Capítulo 118
Lorena, después de terminar su desayuno, sintió sed. Buscó agua por la sala de descanso y la oficina, pero no encontró nada. No tuvo más remedio que ir al área de café por una botella de agua.

Después de dar un par de sorbos, mientras regresaba, escuchó a alguien hablando mal de ella junto con Guillermo. Por la voz, parecía ser la secretaria que había estado con Guillermo la noche anterior, Estela.

—No se dejen engañar por esa mujer que el presidente trae todos los días. Anoche, en la cena, se acostó con Guillermo. Es una infiel.

—¿Tan descarada es? ¿El presidente no es mucho más guapo que Guillermo?

Estela lo contaba con todo lujo de detalles:

—¿Y eso qué? ¡Es muy común que...! Que…

Mientras hablaba, se topó de frente con Lorena, que salía del área de café.

Ser descubierta en pleno acto la dejó en una posición muy incómoda.

Lorena, seria, miró fijamente a Estela. Anoche había actuado como si fuera invisible. Pero ahora, Estela empezaba a distorsionar los hechos y hablar mal de ella.

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