Capítulo 101
En ese mismo instante, Daisy, desde otra parte, observaba la escena a través de su dispositivo. Vio a Frigg suplicar auxilio y, un segundo después, Fernando entró precipitadamente en la habitación.

Daisy apretó el móvil con tal fuerza que sus nudillos se pusieron blancos. «Para llegar tan rápido», pensó, «significa que ya estaba en este hospital. Y decían que a Fernando no le importaba Frigg…» Con un bufido, Daisy cerró la ventana de monitoreo.

Por su lado, Frigg no podía creer la velocidad con que Fernando había llegado. Una vez que Thiago redujo a aquellos agresores, la joven soltó un suspiro de alivio y le preguntó con voz temblorosa:

—Fer, ¿no estabas muy ocupado? ¿Cómo es que viniste al hospital tan tarde?

—Simple coincidencia. —respondió Fernando con frialdad.

Resultaba que un empleado de Unión Suárez había sufrido un percance y fue ingresado de emergencia en el Hospital de Grupo Mero, que quedaba cerca de la empresa.

De regreso, mientras Fernando revisaba el estado del empleado,
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