Davis se había esforzado en entusiasmarlo para que fueran al baile, pero desde ese día estaba en las nubes:
—Oye bonito, vamos a un baile, no a un matadero.
—Es que no sé…
Su móvil sonó, era un mensaje, detuvo el auto en el semáforo y leyó:
“Hola, me interesan tus clases de árabe, soy Valkiria Marshall”
Él sonrió y le dijo a su amigo:
—Ok, me pienso divertir mucho en esa fiesta.
Casa grande era una casona dentro de la universidad que regentaba una fraternidad elitista llamada Money Sends, supuestamente los ricos de la ciudad y estaba a reventar, todos saludaban a Davis que era como un nerd que se movía en grandes ligas, hijo de un potentado en ingeniería electrónica y con mucha plata de por medio.
Zeink fue atendido como rey, miraba a todos charlar, bailar y lanzarse a la piscina y él solo quería un poco de eso.
Davis se acercó a Zeink que bebía un ponche y le dijo:
—Zeink, amigo, una dama quiere conocerte.
Él miró a todos lados y vio acercarse a una bella mujer de ojos verdes y cabello rubio.
—Hola, Zeink.
—Hola…—dijo.
—Me llamo Minerva, Mini para los amigos.
¡Ahora la recordaba, la minimalista! Claro que la recordaba y tuvo algo con ella, pero siempre se cuidó y usó protección… ¡No podía creer que había caído en el uno por ciento de riesgo del condón! Y ahora le pasaba factura en ese momento.
Minerva recuerda
—Claro que es él—decía ella a su madre—lo tuve en cuenta siempre, investigué y estudié todo detalle y la forma en cómo acercarme a él y fui con todo.
Su madre viéndose las largas uñas pintadas de rojo le dijo a su hija:
—Pero dices que él siempre usó condón, querida…
—Y también te dije que tenía mis recursos madre.
—Recursos de los que no me has hablado…
—Es mejor que no sepas demasiado, sé que es él…
Recordó su charla de esa noche en Casa Grande.
—¿De dónde eres?
Pareció incómodo con la pregunta:
—De por ahí…
—¿Te gusta aquí?
—Aquí y allá…—divagó.
—Eres muy gracioso.
—Debo de irme.
—Espera—lo detuvo—quiero ser tu amiga, ¿acaso no podemos ser amigos?
—Bien…—se metió las manos a los bolsillos—pero tengo que trabajar.
—¿Trabajas?
—Sí…
—¡Qué bueno! Me encantan los hombres trabajadores—dijo ella.
—Fue un placer conocerte, Minerva…
—Mini, ya sabes—le guiñó el ojo.
Se fue y ella sonrió, ahora lo tenía claro, era Zeink Fadel y podía ir con todo por él
Ella entonces le dijo a su madre:
—Sé que hice lo correcto con la persona correcta.
—Eso espero, porque una demanda nos pondría en mal y debes pensar en el bienestar de Adrián, él está muy ilusionado.
—Solo en eso estimo, en mi hijo.
Más bien en los millones de Zeink Fadel y el poder que eso supondría a su vida, si todo salía como ella deseaba estaría adentro de una gran y poderosa familia, ni siquiera a Luana le salió mejor.
Luana era su mejor amiga de Brasil y la que le dio la idea de coger a un millonario con un hijo, de hecho Luana tenía tres hijos de empresarios importantes de Brasil y ellos le pasaban grandes sumas de dinero, ella tuvo mejor suerte y pudo acostarse con un dios del mundo árabe y logró embarazarse de él, ahora iba por las regalías de esa unión y por vivir por encima de todo.
Los recuerdos de Valkiria
Estaba revisando unos papeles y su mente se volvía al instante en que recibió la primera clase de árabe.
«Estaba muy entusiasmada por poner algo más en su curriculum y cuando llegó al mentado departamento a las tres de la tarde… Tocó y se asomó un asiático:
—¿Vienes por las clases de árabe?
—Sí.
—Bien, entra…
Ella lo hizo y al hacerlo el sujeto se fue dejándola sola o eso creyó y al mirar vio una habitación muy ordenada y de repente la puerta del baño se abrió y…
—¡Tú!
—Vaya, pero si eres tú.
—¿Tú das las clases?
—Sí… Soy Ghadi, bueno así me dicen de apodo.
Un apodo muy tonto, eso era seguro, ella jaló una silla un poco lejos de la de él:
—Puedes acercarte, no muerdo—dijo de forma seductora.
A ella comenzó a picarle la nariz y le dijo:
—Estoy bien aquí.
—Eres rara… ¿Eres religiosa?
—No confío en ti… Te metes en el destino de las personas, eso no es bueno.
Él la miró con rostro de ¿qué te pasa loca? Y ella le dijo:
—Dime qué me dijiste ese día, ¿acaso es un conjuro?
