Capítulo 3
PUNTO DE VISTA DE LESLIE

El funeral de mi abuela se está llevando a cabo en un día nublado, para mi disgusto.

Revisé el pronóstico del tiempo para poder elegir el día perfecto para el funeral, y según el pronóstico del tiempo, se suponía que el día sería soleado y brillante, como mi abuela. Me siento engañada parada junto a su tumba, con el cielo cubierto de nubes que solo empeoran la sensación oscura y deprimente que se ha apoderado de mi corazón desde su muerte.

He llorado tanto que no me quedan lágrimas para derramar en su tumba, y ahora tengo que usar lentes oscuros para ocultar lo rojos e hinchados que están mis ojos, no solo para que me combinen mi vestido negro.

Hay algunas personas alrededor de otras tumbas en el cementerio para dar sus últimos respetos a sus seres queridos, y en cada tumba hay al menos dos personas, entre ellos parejas abrazándose, familias consolándose entre sí e incluso procesiones de la iglesia.

Estoy sola, sin nadie que me consuele, ya que nadie más se molestó en asistir al funeral de mi abuela. Con su partida, me doy cuenta de lo sola que estoy en realidad, y eso asesta otro golpe a mi corazón roto. Me esfuerzo por sacar de mi mente todo lo que ha pasado en los últimos días, y cuando finalmente lo logro, vuelvo a pensar en mi abuela.

Se ve sonriendo en una foto enmarcada suya colocada junto a su lápida, y me obligo a sonreír también mientras un dulce recuerdo de ella pasa por mi mente.

"Leslie, mi niña, ¡no puedes fruncir el ceño así todo el tiempo, o te saldrán arrugas como a mí antes de que llegues a mi edad!" Solía decirme y luego me formaba una sonrisa en mis labios con sus dedos.

Mi abuela era una anciana de alma alegre que me contaba muchas historias, principalmente las de mi nacimiento y cómo supo desde el primer día que me vio que iba a ser una niña hermosa y asombrosa. Compartía todo con ella, y hablarle sobre mi matrimonio era una de las cosas que me hacía resistir lo que me pasaba. No sé qué haré sin ella.

Las lágrimas comienzan a acumularse en mis ojos de nuevo y me quito los lentes para secármelas antes de que empiecen a caer. Ya me prometí no llorar más, mi abuela no querría verme tan triste.

Suspirando, empiezo a colocar las cosas que traje junto a su tumba. Le traje tulipanes, que eran sus flores favoritas, y duraznos, su fruta favorita, además de algunos dulces, porque mi abuela era fanática a los dulces. Nunca me escuchaba cuando le decía que eran malos para su edad.

"No hay dulces en el cielo, Leslie. Tengo que comer todos los que pueda aquí abajo antes de que el de arriba me llame." Me decía mientras desenvolvía otro caramelo y se lo metía a la boca. Hablaba sin parar sobre 'El de arriba' y 'Allá arriba' como si siempre estuviera preparada para el día de su muerte.

No puedo contenerme más y estallo en llanto, cayendo de rodillas junto a su tumba, mientras me golpea la realidad al asimilar que realmente se ha ido.

"Debería haberte dejado comer todos los dulces del mundo. Debería haber estado contigo en tu últimos minutos. Debería haber sostenido tus manos y haberte dicho que todo estaría bien. Debería..." Mi voz se quiebra, el profundo arrepentimiento y las lágrimas me ahogan y me hacen perder el hilo de mis pensamientos. Ya no puedo pensar en qué decir y simplemente lloro, sollozando tan fuerte que mi cuerpo tiembla.

Escucho pasos firmes acercándose y siento una presencia detrás de mí que hace que deje de sollozar. Mi corazón se acelera y la esperanza crece dentro de mí cuando esa persona pone una mano en mi hombro. Giro la cabeza, esperando ver a Kian, pero mi esperanza se desvanece rápidamente cuando veo que no es él.

Me siento estúpida por esperar que apareciera aquí después de lo que me ha hecho, pero me siento aún más estúpida cuando me doy cuenta de que estaba lista para llorar desconsoladamente en sus brazos si hubiera aparecido él en lugar de su tío, quien ahora está frente a mí con una mirada amable en sus ojos.

"Travis," lo saludo, sollozando y secándome las lágrimas apresuradamente.

"Toma," me entrega su pañuelo, poniéndolo en mi mano y cerrando mi palma alrededor de él antes de que pueda siquiera rechazarlo. Le agradezco antes de secarme las lágrimas con su pañuelo.

"Vine tan pronto como me enteré, lo siento mucho por tu abuela, Leslie." Me dice con voz sincera y amable. Travis siempre ha sido amable conmigo, incluso cuando era solo una secretaria.

