Aquella pequeña niña frente a Elizabeth aún parecía que suplicaba con la mirada.—No es tu culpa, fue mía al no ver lo que hacía. Quiero que dejes de mirarme de esa forma ¿Entiendes? —dijo con calma, ya no soportaría otro espectáculo como el anterior, la chica solo asintió mientras limpiaba sus lágrimas —bien, ahora volverás a estar conmigo.—Gracias señorita —hizo una reverencia y dio dos pasos hacia atrás.—Debemos esperar —dijo la duquesa entrando al salón, miró a Teresa —veo que ya llegó, eso es bueno. Espero que mi esposo llegue pronto, siento que no puedo esperar.—Me parece que madre está hambrienta —la duquesa caminó hacia ellas y se sentó justo a un lado de Samira quien la miraba.—Claro, necesito que lleguen en este momento, mi pobre estómago no puede resistir —dijo casi en un lamento, Elizabeth la miraba y le parecía un tanto gracioso la forma infantil en la que se comportaba, por lo que una leve sonrisa se formó en sus labios —hija, ¿También estás hambrienta?—Si madre, ya
Elizabeth se relajó en ese instante, estar en la soledad de su habitación era bueno para su estado de ánimo. Recordó cada conversación con su familia esa mañana y lo agradable que resultó todo en esos momentos. Pese a eso, sabe que está muy lejos de ser como la Elizabeth original y llegar a irradiar la armonía y alegría que ella transmitía.Se sentó en la cama de golpe — ”¿Será que me descubrirán? Soy solo una impostora” —aunque en su vida como Renata se sintió la más segura del mundo al ocultarse, en este lugar está descubriendo de a poco la cantidad de inseguridades que tiene —Espero no me descubran.Muy en el fondo de su corazón deseaba ser feliz, quizás disfrutar de la familia que nunca pudo tener. Volvió a acostarse en la cama.Un pensamiento rondó su cabeza. Se vio de rodillas frente a sus nuevos padres y hermanos, tal como aquellos ángeles en sus sueños, ellos la señalaban, mientras le llamaban impostora. Sacudió su cuerpo ante tal ilusión e intentó pensar en otras cosas, com
De regreso a la capital, Elizabeth estaba cenando con su familia. De a poco, iba adaptándose a los horarios de comida, en las conversaciones se limitaba a sonreír ocasionalmente mientras ellos reían a carcajadas. Tras la cena volvieron a reunirse en el salón principal, Renata al ser tan callada ahora encontrarse con personas que hablan de todo, que parecen nunca cansarse y ni toman agua en las extensas conversaciones es algo increíble.“¿No se cansan?” —ella tenía que mirar de un lado al otro, para poder mantenerse dentro de la conversación. Aunque no quería aceptarlo también le gustaba el chisme.Marcos era el único que se mantenía en silencio y lo que hacía era observarla, sonreía en ocasiones pero para él, la chica frente a ellos no era Elizabeth quien siempre fue parlanchina e intervenía en cada conversación.—La hija del conde Rost, al parecer se la pasa escapando al bosque. Creo que quiere conseguir a uno de esos hombres salvajes—dijo Samira sonriendo, su marido le dio una mira
Después de aquel día Elizabeth se fue abriendo más con su familia. Se volvió un poco más parlanchina principalmente con Teresa quien siempre la acompañaba. Aún pensaba en su vida aunque no influía directamente en como se comportaba ahora.Samira y Celia volvieron a sus mansiones tras estar 1 mes acompañándola pero igual prometieron regresar días antes del debut para ayudarla a arreglarse. Marcos no hizo comentario alguno, seguía con sus dudas pero prefirió callar y el esposo de Celia ni preocupado estaba de aquella extraña situación.Sus hermanos volvieron a sus deberes en el ejército, quedando de acuerdo en que volverían antes del debut, ya que esperan este año conseguir a la mujer que les robe el sueño y con la que deseen casarse.Así pasaron 2 meses desde que se despidió de sus hermanos, sus padres continuaban con las demostraciones de cariño y ella les correspondía. Era agradable sentirse querida por tan grandiosas personas que ahora son su familia. Sin embargo, aún continuaba enc
