Me encuentro sentada en el suelo al lado de la cunita de mi bebé, mientras tomo en mis manos la ropita de mi Samuel... mi pequeño Samuel. Ya van dos días desde que nos enteramos de tu secuestro y aún no sabemos nada. Pego a mi pecho su trajecito mientras varias lágrimas empiezan a correr.- ¿Dónde estás, mi pequeño? - sollozo con fuerza, sintiendo como todo dentro de mí se rompe en mil pedazos. Me pego de su cobijita, de sus medias, de todo lo que me recuerde a él y ahí es cuando más empiezo a sentir el vacío. La puerta se abre y al levantar la vista veo a Federico, quien me mira con preocupación. Él se agacha hacia donde estoy y acaricia mi mejilla.- ¿Dime que ya saben algo? - digo implorando, pero él se queda callado.- Dime algo, Federico - me desespera que no me diga nada, así que me paro y corro hacia él, tomándolo del traje con fuerza mientras varias lágrimas caen de mis ojos.- ¡Contesta! - me suelto a llorar como nunca lo había hecho, mientras varios gritos desgarradores brota
Cuando tengo a Mariano delante de mí, siento cómo las ganas de golpearlo me venían, pero tenía que controlarme por Samuel.- ¿Dónde está Samuel? - preguntó seca, mientras me suelto de su agarre.- Está con Flor, Ramón.- Sí, señor.- Dile a Flor que baje a mi hijo - el joven asiente y nos deja solos.- No puedo creer que esté aquí conmigo - se acerca a mí y levanta su mano para acariciar mi mejilla, pero se percata del anillo que tengo en la mano y su semblante cambia.- ¡Quítate eso! - miro mi anillo de compromiso, el anillo que Federico me había regalado como símbolo de nuestro amor, y lentamente comienzo a sacármelo del dedo hasta que lo saco por completo.- Dámelo - extiende su mano esperando que yo le dé el anillo.- No, por favor, deja que me quede con él, te lo suplico.- Para qué quieres tener ese anillo si yo te puedo dar mejores que ese.- Lo sé, pero me gustaría conservarlo, por favor, Mariano, solo te pido que me lo dejes conservar - él se acerca a mí y vuelve a acariciar m
Estoy sentada en la sala al lado de Mariano mientras él conversa con sus amigos y sus esposas, hasta que una de ellas me saca de mi burbuja.- Olivia, ¿y para cuándo es la boda? - La pregunta de Lorena me deja totalmente muda, pero Mariano se encarga de responder.- En unas semanas.- ¿Y el anillo? - dice Rosa, otra esposa.- Pronto lo tendrá. - Él toma mi mano y me sonríe mientras aprieta mi mano para que yo haga lo mismo.- Si me disculpan, iré a ver a Samuel.- Está con Flor, ¿verdad, Olivia?- No, quiero ver a mi hijo. - Me levanto bajo la atenta mirada de todos, pero antes escucho cómo le dicen:- Tiene carácter.- Lo sé, pero pronto la voy a domar. - Todos se ríen y siento cómo la sangre me hierve por su maldito comentario.- Hola, Flor, ¿me lo puedes dar? - Ella asiente y me entrega al bebé. Me siento en mi silla favorita y empiezo a mecerlo para que se quede dormido, pero no lo hace, solo me mira atentamente.- ¿Qué pasa, mi amor? ¿No tienes sueño? Seguro que extrañas mucho a t
POV OliviaEstoy acostada en la cama en posición fetal mientras intento tapar mi cuerpo desnudo. Aún siento las manos y los besos de ese desgraciado en todo mi cuerpo y las ganas de vomitar aparecen.—Estuviste magnífica, aunque para la próxima no me hagas golpearte; odio ver marcas en tu piel —dice, da un beso en mi espalda y luego se va. Sin poder evitarlo, comienzo a sollozar pensando en qué hice yo para merecer todo esto. Lo peor de todo es que no podía huir porque Samuel está muy pequeño y no quiero que le pase nada.—Dios... Fede, ven por mí —con el rostro de Fede en mi mente, me voy quedando dormida.A la mañana siguiente, unos llantos me levantan. Con cuidado, me paro de la cama y me coloco una bata sin permitir ver mi cuerpo. Salgo de la habitación y entro a la de Samuel, quien llora.—Hey, tranquilo, mi amor, aquí está mamá —lo tomo en brazos y lo comienzo a arrullar.—¿Tienes hambre, cariño? —se chupa sus deditos, lo que me causa ternura.—Ven, mamá te dará de comer —me sien