Cada vez que venía a visitar a su sobrino a la oficina, se detenía a saludarme y me entregaba un café enlatado con una sonrisa en su rostro. Sin embargo, se fue del país a estudiar unos días antes de nuestra boda y solo regresó hace poco. Esta es la primera vez que lo veo desde su regreso, y la mirada amable en sus ojos me da la seguridad de que si hubiera estado cerca de mí, habría tenido a otra persona apoyándome, al igual que el abuelo de Kian.

"No tenías que hacerlo." Le digo en voz baja, tratando de restarle importancia a lo mucho que significa para mí que al menos una persona se preocupe lo suficiente para estar aquí conmigo. Travis mira alrededor como si buscara algo y luego frunce el ceño cuando nuestras miradas se encuentran de nuevo.

"¿Estás sola? ¿Dónde diablos está Kian?" Me pregunta, con una voz un poco dura.

Mis mejillas se enrojecen de vergüenza. Travis acaba de regresar y probablemente no sabe nada todavía. Tampoco tengo ganas de hablar. Fuerzo una sonrisa y empiezo a guardar las cosas extra que compré para el funeral de mi abuela.

Travis me ayuda en silencio y suspiro apreciando que no me hizo más preguntas. Toma todo de mis manos, incluso antes de que pueda rechazar su gesto.

"¿Viniste manejando?" Me pregunta y sacudo la cabeza. Vine en taxi.

"Vamos, te llevaré en mi auto." Me dice y camina delante de mí. No me queda de otra que seguirlo.

Acabamos de salir del cementerio cuando un auto se estaciona justo al lado del auto de Travis. El auto me resulta familiar, y sigo dudando de quién es su dueño, hasta que Kian sale de él, con su mirada fija en mí mientras se acerca. Lo primero que noto es que está vestido con un traje azul claro, y siento cómo la ira comienza a crecer dentro de mí. ¿Cómo pudo presentarse vestido así? Eso es como una falta de respeto hacia mi abuela, y no puedo soportar que le falten al respeto, ni siquiera en su funeral.

Es evidente que vino de la oficina, pero habría sido mejor si no hubiera venido en absoluto, ya que ahora me doy cuenta de que solo con mirarlo me enfurece. Ha logrado evitarme en los últimos tres días desde el incidente del hospital. Pasaron tres días desde que Beverly anunció que estaba embarazada y sacudió mi mundo. No necesitaba que nadie me dijera de quién era el bebé. Mientras Kian camina hacia mí, no siento nada más que resentimiento por él.

"¿Ya terminó? Rayos, debo haber perdido la noción del tiempo." Dice antes de girarse hacia su tío y poner una sonrisa forzada que me da náuseas.

"Gracias por estar aquí con ella, tío."

Travis simplemente cruza los brazos, mirando a su sobrino, "¿Te importaría explicarnos por qué apenas estás llegando?" Travis le pregunta y yo también miro a Kian, cruzando los brazos.

"Sí, Kian. ¿Qué fue más importante que estar en el funeral de mi abuela?" Ya sé con quién estaba, pero aún espero oírlo para tener una razón más para odiarlo.

"Realmente quería estar aquí, Leslie, pero sabes..." Se detiene, pasándose una mano por la cabeza, "Tenía que estar con Beverly."

Con solo oír su nombre me hace explotar, esa era la misma mujer por la que no estuve presente para presenciar los últimos minutos de vida de mi abuela.

¿De verdad viniste hasta acá solo para decirme que te acostaste con otra mujer y la embarazaste?"

"¿Qué?" Travis se sorprende, con su voz haciendo eco por la sorpresa que sentía mientras miraba a Kian y a mí. La típica expresión vacía de Kian permanece intacta, como si no le afectaran mis palabras ni el dolor que siento. " No hablemos de esto aquí, Leslie. Sabes que no puedo dejarla así sin más."

Me burlo de él.

"Yo no te dije que vinieras. ¿Sabes qué? Nunca debiste venir aquí. Deberías haberte quedado con ella, ya que ahora la prefieres a ella y yo ya no formo parte de tu vida."

Kian frunce el ceño, acercándose e intimidándome un poco con su altura y complexión musculosa, "¿Qué significa eso? Eres mi esposa."

" Ya no soy tu esposa," le digo sin pensarlo. No había planeado nada de esto, pero no me importaba, porque pienso abiertamente que esto es lo mejor para mí.

"Quiero el divorcio, Kian."

Sus ojos se abren de par en par, incapaz de contener la sorpresa ante mis palabras, y me siento orgullosa de finalmente haber conseguido al menos una reacción su parte, cambiándole su expresión fría.

" Tanto los papeles del divorcio como mi renuncia te llegarán pronto." Agrego antes de que pueda recuperarse de su sorpresa, y sin esperar su respuesta, me dirijo a Travis, que seguía atónito.

"Llévame a casa, Travis."

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