Capítulo 6
PUNTO DE VISTA DE LESLIE

Kian le entrega las flores a una de las empleadas, pidiéndole que las ponga en un florero o lo que sea. Se aclara la garganta, tratando y fallando miserablemente en ocultar su vergüenza frente a su madre y las empleadas.

"Las flores no eran para ti." Me dice con voz dura mientras me mira por un instante. Apenas siento algo cuando dice eso porque sinceramente ya no me importa, solo quiero largarme de esta casa y nunca volver. Ni siquiera me importan el resto de mis cosas que aún tengo que empacar, solo quiero abandonar esta horrible vida de una vez por todas.

Kian parece como si quisiera decirme algo pero luego decide no hacerlo y se dirige a su madre.

"Mamá, por favor, devuélvele el brazalete."

Ella resopla y sacude la cabeza obstinadamente, "No voy a dejar que se vaya con él."

Kian gruñe, en señal de que está perdiendo la paciencia lentamente, "Mamá, nunca he visto ese brazalete, eso es de Leslie. Por favor, devuélveselo."

La madre de Kian pone una cara de enojo, y con un resoplido me lanza el brazalete. Lo atrapo en mis manos mientras ella regresa a sentarse igual que antes cuando llegué y la vi.

Me arrodillo junto al desastre que las empleadas hicieron con mi ropa y comienzo a ordenarla de nuevo, apurándome para poder salir de aquí rápido y no tener que soportar más humillaciones. Kian se queda parado mirándome recoger el desastre de su madre, sin siquiera disculparse conmigo por su mamá.

Una vez que terminé, me pongo de pie y miro a Kian directamente, recordando todas las razones por las que estoy tomando la mejor decisión de mi vida.

"Como te dije antes, se acabó todo entre nosotros. Los papeles del divorcio y mi carta de renuncia te llegarán pronto." Le digo, ignorando su mirada, "Adiós, Kian."

Me doy la vuelta, sin dejar que me diga más nada. No quiero mirar a Kian, ya no más. Me alejo de él, yendo directamente hacia la puerta.

Apenas he dado un paso fuera de la puerta cuando Kian agarra mi brazo y me hace girar para mirarlo. He trabajado con él durante siete años, cuatro de los cuales fui solo su secretaria y eso fue suficiente para conocer qué tipo de hombre es Kian Winston. A él le gusta mucho mostrar cuánto control tiene de las cosas.

Ahora mismo, Kian parece atónito y sorprendido. Parece como si hubiera perdido fuerzas, pero aún agarra mi brazo con brusquedad. Lucho por liberarme de su agarre.

"Suéltame." Le espeto, pero Kian solo entrecierra los ojos, con su ira ardiendo a través de sus ojos azules.

"No puedes simplemente irte, Leslie." Gruñe.

"No puedes decirme qué hacer, Kian. Al menos ya no. ¡Suéltame!"

"¿Esto siquiera tiene sentido para ti?" Me grita en la cara mientras suelta mi mano, "No puedes simplemente soltarme esta mierda así."

"Esto ya los dos lo veíamos venir desde el momento en que nos casamos. Ambos sabemos que este matrimonio nunca debió suceder, así que déjate de mierdas y déjame ir." Le digo, a punto de estallar, antes de darme la vuelta para irme.

"¿Qué hay del abuelo? No has hablado de esto con él, recuerda que él fue que lo organizó todo de todos modos, él ha sido más que bueno contigo."

Me giro para mirar a la cara a Kian, odiándolo más por hacerme sentir culpable. Empiezo a pensar en su abuelo e intento imaginar la reacción del anciano cuando sepa que quiero divorciarme, a pesar de que él me aprecia tanto. Sin embargo, no vacilo. Me niego a dejar que eso se interponga entre mi libertad y yo. Me niego a poner los deseos de otro por encima de mi propia felicidad.

"Hablaré con el abuelo. Créeme, no tienes nada de qué preocuparte." Le digo y me giro de nuevo para irme, pero por supuesto, Kian no se rinde y me habla de nuevo.

"No lo firmaré, Leslie, ¡no firmaré los malditos papeles!"

"¿Qué diablos te pasa?" Grito en señal de frustración, "¿Por qué no me dejas ir y ya?"

Me mira fijamente, con sus ojos ardiendo obstinadamente, "No firmaré los papeles, ni tampoco aceptaré tu renuncia. La empresa tiene reglas que debes seguir y no puedes simplemente decidir renunciar sin previo aviso, especialmente cuando hay mucho trabajo en la oficina, ¡y para eso te pago!"

Me burlo, ya que es imposible ser más sinvergüenza. Ese hombre no puede dejar de lado su pensamiento egoísta y entender su falta de remordimiento por las cosas que me ha hecho.

"Tienes a Beverly, ¿no?" Le lanzo y sus cejas se fruncen.

"¿Qué significa eso?"

"Todos adoran a Beverly. Es inteligente, hermosa y puede hacer ese trabajo por mí, y otra cosa, ¡no olvides el hecho de que también está embarazada de tu hijo! ¿Qué tan perfecto es eso?"

La madre de Kian se levanta de un salto, con una sorpresa evidente en su rostro. Claramente, no sabía nada de eso.

"Kian, ¿es verdad lo que dice ella? ¿Vas a tener un hijo?"

La expresión de Kian no revela nada y ni siquiera le dirige una mirada a su madre. Todavía me está mirando directamente.

"Leslie, lo que pasó entre Beverly y yo no fue intencional, solo..."

"¡No necesitas justificarte! ¿A quién le importa lo que piense? Beverly es la mujer que siempre has merecido, la única mujer que realmente merece ser mi nuera." Interrumpe la madre de Kian mientras me dirige una mirada desagradable que ya ni siquiera me sorprende.

Me encojo de hombros ante Kian, como una manera de mostrarle que tenía razón. Todos quieren a Beverly, incluyéndolo a él y ni siquiera puede negarlo, y continúa ignorando a su madre.

"Leslie, eso fue un accidente." Me dice de nuevo y asiento, como si estuviera de acuerdo con sus palabras.

"Hace tres años, no pensabas lo mismo. No pensaste que accidentalmente te habías acostado conmigo, sino que creíste que había llegado tan lejos como para drogarte para acostarme contigo. ¿Qué fue lo que cambió, Kian? Porque todo lo que veo ahora es un maldito hipócrita y un cobarde que prefiere culpar a otros por sus errores."

Cuando le doy la espalda esta vez, no me detengo, ni siquiera me doy la vuelta.

"¡Leslie! Leslie, regresa aquí antes de que pierda los estribos. Leslie, te juro por Dios que si sales por esa puerta, no te aceptaré de vuelta ni aunque te pongas de rodillas. Los dos sabemos que me necesitas, Leslie. ¡No puedes sobrevivir sin mí!"

Kian me grita , pero no dejo de caminar mientras sus palabras arrogantes solo me dan más ganas de alejarme de él lo más rápido posible. Ignoro sus palabras mientras abro la puerta y le doy la bienvenida a mi libertad.

Nunca volveré a esa triste realidad.

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