilidad, pero solo le di una media sonrisa, a la cual él respondió con un beso sobre mis labios mientras yo frotaba mi frente por el estrés.
— Me voy. — dije cerca de la puerta.
— Te quiero.
— Mmmmju. —respondí y tomé mis cosas para salir de ahí.
— Vamos ¿Qué pasa?
— Nada, solo que me haces sentir cosas que no son normales. CELOSA ¿YO? ¿DE TU SECRETARIA? Es ridículo.
Escuché otra carcajada mientras hacía señas en el marco de la puerta. Y luego le rodé los ojos, James besó una de mis mejillas y me acompañó hasta el elevador, me despedí de Laura y Jack, su socio y mejor amigo y finalmente del causante de mis celos, James.
— Adiós.
—Adiós, te amo.
Si yo a veces tampoco entiendo por qué no acepté su propuesta de matrimonio y esa excusa de la familia por dios me estaba quemando, los nervios eran enormes e inigualables.
¿Si no les caigo bien?
Hola, bienvenidas a ¡Cásate conmigo!, Emma y James tienen demasiado con qué hacernos reír y replantearnos muchísimas cosas. Recuerden siempre comentar
Momento de la verdad, que conocer a la familia de nadie cambia mi situación, si no quiero casarme es por mí, porque no estoy lista para ello y estas últimas semanas con James me he convencido de que le quiero con locura, que nuestra relación es fuerte y me importa, pero no sé si quiero estar casada en un futuro cercano... incluso en uno lejano. El matrimonio significa compromiso y se relaciona con hijos, familia, amor indefinido e inexplicable y no estoy lista para ello. A pesar de no estar segura de querer una familia de forma inmediata, quiero a James, mi relación con él, lo que me hace sentir. Me desperté temprano en la mañana, James seguía dormido, su cuerpo expedía una sensación de tranquilidad envidiable. Este hombre lograría un Récord Guinnesspor su capacidad para dormir, esoa veces me molestaba, específicamente en las noches que no podía dormir, en cierta forma es egoísta que él durmiese tan rico cuando yo apenas dormía
James aparcó en el puro frente, me dio un beso en la mejilla y eso me hizo sentir un poco más tranquila. Seguía pensando en que yo nunca fui muy unida a mi madre así que tener una suegra era algo extraño para mí, sobre todo porque mi relación con las anteriores es inexistente. ¿Qué pasa si no soy de su agrado? ¿Si me odia? James tenía la puerta del auto abierta para mí, se inclinó y preguntó: — ¿Quieres que te cargué?—preguntó mi novio divertido. — No, solo estaba pensando. Salimos y él tomó mi mano — ¿Las maletas? — Alguien las sacará por nosotros. Seguí en mi mundo, James abrió la puerta y escuchamos risas, mejor dicho, carcajadas. Entramos, había dos castañas; una colocha y una lacia, pensé que la col
El paseo familiar está resultando verdaderamente enriquecedor. Increíble. Todo lo que me ha dicho es i n c r e í b l e. James con una mujer mayor que lo abandona por otro básicamente por dinero y estatus. Dios mío ¿Esto es posible? No lo puedo creer, ahora tenía tres cosas que decir y para todas tengo una respuesta. — James no es ni de cerca un capricho. Pregúntele a su hijo si soy el sabor del mes, porque no entiendo por completo qué hace conmigo. Le amo, me enamoré de James, eso es muy real. Estoy aquí porque le quiero y necesito demostrárselo de alguna forma porque ser la esposa de alguien no entra en mis planes. James es un caballero, lo que pasa es que a mí no me enseñaron a ir tras el príncipe azul ni a esperar ser rescatada y si yo me hiciese eso, dejaría de ser yo. No le vería el valor a la vida. El matrimonio es algo serio, nosotros todavía no estamos listos, desconocemos mucho el uno del otro, fuim