—Te lo diré en la quinta clase, vamos con la primera…—le dio unos folletos—allí tienes el alfabeto en árabe, con su pronunciación...
Ella la tomó y miró atentamente, entonces el sujeto le dijo:
—Por cierto cobro por adelantado.
—Yo pago cuando vea resultados—dijo ella.
El sujeto la miró con cara de póker, así era ella.»
Valkiria se rio de pronto recordando la cara de Zeink mirándola como si fuera una loca descarada, podía sacarlo de su zona con una facilidad y ahora… Entonces se puso seria, ahora estaba en problemas.
Pisando Texas
Cuando llegó a Texas, el abogado de la compañía lo esperaba bastante preocupado y lo saludó
—Señor Fadel, bienvenido, hemos intentado frenar la ola de especulaciones, pero la mujer…—trataba de seguirle el paso—ella esgrime información personal y fotos.
Zeink se detuvo y preguntó:
—¿Fotos?
—Las fotos salieron hace unos minutos, son de ella y de usted…—carraspeó—en la cama…
Zeink miró sorprendido al abogado y trato de digerir todo aquello.
Las fotos eran contundentes, era él junto a “Mini”, cerró sus ojos, no podía creer que esa mujer mostrara todo y entonces preguntó:
—¿Ella sabe que estoy aquí?
—No… Esperamos que no.
Fue al mejor hotel de Houston, El Marriott y pidió la mejor habitación que tenía, estancia indefinida y después de una ducha y de pedir algo de comer se puso a pensar en su aventura como profesor del idioma árabe:
«Trató de reponerse de lo que escuchaba de esa loca de lentes:
—¿Me pagas después? No trabajo así...
—No confío en los chicos que son muy… Caritas.
—Escucha… Valkiria, ¿verdad? Eso es muy sakhif.
—¿Y eso significa?
—Absurdo…
—Veo que sabes»
Memet le preguntó entonces:
—¿Señor necesita que haga algo?
—Sí, quiero que averigües donde estudia el niño—vio la incertidumbre de su secretario—el niño que dice que es mi hijo…
—Entiendo…—anotaba en su tableta—inmediatamente…
Pensó en esa chica que lo sacaba de sus casillas casi siempre, ¿qué sería de Valkiria Marshall? Sacó su móvil y comenzó a buscarla en el directorio y encontró a muchas Marshall, eso le molestó.
Memet se acercó contento:
—Lo tengo, señor la Academia Saint Germain de Texas.
—Perfecto.
Miró la foto de la escuela privada y entonces, miró su reloj, los chicos ya estaban por salir, así que estaría todo para mañana.
Adrián
Adrián era un niño sano y ahora popular a la fuerza, eso le dio el apodo entre sus compañeros de Chulito, así les decían a los modelos y a los niños famosos, eso le molestaba, estaban terminando el partido de soccer en el campus de la escuela, hacía de todo para mantener un perfil bajo, pero…
—¡Pasa la pelota Chulito!—le gritaron.
Odiaba ese apodo, lo hacía afeminado y demasiado cursi, se le acercó Noah:
—No le hagas caso… A ellos siempre les gusta molestar.
—¡Cabeza de chorlito!—le gritaron.
Noah apretó las manos, quería pegarles; sin embargo, se contuvo y Adrián le dijo:
—Continuemos.
El juego casi terminaba y uno de los chicos le metió el pie a Noah y lo hizo caer al césped.
—Eso es falta—lo empujó Adrián.
—¿Lo dices tú Chulito?
Lo encaró Estévez.
—¡No me digas Chulito!—le dio un golpe en la cara.
El otro niño lo empujó y se formó una pelea entre ellos. El profesor pitó varias veces para poner orden y se acercó a ellos y los separó:
—Compórtense, Logan y Estévez.
—Ellos hicieron falta—dijo Adrián molesto.
—Él me empujó…
—Basta ya… A la dirección.
Adrián hizo una mueca y Noah se le acercó:
—Estás en problemas.
—Eso no importa… Odio que se quieran salir con la suya.
Fue molesto a la dirección y Noah se quedó molesto y de repente uno de sus compañeros le pasó diciendo:
—Cuídate cabeza de torbellino, mañana nos vengaremos de ustedes dos.
Noah se quedó cortado, en verdad estaban en la mira de los bravucones.
Minerva recibía las quejas:
—Adrián está actuando de forma violenta, se dio de golpes con uno de sus compañeros.
—Debe ser por la emoción, todo esto de su padre… Él es un niño muy calmado y juicioso.
—Deberé ponerle una sanción, pero si se repite tendré que expulsarlo por una semana.
Minerva se levantó con una sonrisa y le dijo muy segura:
—Eso no pasará, hablaré con él y todo se solucionará.
Ella salió con la sonrisa congelada y vio a su hijo arrimado a la pared con su uniforme de deportes:
—Vamos.
—¿Me suspenderán?
—Deberían, pero prometí que te comportarías mejor.
—Mamá es que ellos…
—Basta ya, me duele la cabeza de escucharte—dijo molesta—Debes de comportarte ahora más que nunca.
Era en vano explicarle, ella nunca escuchaba y estaba cansado para explicarle. Noah entonces le envió un mensaje:
“Estamos en problemas, nos van a dar la madriza mañana”.
Frunció el ceño y miró a todos lados, su madre solo miraba al frente y tratar de ciertos temas con ella le sería difícil.
“Porque un padre es el que direcciona el carácter de los hijos”Noah llegó a casa arrastrando los pies, pensando en lo que sucedería mañana, estaba cansado de que le dijeran: Cabeza de Torbellino, Cabeza de Chorlito y cosas como esas. Se miró el cabello, era rizado y eso le daba un aspecto desaliñado y descomplicado, muchos se burlaban de él.Su madre se asomó y con buen ánimo le preguntó:—¿Qué tal tu día?—Ahí…—¿Ahí cómo?—salió Valkiria.—He tenido mejores días…Lo vio irse a su habitación cabizbajo, cosa rara en él. Cuando llegó a cuarto escuchó el pitido de su computador y fue a ver quién le enviaba un mensaje y era Adrián:—¿Qué es eso de que nos darán una madriza?—Me amenazaron, se vengarán de que sancionaran a Estévez…—Estoy cansado de esos bravucones.—Hay que pensar en algo.—Consideraré algo y te diré lo que haremos mañana.Noah cerró la comunicación y se fue a bañar, al salir vio a su madre sirviendo la comida:—Hice fideos con queso para ti, son tus preferidos.—Sí…—¿T
“Donde menos se piensa, salta la liebre” Refrán. Adrián esperaba cerca de la entrada a Noah y lo vio llegar con su mamá y Valkiria le dijo a su hijo: —Te portas bien—le dio un beso. —Mamá… Por favor… —Buenos días, señora Marshall. —Buenos días, Adrián, pórtense bien—entonces le dijo—Debo de hablar con tu profesor de idiomas. La vio irse y Adrián le preguntó: —¿La tienes? —Sí… Caminaron hacia el curso y se toparon con Estévez y sus dos amigotes. —Vinieron gallinas. —No somos gallinas—dijo Adrián—no te tengo miedo. —Es cierto, somos valientes y te vamos a dar lo tuyo y a esos dos—secundó Noah. —¿Me están desafiando ratas? —Rata será tu madre—dijo Adrián. —Ahora verán…—se le fue encima. El auto de Zeink se detuvo en la entrada del Saint Germain y miró el lugar, muy elegante y le dijo a Memet. —Bien llegamos. Vio salir una bella mujer, su cabello negro ondulado y su caminar seguro, usaba lentes oscuros y vestía muy elegante, abrió la puerta inmediatamente y salió al reco
«Cualquiera que te diga que la paternidad es la cosa más grandiosa que te puede pasar, lo entiende perfectamente.» Cuando llegó a la escuela ni miró a los lados y no se dio cuenta de que el auto de Zeink seguía allí, se apersonó en la dirección y vio a Noah esperando en la recepción: —Noah… ¿Qué pasó hijo mío? Estaba en problemas… —Es que yo… La secretaria le dijo entonces: —El director está en un recorrido y vendrá a hablar con usted. La tensión estaba a flor de piel en ella, su hijo tenía la mirada baja y de repente… La puerta se abrió y entró el director: —Señora Marshall, es bueno verla. Entonces detrás de él venía Zeink que al verla se sorprendió mucho: —¡Valkiria! —¡Zeink! No se esperó verlo todavía allí, Zeink sonrió y preguntó: —¿Pero qué haces aquí? Noah entonces le dijo: —Ella es mi mamá… Los ojos de Zeink se abrieron enormes y casi pudo ver el terror en sus ojos al verla a ella y luego al niño. ¡Valkiria era madre! Eso nunca se lo esperó. Zeink trataba de
“Para tu amor, lo tengo todo Desde mi sangre hasta la esencia de mi ser Y para tu amor, que es mi tesoro Tengo mi vida toda entera a tus pies” Canción de Juanes, Para tu amor Valkiria estaba tensa, insultaba en otro idioma y miraba los papeles que tenía de la oficina y que debía completar y no tenía cabeza, en ese momento miró la hora iban a ser las siete y media de la noche y su pierna no dejaba de moverse frenética de los nervios. Tenía el vestido listo para la cena con Zeink, no era muy vistoso, era un tono beige elegante, no muy escotado ¡por Dios! Ahora era madre de familia y debía de ser discreta, tampoco podía salir al paso de ese compromiso, pues Zeink sospecharía y no quería nada de eso en su vida y en la de Noah. Se vistió y miró frente al gran espejo, se la veía bastante bien, su cabello lo recogió en cola de caballo y eso le dio un toque juvenil, se colocó una pulsera de brillos discreta, nada del otro mundo, nada llamativo, era como si desease no azuzar el nido de
