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La noche mas larga de Bodas

Haciendo que Leo azotara la puerta de la habitación mientras que Enrique llegaba a la casa viendo a su hermano tomarse una copa de licor.

― Hermano ¿Qué sucede? ― le pregunta Enrique viendo a su hermano tomar.

― No soporto a Eloísa, no la aguanto ― dijo Leo un tanto molesto.

― Los dos son tal para cual Leo apuesto que te enamoraras de ella ― dijo Enrique sonriendo burlonamente.

― El amor no existe Enrique ― refuto Leo de vuelta.

Por lo que Enrique niega con la cabeza.

― Leo, el amor existe, aunque no lo creas hermano ― le respondió Enrique de vuelta.

― Si claro existe Enrique, tanto que nuestros Padres nos dejaron en un maldito orfanato, tanto que mi exnovia me buscaba por las comodidades que le pudiera dar dime, qué clase de amor es ese hermano ― respondía Leo furioso, Enrique solamente se sube las escaleras oyendo llorar a Eloísa.

Puesto que él fue a ver que le había pasado viéndola llorando en la cama vestida con el mismo vestido que Leo le había comprado, sintió pena por ella, por lo que se sentó al lado de ella.

― Eloísa ― le contesto Enrique de vuelta.

― ¿Qué haces aquí? ― le pregunta Eloísa de vuelta.

― Pase por aquí Eloísa ― le dijo Enrique por lo que la abraza haciendo que ella descargara todo su dolor.

― Me quiero morir, Enrique ya no quiero vivir más ― dijo Eloísa llorando amargamente. ― Leo me trata con la punta del pie, ya no soporto este dolor que tengo por dentro ― decía Eloísa de vuelta, por lo que Enrique se siente culpable por haberla engañado, no sabía el daño que ambos le estaban haciendo a Eloísa, él no le dice nada solamente la abraza haciendo que ella se quedara dormida mientras que Leo se dedicaba a tomar toda la botella completa ambos estaban pasando la peor noche de su vida Leo en el fondo estaba lastimado tanto que se había hecho una coraza en su corazón.

Era la noche más larga de Eloísa, a pesar de que hablo con Enrique, ella se sentía más sola que nunca quería llamar a su hermano y que la salvara, pero no podía hacerlo, aún tenía miedo de que Leo hiciera algo al respecto, tenía que cuidar su corazón fue a tomar un vaso de agua viendo a Leo que aún seguía tomando.

Ella se quiso pasar de largo, pero lo vio que estaba llorando un tanto desconsolado.

― Leo, ¿Qué te sucede? ― preguntaba Eloísa viendo a su ahora esposo destrozado.

― ¡Te dije que no quiero que te acerques a mí! ― respondía Leo furioso.

― Solo quería ayudarte ― le dijo Eloísa de vuelta.

― ¡Nadie puede ayudarme nadie! ― respondía Leo de nueva cuenta, se quería poner de pie, pero los efectos del alcohol hicieron que se sentara de golpe haciendo que Eloísa lo ayudara.

― Deja de ser tan necio y déjate ayudar ― le dijo Eloísa de vuelta haciendo que Leo agachara la mirada mientras negaba con la cabeza.

― Yo no le importo a nadie Eloísa, yo soy el peor ser humano que existe ― respondía Leo llorando amargamente.

― Tienes que dejarte ayudar basta Leo ― le dijo Eloísa ayudándolo a subir las escaleras.

― No tengo a nadie Eloísa, mis padres me abandonaron, me dejaron en un orfanato a mi hermano y a mí dime qué clase de vida, tengo, yo daría todo mi dinero con tal de que me devolvieran a mis padres con tal de tener una vida feliz al lado de ellos ― decía Leo sorbiendo su nariz mientras llegaban a la habitación. ― Le digo a mi hermano que se olvide de mis padres cuando en realidad soy yo, que no puede olvidarse de ellos, no los conozco, pero como quisiera verlos y decirles que los perdono a pesar de su abandono ― decía Leo destrozado estaba hablando de más, pero Eloísa lo abrazo tratando de calmarlo.

Por lo que poco después Leo se queda dormido Eloísa por primera vez sintió ternura hacia él, ahora entendía por qué era así, solamente su dolor hablaba por sí solo ella lo acaricia de su cabello ahorita, podía aprovechar, ya que él no dejaba que ni siquiera lo tocara el ogro que él solía ser se había ido dejando ver a un niño que necesitaba a su madre ella lo toma de la mano hasta que el sueño le estaba venciendo por lo que ella se fue a dormir al sillón que había en esa habitación.

A la mañana siguiente Leo se había levantado con un fuerte dolor de cabeza, no recordaba cómo había llegado a su habitación viendo a Eloísa acostada en el sillón.

― Eloísa ― habla Leo despertando a Eloísa.

― Leo ¿Cómo amaneciste? ― le pregunta Eloísa haciendo que él se tocara la cabeza.

― Baja la voz, la cabeza me está reventando ― le dijo Leo sobándose la cabeza. ― No me acuerdo de nada ― comentaba Leo agarrándose la cabeza.

― Anoche estabas ebrio por lo que te ayude a subir las escaleras ― le dijo Eloísa levantándose haciendo que él viera una pequeña marca que él, le había dejado.

― ¿Qué te paso en el brazo? ― le preguntaba Leo haciendo que Eloísa agachara la mirada.

― No es nada ― respondía Eloísa de vuelta escondiendo lo que había pasado en la noche.

― ¿Esto que lo hice yo verdad? ― preguntaba Leo haciendo que ella negara con la cabeza.

― No me pasa, Leo, es mejor que te deje bañar, me meteré a otra habitación.

― No te vas a ir a ninguna habitación, te dormirás a mi lado ― respondió Leo haciendo que se sorprendiera Eloísa.

― No pienso dormir a tu lado ― dijo tajante Eloísa.

― Mis órdenes, aquí en mi casa se cumplen dormirás a mi lado y punto ― respondió Leo molesto.

― No estoy de acuerdo Leo, yo necesito mi privacidad ― le dijo Eloísa cruzándose de brazos.

― La tendrás, pero dormirás a mi lado, cumplirás como mi esposa ― le amenazo Leo de vuelta haciendo que ella se saliera del cuarto.

Más tarde le estaban sirviendo el desayuno cuando vieron a Enrique bajar las escaleras corriendo tenía que ver a su novia Selena.

― Más tarde vengo familia ― dijo Enrique sonriendo.

― ¿A dónde vas Enrique? ― le preguntaba Leo de vuelta.

― Con mi novia ― respondió su hermano yéndose rápidamente dejando solos a Eloísa y a Leo, los dos se miraban un tanto profundo haciendo que los dos sacudieran la cabeza, pues Leo no se quería enamorar menos de su esposa por contrato.

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