Capítulo 137
Delante de ella se abría un abismo imposible de medir. En otras circunstancias, con un solo empujón habría terminado hecha pedazos, pero Daisy logró aferrarse a su entrenamiento. En el instante mismo en que notó la fuerza que la empujaba, se impulsó y giró en el aire, logrando esquivar la caída y colocándose de nuevo a salvo.

—Nada mal. Veo que no has dejado de entrenar.

La voz provenía de Ginesa, cuyos labios se curvaron primero en una leve sonrisa de aprobación para transformarse enseguida en un gesto duro.

—Aunque tu sentido de alerta no es tan agudo como antes —agregó—. Dejaste tu espalda al descubierto. Para cualquiera que viva al filo, eso es un error imperdonable.

—Sabía que eras tú, —respondió Daisy con tranquilidad.

—¿Ah, sí? ¿Desde cuándo lo notaste? —preguntó Ginesa, entornando los ojos.

—Desde que escuché tus pasos acercándote, —contestó Daisy.

Porque tenía la certeza de que se trataba de Ginesa, bajó la guardia… y, aun así, había recibido ese empujón. Daisy la miró con una
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP