Mis manos tiemblan y mi corazón parece querer salir cuando veo ese traje de bebé en esa cajita con la nota. Veo a James, y él mira la caja con rabia, así que rápidamente me la arrebata y rompe la ropita con ira.— ¡Maldito infeliz! —grita James, enojado, mientras yo no paro de llorar al verlo en ese estado.— ¡James! Oye, cálmate, la estás asustando —Paolo lo toma del hombro, haciendo que este reaccione.— ¡Sácala de aquí! —dice James, mientras se apoya en la mesa. Pero yo no quiero dejarlo; solo quiero estar con él. Sé que para él también es muy difícil todo esto.— James, no...— ¡Largo de aquí, carajo! —grita furioso, haciéndome asustar un poco. Entonces, Paolo toma mi brazo y me saca de la oficina mientras sigo llorando.— Dios, ¿cuándo acabará esta pesadilla? —llegamos a la oficina de Paolo, y este me sienta en un sillón mientras me trae un poco de agua.— Hey, tranquila. Sé que debe ser difícil esta situación, pero tienes que estar segura de que ni James ni yo dejaremos que algo
Corro al ver a James lleno de sangre y me asusto al pensar que esa sangre pueda ser de él.—¡James! —empiezo a tocar su cuerpo, pero él me detiene.—¡No toques esta sangre! No es mía. —Una brisa de alivio llegó a mí cuando James dijo que esa sangre no era suya. James y Liam se empiezan a quitar la camisa, dejando al descubierto sus perfectos cuerpos. Carol y yo nos miramos, para después quedarnos embobadas mirando a nuestros hombres, aunque ellos parecen molestos.—¿Cómo les fue? —pregunto, pero no recibo respuesta.—¡James! Dime algo.—¿Qué quieres que te diga? —responde grosero y seco, cosa que me enoja mucho ya que no tengo la culpa de que, al parecer, las cosas no les hayan salido bien.—James, no tienes que ser grosero conmigo.—¡Entonces déjame tranquilo! —Cuando James dice eso, veo cómo Liam y Carol nos observan, pero ambos miran a James fulminándolo con la mirada. Mi labio inferior empieza a temblar al intentar retener las ganas de llorar, y cuando James lo nota, su mirada se s
El sonido de una máquina haciendo "pi" me molesta, y para colmo, algo me está pinchando el brazo, lo que me fastidia aún más. Abro los ojos lentamente y me doy cuenta de que estoy en una habitación de hospital, pero no sé cómo llegué aquí. Cuando intento moverme, siento un fuerte dolor en el abdomen, así que suelto un quejido.—¡Rose! —James aparece en mi campo de visión con los ojos hinchados y unas ojeras muy notorias - Qué alegría que hayas despertado. ¿Cómo te sientes?—Me duele aquí abajo, pero no sé por qué —la cara de James se desfigura por completo.—¿No te acuerdas de nada? —Niego con la cabeza, pero en ese momento llega el médico y me revisa.—Bueno, todo está en orden. La herida de bala está sanando rápido, así que mañana podrás salir de aquí.¿Herida de bala? ¿Cuándo...? Esperen, no... El evento... Jack... Disparó... ¡El bebé! Me levanto como un resorte de la cama, sin importar el dolor, y miro a James asustada.—¡James, el bebé! ¡Dime que está bien! ¡Dímelo! —Veo cómo Jame
Despierto al sentir el cuerpo de James rodeando mi cintura. Me volteo lentamente y lo observo dormir plácidamente. Acaricio su mejilla y trato de memorizar su rostro para que siempre esté en mi mente.—Perdóname, mi amor —me levanto con cuidado, me doy una ducha rápida y salgo, colocándome unos pantalones y una blusa. Agarro la maleta con mis cosas y dejo la carta que le escribí a James sobre mi almohada. Miro a James por última vez y es inevitable soltar una lágrima.—Perdóname, James. Perdón, debo acabar con el maldito que me arrebató mi felicidad —salgo de la habitación y, como no hay nadie, corro al garaje y saco mi coche. Voy directo a un cajero y saco una buena cantidad de dinero, ya que tengo que deshacerme de estas tarjetas. Nadie puede conocer mis movimientos, y conociendo a James, sé que me buscará por cielo y tierra hasta encontrarme, pero no quiero que sea tan pronto.Llego a un hotel, dejo mis maletas y guardo el dinero en la caja fuerte.—Necesito salir para comprar un ce
