Capítulo 110
Al escuchar la respuesta, Teresa quedó pálida. Una sonrisa amarga apareció en sus labios.

—Mientras seas feliz, César, no me importa lo demás. Yo quiero lo mejor para ti.

—¿Puedo seguir trabajando en Runpex?

—Mientras yo esté aquí, siempre será tu hogar.

—Muchas gracias. —Dijo, bajando la cabeza y saliendo con prisa de la oficina del presidente, como si estuviera escapando.

Después de que Teresa se fue de la oficina, César pidió a Clara que transfiriera cinco millones a la cuenta de Teresa, como compensación por lo ocurrido la noche anterior y por la culpa que sentía al haberla herido.

Una vez aclarada la situación, César se sintió mucho más relajado. Incluso en el trabajo, al pensar en Lorena, no podía evitar que una sonrisa suave apareciera en su cara.

Finalmente entendió por qué siempre había sentido rechazo hacia Adrián.

El equipo de secretarias notó que el humor del presidente cambió después de la visita de Teresa, pasando de sombrío a brillante. Todas comenzaron a agradecer a Ter
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