POV OliviaEstoy en el baño curando las heridas que Mariano me acaba de hacer, ya que me negué a tener relaciones con él otra vez. Cada vez me siento peor, siento como si mi vida ya no valiera nada. Me siento sucia y dudo que Federico me quiera volver a tocar después de enterarse de que Mariano me tocó. Me meto a la ducha y luego me pongo unos pantalones.Voy a la habitación de Samuel, pero este no está.—¿Buscas a nuestro hijo? —me volteo y ahí lo veo parado con una sonrisa.—¿Dónde está? —digo con rabia.—Como te portaste mal, no lo verás en dos días —miro hacia la ventana tratando de controlar mi rabia hacia él -Y digo bajito:—Te odio... —Al parecer, él me escuchó, ya que camina hacia mí y toma mi mentón, haciendo que suelte un gemido de dolor.—Ten cuidado de lo que dices, mi amor. ¿O acaso quieres que te haga algo peor que lo que te hice ahora? —Siento cómo el miedo se apodera de mí, así que niego.—No me hagas nada, me portaré bien —él sonríe y besa mis labios.—Eso está bien. V
POV OliviaLlevo dos semanas aquí en el hospital y hoy por fin me dan el alta, aunque me dijeron que todavía tenía que guardar reposo mientras la herida sanaba del todo. Estos días han sido complicados; cuando Fede se intenta acercar, algo dentro de mí me obliga a alejarme para protegerme, aunque sé que él no me haría nada. Pero siento la necesidad de hacerlo y me siento mal porque puedo ver su dolor al ser rechazado, aunque él dice que me entiende. Ahora estoy con una psicóloga y, bueno, me ha servido hablar con ella aunque no ha sido fácil.—Pequeña, ¿estás lista?—Sí —cuando intento pararme, siento dolor, así que él corre a ayudarme, pero vuelvo a alejarlo.—Lo siento.—Tranquila, ¿quieres que llame a una enfermera para que te ayude?—Sí, por favor. —Él sale y al rato entra la enfermera, quien me ayuda a subirme a una silla de ruedas.Todo el camino lo pasamos en silencio y cuando llegamos a casa me encuentro con todos nuestros amigos. Aleja me abraza y yo correspondo, pero cuando A
Llevamos una semana en la cabaña, semana que ha sido de puro amor y felicidad. Fede se encarga todos los días de sacarme una sonrisa, aunque todavía no permito que me toque. Pero estamos bien, que es lo importante.\- Vamos, nena, tenemos la reservación.\- ¿Estás seguro de que podemos dejar a Samuel con Luciana?\- Sí, cariño, confío en ella. - Termino de maquillarme y luego me coloco el vestido que elegí para la ocasión.\- Listo, amor, ya estoy. - Él voltea y cuando lo hace, su mirada recorre todo mi cuerpo haciéndome sonrojar.\- Estás bellísima. - Él extiende su mano y con mucha dificultad la termino tomando, aunque siento que todo me tiembla. Nos subimos al auto y sigo tensa, cosa que nota Fede, así que comienza a hacer caricias en mi mano.\- Tranquila, cariño, no te haré nada. - Intento respirar para calmarme, ya que necesito dejar este miedo atrás, pero siento que él retira su mano. Entonces, yo la vuelvo a tomar.\- ¡No me sueltes! - Entramos a un hermoso lugar y al parecer e
Después de varios días en la cabaña, ya es momento de regresar, aunque la verdad, yo me quería quedar más. Pero Fede tiene obligaciones y yo quiero volver a trabajar, así que debo hablar con Greg.\- Te veo pensativa, cariño - pregunta Fede, tomando mi mano.\- Es que he pensado en la idea de volver a trabajar - al principio hace mala cara, pero luego la cambia.\- Mi amor, lo que tú decidas, yo te apoyaré - me sorprendo ante sus palabras. Fede siempre ha sido un hombre muy sobreprotector, y la idea de que trabajara no le gustaba mucho, pero esto sí me dejó sorprendida.\- ¿En serio me lo dices? - digo sin poder creerlo.\- Sí, amor, yo te apoyo - sin pensarlo, me tiro a sus brazos y lo beso.\- Te amo.\- Yo a ti.Al día siguiente me levanto temprano y me pongo algo casual, ya que pienso ir hoy a la oficina y hablar con Greg.\- ¿Estás listo, mi amor? - este me mira de arriba abajo con deseo.\- Me encanta cómo te queda ese vestido - me da un beso en los labios.\- Gracias - arrancamo