Juego tras juego fui ganando, y cada vez los caballeros presentes en la mesa se sorprendían más, en especial Jack, que desde que llegué no ha parado de mirarme.—Bueno, caballeros, yo me retiro del juego. Fue un placer jugar con ustedes —tomo las fichas y salgo de allí contoneando mis caderas porque sé que Jack me está mirando. Voy a la barra y pido un trago, pero cuando lo voy a pagar, aparece Jack y paga la bebida.—Yo invito —me sonríe de una manera coqueta, y yo, con mucho esfuerzo, hago lo mismo.—Gracias, señor...—Jack, solo dime Jack.—Ok, Jack, muchas gracias por el trago.—Fue un placer invitar a una dama tan hermosa. Aunque, ¿sabes algo? Te me pareces a alguien que conozco.¡Mierda! Que no se dé cuenta. Intento ocultar mis nervios, así que me acerco a él y me siento con las piernas cruzadas.—No creo, soy nueva por aquí.—¿Cómo te llamas? —¡Piensa en un maldito nombre, Rose!—Ruth, un placer —le extiendo mi mano, y él la sostiene, dando un beso en ella, gesto que me da náuse
—Hola...No sabía qué hacer; estaba congelada justo en ese momento. Mi respiración comenzó a acelerarse de tal forma que mi corazón latía más rápido. Tenía a James justo en la línea, y por primera vez no sabía qué decir.—Rose... sé que eres tú, háblame, por favor. —Un dolor en mi pecho se instaló al escuchar cómo su voz comenzaba a debilitarse.—Rose, cariño, por favor, vuelve conmigo. Te lo suplico, te prometo que vamos a atrapar a Jack, pero juntos, mi amor. —Una lágrima salió de mi rostro, pero rápidamente la limpié.—Vuelve a mí, no sabes la falta que me haces, cariño. Yo... —su voz se quebró, y hizo una pausa.—Yo te necesito porque te amo con todo mi ser. —Ese fue el detonante; de mi boca salió un sollozo que rápidamente tapé con mis manos mientras varias lágrimas caían.—Rose, cariño...—Lo siento tanto, mi amor... pero no puedo volver, no sin antes acabar con Jack. —Antes de que dijera algo, colgué el teléfono. Sabía que lo iba a rastrear, así que salí del hotel y me quedé en
JamesSiento a mi pequeña llorar en mis brazos sin consuelo. Esta es la segunda vez que la veo así de frágil; la primera fue con la muerte de nuestro hijo, y esta sería la segunda.—Lo siento —acaricio su mejilla empapada y niego con la cabeza.—Te amo —y sin más la beso, pero es un beso cargado de amor y mucha pasión. Quiero decirle con este beso lo mucho que la amo y lo mucho que la extraño. Ella me corresponde colocando sus brazos alrededor de mi cuello, pegándose a mí como si su vida dependiera de ello.—Ven, te voy a llevar a casa; vas a enfermar —se separa de golpe y niega con la cabeza.—No puedo volver a casa, James.—Rose, todos te necesitamos, vuelve.—¡No puedo! Entiéndeme —acaricia mi mejilla - No puedo vivir pensando que ese maldito está vivo. Solo podré acabar con él estando dentro de su círculo —doy un suspiro frustrado, pero hoy no quiero discutir con ella, solo la quiero tener a mi lado.—Está bien, vamos a un hotel —ella asiente y sube al auto. Cuando llegamos al hote
RoseDespierto sintiendo un fuerte dolor en mi espalda. Estoy boca abajo e intento levantarme, pero al hacerlo, suelto un grito por el dolor que me causa.—Pequeña, quédate quieta —Jack aparece en mi campo de visión, con ojeras que revelan que no ha dormido bien - ¿Te duele? —Yo asiento.—Tranquila, ya te voy a traer algo para calmar el dolor. —No entendía su comportamiento; ayer me golpeó hasta dejarme inconsciente, y hoy se comporta conmigo como un ángel Toma estas pastillas —dice, ofreciéndome el medicamento. Las tomo y, con mucho cuidado, me levanto para ingerirlas - Descansa, tienes que reponerte.—No entiendo por qué me cuidas.—Porque por mi culpa estás así. No debí pegarte de esa forma, discúlpame.—Solo vete y déjame sola —cierro mis ojos y, cuando los abro, él ya no está aquí.Me despierto sobresaltada, dando un grito de dolor cuando escucho la puerta abrirse.—Hey, tranquila, soy yo, Luke. —Me relajo al reconocer su voz, al principio pensé que era Jack - ¿Cómo te sientes?—¿