Los días continuaron pasando y Elizabeth cada vez se sentía más ansiosa. Estaba continuamente practicando las respiraciones para calmarse. Sabía que estás le ayudarían tal y como lo hacen ahora.Podía estar todo el día en compañía de sus padres y de Teresa sin problema, pero en cuanto le nombraban (Debut) su cabeza daba un vuelco, su corazón se aceleraba y le costaba respirar; todo esto porque sabía que los días pasaban y el día de aquel evento se acercaba.Ella intentaba compararlo con una exposición, aunque era cerrada siempre cumplió con esos deberes por lo que hacerlo no era tan complicado, está vez solo debía pararse frente a todos pero sin emitir palabras, pensaba que era menos difícil, sin embargo, aún así era inevitable que se sintiera presionada.—Solo quedan tres semanas —respiro profundo, estaba sentada en la cama de habitación recuperando el aliento —parece que no puedo lograrlo —una idea rondó su cabeza —solo tengo que centrar mi mirada en alguno de los presentes, solo un
Después de la conversación y de acordar con Mery que iría con ella, aún sin estar segura de sí era lo correcto, la acompañó hasta la entrada de la mansión para despedirla. Ver la cantidad de guardias que la acompañan, le sorprende un poco la habilidad que tuvo, tanto en la historia como ahora para escapar.“Increíble” —tras recibir un beso en la mejilla y verla subir al carruaje, regresó ya que su familia la esperaba en el comedor para el almuerzo.Luego de la comida el duque Alfonzo se despidió de ambas y se dirigió al palacio, fue convocado por el emperador ya que debían finiquitar los detalles del gran evento. Elizabeth junto a Eleonor se dirigieron al jardín, igual no había mucho que hacer en ese lugar. De cierta manera era bueno para ella. Conversaron largo rato, se sintió un tanto inquieta por la forma en la que puede entablar una conversación con la duquesa. Recuerda que nunca antes pudo hablar con Mercedez de esa manera, ambas se odiaban, ella por obvias razones; pero el odi
Al paso de 2 días desde la llegada de Estefan, este se mantuvo en el palacio, no tomó en cuenta las palabras del emperador y prefirió no salir.Sus guardias ya habían encontrado a Elías pero solo esperaba el momento para ir por él, este no había salido en dos días de la mansión de su padre el Márquez Deloy.Las chicas en la ciudad que participarían del debut estaban ansiosas, algunas enviaron a modificar sus vestidos haciéndolos más despampanantes, querían tener una oportunidad de llamar la atención del joven Duque, por lo que debían lucir espectaculares.Elizabeth no estaba ansiosa por esta razón. La razón de estarlo era que esa mañana se preparaba para ir a la mansión de Mery.Ya había obtenido de sus padres el permiso para luego del mediodía visitar a su amiga, ellos no vieron problema y se lo permitieron.La mañana fue normal para ellos, comieron en familia y luego conversaron por largo rato. Confiaban en Elizabeth y a pesar de lo que sucedía con las jóvenes sentían que ella no ha
Luego de algunas horas a la entrada de la mansión de Mery llegaba un carruaje del ducado. De este se bajó el duque y la duquesa, luego de recibir la nota de su hija decidieron visitar aquella mansión.El Márquez los recibió ya que no estaba al tanto de eso. Mando a llamar a ambas chicas que estaban en la habitación esperando respuesta.—Yo no estaba al tanto de eso, disculpe —dijo el marqués al enterarse, haciendo una reverencia. —¿Quiere decir que su hija no se lo dijo antes?.El duque estaba inquieto con esta situación, quedarse fuera de casa justo antes del debut no era lo ideal. —Padre —escuchó a Elizabeth por lo que miró hacia la puerta, viéndola entrar.—¿Me explicas, el porqué te quedas? Sabes que no es correcto.—Padre, madre —hizo un reverencia —sabes que mi única amiga es Mery, yo estoy nerviosa y ella también por eso quise quedarme para apoyarnos mutuamente, Mery no tiene a una madre que le brinde esa calma —volteó a mirarla —creo que no podré acompañarte —volvió a mirar a