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Una boda de Horror

No sabía por qué los había abandonado, los padres de Selena sabían que ellos eran huérfanos, no eran prejuiciosos; por el contrario, los conocían desde que Leo había comenzado su carrera como cantante, también lo conocían a él, sabían que él era así por su infancia sabían que no era mala persona solo que, a él, le dolía hablar sobre su tormentoso pasado.

― ¿Qué haces? ― le pregunto Leo viendo a Enrique escuchando música.

― Solo escuchando música Leo ¿Por qué nunca buscamos a nuestros padres? ― le pregunto Enrique de vuelta.

― Ya empezarás, por el simple hecho de que ellos nos abandonaron ― le dijo Leo cerrando los ojos frustrados.

― Lo sé, pero ― se quedó callado Enrique cuando Leo explota de repente.

― ¡¡Yo te lo dije, no quiero saber nada de ellos nos abandonaron y no solo eso, tampoco sé quiénes son y ni me interesa saberlo!! ― le dijo Leo furioso mientras se subía a su cuarto, mientras que Enrique solamente miraba hacia la nada sintiendo los ojos arder.

Enrique si necesitaba saber de su familia, pero Leo no, él era el más resentido de los dos hermanos en su corazón, él guardaba mucho dolor, mucha angustia, soledad y resentimiento, él no era mala persona, pero si tenía un carácter muy fuerte.

Pasaron las dos semanas, Eloísa tenía que pararse para ir a su boda, ella no quería casarse, pero lo tenía que hacer, le tenía miedo a Leo por todo lo que había pasado entre ellos, su frialdad, sus malos tratos, eso la mataba por dentro, Logan entro a su habitación y le da un beso en la frente sentándose en la cama.

― Hermosa ¿Por qué tienes esa cara? Se supone que hoy es el día más feliz de tu vida ¿O no? ― pregunta Logan un tanto confundido.

― Si Logan hoy es el día más feliz de mi vida ― contesto Eloísa sonriendo. «Si supieras que esto lo estoy haciendo por ti hermano» pensaba Eloísa con tristeza profunda.

― ¿por qué estás triste, pequeña? ― le pregunto Logan abrazando a su hermana.

― Solo abrázame hermano, tengo miedo de que algo salga mal ― le respondió Eloísa con los ojos llorosos.

― Te quiero mi niña, ¿No me estás ocultando nada verdad? ― le pregunto Logan levantándole la quijada a Eloísa. ― ¿Leo te está tratando bien? ― le pregunta de nuevo Logan.

«Si supieras que Leo hace de mi vida un infierno, si supieras que todo esto lo estoy haciendo por tu bien hermano» pensaba Eloísa abrazando a su hermano. «No puedo decirte que Leo me trata de la peor manera hasta con desprecio, solo espero hacer de esta vida miserable, más amena» pensaba Eloísa de nueva cuenta, tenía miedo, quería cancelar todo cuando de pronto el timbre empezó a sonar eran las maquillistas y las peinadoras que venían a arreglar a Eloísa ella cerro los ojos con frustración por lo que Logan las deja pasar dejando sola a Eloísa con ella.

Las horas han pasado Eloísa baja las escaleras de su casa viendo a su hermano el cual estaba con su esmoquin Logan al verla sonríe él estaba encantado de ver a su pequeña hermana vestida de blanco subieron a la limusina el cual el mismo Leo mando para que ella no escapase al subir en todo el camino iba callada Logan pensaba que eran sus nervios, pero no era la angustia que ella tenía por no poder decirle la realidad por el cual se casaba bajaron del carro su hermano la fue a entregar al altar viendo a Leo su verdugo quien la estaba esperando.

― Trata a mi hermana bien, Leo te la entrego con la confianza que la cuidaras y la protegerás ― le dijo Logan sonriendo un poco.

― Si como digas ― contesto Leo de la manera más fría posible, Logan negó con la cabeza, subieron un escalón cuando su hermano lo detiene.

― No sé cuál problema traes conmigo, pero te diré que con mi hermana no te metas ¿Me entiendes? ― le contesto Logan agarrando a Leo del brazo, quien lo miraba furioso, pero Eloísa interviene.

― Logan, Leo está nervioso, él me tratara bien tranquilo ― le dijo Eloísa haciendo que los dos voltearan a verla.

― Si eso es cuñado son los nervios de este gran día ― dijo Leo un poco con sarcasmo.

― Me iré a sentar hermana ― respondió Logan molesto, por lo que Eloísa le reclama a Leo.

― Por lo menos finge que estamos bien ― le dijo Eloísa furiosa.

― Si claro fingir ― dijo Leo molesto. ― Solo acabemos con esto ― le dijo Leo furioso.

― Yo no fui el que te obligo a casarte conmigo ― refuto Eloísa furiosa. ― Si quieres acabar con esto, hazlo, así me evitas la pena de verte la cara todos los malditos días ― le responde Eloísa mirando hacia el frente.

― Hazlo, ya sabes lo que le pasara a tu hermano ― le contesto Leo con una sonrisa triunfante.

― Miserable ― le contesto Eloísa, viéndolo discretamente con furia.

― Ten cuidado con tus palabras ― respondió Leo furioso.

― Te odio Leo Rosas Guzmán te odio ― le contesto Eloísa entre dientes viendo que el juez había llegado.

La tortura comenzó la ceremonia para ambos era fastidiosa Leo quería firmar el maldito papel mientras que Eloísa rezaba porque esto acabara lo más rápido posible cuando al fin acabo la ceremonia, pero ahora Leo tenía que darle un beso en la boca a Eloísa por lo que ella se quiso alejar, pero él, la apretó tan fuertemente de la cintura viéndola con cara de «si me dejas en ridículo te mato» por lo que ella se dejó besar por él, todos aplaudían tan alegres que nadie se daba cuenta de que esto era un matrimonio por contrato Enrique veía con lástima a su ahora cuñada que se veía que sufría por este matrimonio ella esperaba un matrimonio de verdad vestido de blanco, pero todo había salido al revés.

Al llegar la noche ya todos se habían ido, por lo que Eloísa se metió corriendo a la habitación que le fue asignada cuando Leo fue detrás de ella y el par de un jalón del brazo.

― ¿Se puede saber qué rayos fue eso? ― le dijo Leo furioso.

― ¿Qué? ― pregunto Eloísa asustada.

― ¡Porque no me besaste a la primera, quisiste huir, casi me dejas en ridículo con los periodistas! ― le grito Leo enojado por lo que ella agachó la mirada. ― ¡Que sea la última vez que lo haces! ― le gritaba Leo de vuelta.

Haciendo que Eloísa no hablara; sin embargo, Leo seguía gritándole tanto que ella explota.

― ¡Ya déjame en paz de una vez, Leo ya deja de hacer mi vida, un maldito infierno! ― le gritaba Eloísa de vuelta. ― ¡¡Ya me casé contigo, era lo que querías!! ¿No? ― le gritaba Eloísa de nueva cuenta, por lo que Leo la sacude de los hombros.

― ¡¡A mí no me gritas, me has escuchado!! ― le gritaba Leo furioso, por lo que la avienta suavemente en la cama, haciendo que Eloísa llorara amargamente, queriendo cerrar los ojos y no despertar nunca más.

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