“El tiempo no lo cura todo, pero sí desplaza lo incurable del centro de atención”.Marcuse LudwigEsa mañana Valkiria preparaba el desayuno de Noah y lo apuraba:—Noah, vas a llegar tarde, hijo.Noah apareció en la entrada de la cocina algo desconcertado:—¿Anoche el papá de Adrián estuvo en casa?—Sí, es mi cliente…—Ese señor me agrada…—Toma tu jugo, vas a llegar retrasado.Cuando salieron la prensa esperaba fuera y la atacaron con preguntas:—¿Usted tiene una relación con el multimillonario Fadel?—¿Él también es su hijo?Noah miraba fascinado todo ese despliegue de reporteros y de repente preguntó:—¿El papá de Adrián es mi papá?¡Rayos! ¡Qué estaba pasando!Minerva miraba detenidamente la pantalla del móvil intentando asimilar que Fadel anduviera con otra mujer. Country le dijo:—Es la primera vez que tengo un caso en el que el padre anda dando shows mediáticos.—¿Hoy se toma la muestra del ADN?—preguntó ella.—Sí…—¿Crees que desee desviar el asunto de lo de nuestro hijo?—Pued
“Un gato azul como el hada azul, suele ser un sueño” Saíd veía los enunciados de la prensa, entonces molesto preguntó a su secretario: —¿Hay llamada de Zeink? —No señor. —Zeink—se irritó—¿qué tratas de hacer? Entonces ordenó a su secretario: —Prepara vuelo para los Estados Unidos. —¿Señor? —Quiero ver a Zeink y conocer a mi nieto. Aisha se le acercó: —Si usted va, yo también iré, es mi novio después de todo. Él asintió y se preparó todo para el viaje. Esperar por los resultados fue bastante tedioso, Zeink se entrevistó con sus abogados y tomó una decisión sobre el tema: —Deseo comprar una casa, algo grande, y deseo la custodia de Adrián, en su totalidad. Eso sorprendió a todos y él dijo: —Es mi hijo, si lo es lo deseo conmigo. —Entonces tendremos que darle una buena cantidad de dinero a la señora Logan. —Hay que darle lo que ella pida, sé que pedirá mucho, pero si Adrián es mi hijo, lo vale todo. Ellos asintieron y después de la reunión, llamó a Valkiria a su móvil.
“La calidad de un padre se puede ver en las metas, sueños y aspiraciones que establece no solo para sí mismo sino para su familia”. Reed Markham. Adrián era vestido prolijamente por su madre en esos momentos: —¿A dónde iremos? —A conocer a tu abuelo—miró a su hijo—al que tiene dinero por supuesto y debes de comportarte y ser un buen niño. —Soy un buen niño. —¿Crees que no me contó Country que te habías dado de golpe de nuevo? Y todo por causa de ese niño horroroso. —Noah no es horroroso, solo defendíamos a su madre. —Que la defienda solo, por eso te pagué clases de karate para que nadie te tocara y eso debes contarle a tu abuelito, que eres un niño fuerte y sano. Lo admiró con su camisa celeste y sus pantalones finos. —Colonia. Sacó un frasco y lo comenzó a rociar con él: —Mamá, para, para… —Debes oler rico para tu abuelo. Agatha entró en esos momentos y percibió el aroma delicioso del perfume: —Hueles divino. —Conocerá a su abuelo—dijo emocionada Minerva. —Vamos bien
“La valentía de una madre es el mejor motor que impulsa a un hijo cada mañana” No se creía nada de eso de que quería saber sobre ellos y le dijo: —Dime la verdad Zeink. Entonces se la dijo: —Dice que se parece a mi hermano fallecido. Valkiria miró a su hijo que miraba todo con curiosidad y entonces le dijo a Zeink: —Zeink no quiero problemas. —Calma, no hay problema, porque Noah no es nada mío, ¿verdad? Valkiria lo miró sorprendida, no podía creer que la llevara para eso, miró a su hijo y le dijo: —Espero que no haya problemas, ni confusiones, Noah es lo más importante que tengo en mi vida. Saíd se acercó en ese momento y vio al niño y fue a él y se acercó a mirarlo detenidamente, esos ojos… Esa sonrisa diáfana, ese era su nieto, su corazón se lo gritaba en ese momento: —Dam dami. Noah le preguntó entonces: —¿Qué significa eso? —Sangre de mi sangre. Noah sonrió y le preguntó: —¿Y eso qué quiere decir? —Que me perteneces…—sonrió el anciano. Valkiria entonces se puso de