James La conversación de estas damas me había dejado más que nervioso. De ser un mujeriego, patán, playboy directo a un padre fiel, responsable, cariñoso, eso sí que daba miedo. Si hace unos 5 días alguien me hubiera dicho que mi vida iba a cambiar así de la nada yo le hubiera dicho que estaba loco y que se fuera al mismísimo infierno pero mis oídos habían escuchado claro: Emma está esperando un bebé. Lleva a un hijo mío y suyo en su vientre tenía que hacer 3 cosas: *Preguntarle a mi novia si eso era cierto. *Convencerla de que se case conmigo. *Mantenerla lo más calmada posible. Emma pierde la paciencia con gran facilidad y eso puede poner la vida del bebé y la de ella en mucho peligro. Estas tres cláusulas tienen un muy grande problema, si le pregunto primero cuando se lo proponga va a creer que lo hago por cumplir y se enojará tanto que pondrá mi vida
Narrador. Salieron de casa todos en el mismo automóvil; James y Emma iban al frente Sofía, Cecilia y Julián iban atrás. El camino fue muy tranquilo, Emma y James compartieron unas miradas yCecilia y Julián iban conversando entre ellos, Sofía por su lado pensaba en cuándo y cómo era la mejor forma de darle a su familia la noticia de su futura maternidad, pero igual no había encontrado las palabras. Después de una hora de viaje habían llegado a un restaurante, tenía una fallada bastante campestre como todo en aquella área de la cuidad estaban enun pueblo completamente pequeño, aunque Emma dijese que estaba enamorada de la paz y tranquilidad del lugar no soportaría vivir en aquel lugar sin todas la comodidades que se presentaban en la ciudad, por ejemplo el lugar en el que se hacía el pelo, la carencia de centros de entretenimiento, tampoco podría vivir sin la locura de sus pacientes quienes, sin duda, alegraban sus días.
Emma Me desperté sintiéndome mucho mejor, el pie me había dejado de doler y ponerlo en el suelo ya no era tan doloroso. Vi a mi lado y encontré al hermoso de James, su piel trigueña, su rostro con una pequeña creciente barba, sus musculosos brazos y sus piernas estaban enrollados en una sábana, tenía una buena visión porque duerme en sus Calvin y sin camisa, así que todo queda al descubierto, bueno casi todo. James se veía tranquilo sus castaños colochos caían sobre su rostro, amo despertar y ver esto en las mañanas definitivamente deseo ver esto todas las mañanas. Me quedé mirando. —¿Te gusta la vista, nena?— preguntó en medio de un gruñido. — Amo esta vista, después de un día duro o de una noche tranquila.— dije en su oído. —Amaneciste de buen humor.— Me besó en la frente. —Voy al baño.—Antes de entrar
Emma — Emma, eres lo mejor que le ha pasado a James en mucho tiempo. Bienvenida a mi familia y GRACIAS. Si llorar fuera uno de mis hobbies, lo hubiera hecho, pero simplemente no me gusta, y la verdad me parece estúpido y tengo convicciones al respecto, las suegras te suben a un pedestal y en cuanto tu relación escala ellas te bajan, tenerle ahora de aleada, no me emociona, simplemente me recuerda que las competencias que tendré que ganar con James, empiezan en su casa. — Gracias. Siento haber arruinado su desayuno. —Te juro que es el mejor que he tenido en años. —Sí, el mío también. —Marry, lárgate de mi casa. Tienes cincominutos para sacar tu trasero de aquí. Marry no dijo nada, subió y en tres minutos había sacado todas sus cosas. El día fue un poco extraño pues había dejado muy en claro cómo me comporto 
EmmaJames detuvo el auto y me dijo que me iba a vendar los ojos. Digamos que el amor no solo es ciego sino que estupidiza y le dejé hacer lo que quería. Abrió la puerta para mí y caminé algunos pasos a su lado, tomada de su mano con fuerza, temía caer o simplemente despegarme y perderme, mientras divagaba en mi mente con respecto a sus intenciones con este paseo —Las cuales espero no terminen en ruptura, boda o propuesta matrimonial— sentí mis pies lejos del suelo, no veía y ya no caminaba por mi cuenta.El amor tiene una cuota de confianza, totalmente confío en James, pero detesto la ceguera y los finales que provoca, en realidad, le temo a la cegura. Después de un rato sentí mis pies de nuevo en el suelo, James me posicionó en lo que parecía una baranda. Hizo un breve conteo y soltó la venda, me permitió ver el hermoso y claro a