Voy corriendo por todo el bosque sin importar los raspones y heridas que tengo en mi cuerpo. Lo único que quiero es llegar a una población y conseguir un teléfono para hablar con James. Después de dos horas de caminar, encuentro un pueblito, pero parece estar desolado.—¿Hay alguien que pueda ayudarme? —grito, esperando una respuesta, pero nadie responde - ¡Por favor, necesito ayuda! —Me siento en una silla y comienzo a llorar como una niña pequeña al pensar que estoy sola, sin nadie que pueda ayudarme.—Hola —me sobresalto al escuchar la voz de un joven.—Dios mío, pensaba que estaba sola. —Cuando intento pararme, el peso de estar dos horas corriendo me afecta, y me mareo.—Oye, tranquila —el joven me sostiene de la cintura, impidiendo que me caiga.—Ven, vamos a mi casa; hay que curar esas heridas y debes comer algo. —Yo asiento, algo dudosa por miedo a que sea alguien malo, pero no aparenta serlo. Llegamos a su casita humilde y él comienza a curar las heridas que tengo en el cuerpo
James…No puedo creer lo que ven mis ojos. Mi corazón late con mucha fuerza y siento cómo mi cuerpo deja de reaccionar al ver a James parado en la ventana. De un rápido movimiento, corre hacia mí y me levanta del suelo, haciendo que enrosque mis piernas en su cadera mientras comienza a besarme de manera desesperada. Cuando me separo un poco, puedo observar su rostro, que tiene varios golpes.—Dios mío, ¿el imbécil de Jack te hizo eso? —toco su rostro con cuidado, acariciando cada facción de su cara.—No pienses en eso ahora, tenemos que irnos —cuando él me baja, yo lo detengo - ¿Cómo entraste aquí? Es imposible, está lleno de guardias.—Entré por las caballerías, ahí no hay nadie. Vamos, Rose, no tenemos tiempo.—James, hay mucha gente rodeando el lugar. Nos van a matar si se enteran.—No puedo dejarte aquí —acaricia mi mejilla.—Tienes que ir y reunir un equipo grande para acabar con el miserable de Jack —me pego a su cuerpo y lo abrazo, tratando de sentir su calor una vez más por mie
Salgo a los brazos de Paolo, muy contenta de verlo. Él no duda ni un segundo en corresponderme el abrazo.- ¡Hasta que por fin te veo, Bella Rose!- Tú sabes cómo son las cosas, Paolo.- Lo sé, por eso te ayudaré para que estés con el maldito de James. Te sacaré de aquí. - Un brillo de esperanza se asoma por mis ojos al pensar que pronto seré libre - Hoy no podrá ser, pero será pronto.- Paolo, me caso en una semana, así que tiene que ser rápido. - En medio de tanta euforia y emoción me olvido que cerca esta Jack- Paolo. - Me volteo y veo a la misma chica que estaba en el baile con él, a la cual Jack le disparó.- Hola, Rose. ¿Te acuerdas de mí?- Claro, tú eres Mia. ¿Cómo no acordarme si casi te matan por mi culpa? - Ella me envuelve en un cálido abrazo.- No tuviste la culpa. - Ella me suelta y va hacia Paolo.- Se ven bien juntos - digo en tono divertido.- Lo sé, ella me complementa - dice Paolo mirándola a los ojos. Me sorprende, porque es una mirada que jamás había visto en él.
JamesMe levanto sintiendo un fuerte dolor en el costado izquierdo de mi abdomen. Intento levantarme, pero alguien me detiene.—Calma, amigo. Te puedes abrir la herida —la voz de Liam retumbó en sus oídos, haciendo que abriera los ojos.—¿Dónde estoy? —pregunto algo confundido.—Estás en el hospital, te dispararon. —En ese momento, recuerdo lo sucedido en la boda de Rose con Jack. Él me disparó y luego...—¡Rose! ¿Dónde está Rose? —digo, algo preocupado.—Amigo, tranquilo. Primero te deben revisar. —En ese instante entra un médico.—Qué bueno que despierta, señor James. Lo revisaré para saber que todo está en orden. —El doctor se demora casi una hora revisándome, y yo lo único que quiero saber es cómo está mi Rose.—Debe estar en reposo por lo menos 15 días. Nada de movimientos bruscos y debe desinfectar la herida cada 4 horas. —Yo asiento, y el doctor sale dejándome solo con Liam.—Liam, ¿ahora sí dime dónde está Rose? —trato de estar calmado.—Amigo, debes descansar.—¡Y una m****a,
Escuché unas voces masculinas gritando como si estuvieran discutiendo. Aunque los escuchaba de lejos, comencé a sentir dolor en mi abdomen y a distinguir mejor quiénes eran las voces. Eran James y Paolo. Intenté abrir mis ojos lentamente y, efectivamente, ambos estaban a punto de darse puños. Así que, como pude, logré articular una palabra:— James...James soltó a Paolo y vino corriendo hacia mí.— Cariño, oh, gracias a Dios que estás despierta — dijo mientras me daba varios besos en la cabeza y me decía lo mucho que me amaba.— Me alegro de que hayas despertado, bella Rose — Paolo tomó mi mano, pero James lo miró como advirtiéndole algo, lo que hizo que Paolo sonriera.— Los dejo para que hablen. Adiós, preciosa — le sonreí y vi cómo Paolo salía por la puerta dejándome sola con James.— ¿Por qué estaban discutiendo?— ¿Nos escuchaste?— Más o menos, pero no logré escuchar lo que hablaban - James tomó mi mano y la besó.— No importa lo que hablamos; lo importante es que estás bien, am
Me levanto al sentir unos besos húmedos por toda mi espalda desnuda. Abro mis ojos y sonrío al ver al hombre de mi vida sonriéndome.- Buenos días, preciosa. - Me besa los labios y yo le correspondo gustosa.- Buen día, mi amor.- Te traje el desayuno. - Me muestra una bandeja llena de comida, lo que hace que se me haga agua la boca.- Te he dicho que eres el mejor novio de todos.- Mmm, no lo sé. - Habla en tono divertido.- Pues lo eres, por eso te amo. - Desayunamos con tranquilidad y después nos bañamos. Fue un baño bastante largo. Me coloco una ropa y me miro al espejo, sonriendo por el resultado.Mi teléfono suena y veo que es Paolo.- Hola, Paolo.- Hola, bella Rose, ¿cómo estás?- Bien, ¿y tú? - En eso entra James.- Bien, Paolo. ¿A qué debo tu llamada? - James frunce el ceño.- Quería invitarte a un evento de beneficencia que haré esta noche. Si quieres, puedes ir con el imbécil de James. - Ruedo los ojos cuando dice así.- No le digas imbécil, y claro que iré.- Perfecto, aqu
Estoy dándome una ducha rápida, ya que hoy volvemos a Londres. La verdad, estoy muy contenta y agradecida porque, por fin, todo terminó y ahora sí podré regresar a mi antigua vida, solo que con algunos cambios. Me coloco la ropa y salgo de la habitación.— Hermosa como siempre —le doy un beso apasionado a James y él me sonríe - Qué cariñosa estamos hoy.— Lo sé, solo estoy feliz de que por fin todo se haya acabado.— Sí, amor, hoy regresamos a Londres para empezar una nueva vida juntos. Por eso, te tengo una sorpresa, pero te la daré cuando estemos en Londres —hago un puchero y él se ríe.— Amor, quería preguntarte por la chica... ¿cómo se llama? Ah, sí, Mia —cuando James menciona a Mia, mi cuerpo se tensa y pienso en qué habrá pasado después de lo de ayer.— Paolo le pegó —él se coloca tenso.— Es un maldito, pobre chica.— Y no es solo eso, Paolo la compró. No sabes lo mal que me sentí por no poder ayudarla —él me abraza al verme algo triste.— Amor, por más que yo también quisiera,
Estoy bastante contenta en mi nueva casa. Hoy, James me levantó temprano para que viéramos juntos algunos detalles de la casa y, además, porque hoy invitamos a algunos amigos para que la conozcan y para anunciar nuestro compromiso. Me visto rápido y me peino un poco.—¡Amor, baja ya! —James, como siempre, con su voz autoritaria. Me imagino cuando tengamos hijos, ¿será que él querrá tener hijos? Después de la pérdida de mi otro bebé, nunca se lo he preguntado. Bajo las escaleras y lo veo con su teléfono.—Al fin, ¿qué tanto hacías?—Pues arreglándome, tonto —me da un beso y luego mira el anillo en mi dedo.—Vamos —subimos al carro y vamos al centro comercial para comprar lo que necesitamos para esta noche.Después de estar un largo rato, escucho una voz bastante conocida que me llama.—¡Rose! ¿Eres tú? —volteo y grito emocionada al ver a mi amiga.—¡Maia! —corro hacia ella y ambas nos fundimos en un abrazo.—¡Por Dios, tanto tiempo sin saber de ti! —dice ella con lágrimas en los ojos.—