Estefan llegó de regreso a su esposa, era él quien llevaba llevaba las riendas del carruaje mientras Elizabeth descansaba dentro de este, estaba agotada físicamente por la pelea con Yesenia, pero ya todo termino y se siente bien con eso.Los restos de Yesenia fueron calcinados al igual que el resto de atacantes, aunque Estefan pensaba devolverla a su padre solo significaría más problemas para él, aquel hombre no sería capaz de aceptar que su hija busco ese destino sino que podría buscar venganza. Por lo que el ataque que recibieron se pidió mantenerlo en secreto, nadie debía saberlo.Los que sobrevivieron de la manada de Tony regresaron al último lugar en el que estuvieron encontrándose al resto, el hermano de Tony se enteró pero lo pasó por alto, se lo advirtió y el hizo caso omiso, así que se convirtió en el líder y volvieron al imperio vecino, como dignos nómadas no duraban mucho tiempo en el mismo lugar.Elizabeth recibió al médico luego de llegar a la mansión un día después del a
En aquella cabaña Elizabeth pasó los siguientes cinco meses, la sola compañía de Estefan resultaba suficiente para ella, Paula y la duquesa la visitaban esporádicamente recordándole los cuidados que debía tener.La barriga de Elizabeth ya estaba visible y Estefan todas las noches la acariciaba mientras le hablaba al bebé en su vientre.La cabaña que una vez fue solo un lugar de descanso, sin decoración en el exterior ni un aire hogareño se transformó en eso. Estefan se dedicó a sembrar algunas flores en el jardín para que Elizabeth las admirará cada vez que salía de la cabaña.Aunque Elizabeth disfrutaba mucho más verlo sin camisa mientras abría los huecos en los que las sembraba y como era de esperarse en cada ocasión terminaban dentro de la habitación.Paul se encargaba de todo lo relacionado al ducado ante la ausencia de Estefan, aún así le llevaba los reportes siempre.Elizabeth se sentía bien estando sola con Estefan, él le daba toda la atención que sentía necesitar y el temor a
Elizabeth se sentía la mujer más feliz del mundo después de tener a su hijo, aunque nadie lo sabía aún recordaba a su padre y su hijo llevó su nombre.Julio, solo para ella tenía un gran significado aún así a todos les agrado.Su familia se quedó por los siguientes dos meses, no dejaron de consentir tanto a Elizabeth como a Julio causando un poco de celos en Estefan, le estaban robando a su familia y estaba a poco de correrlos a todos.Elizabeth solo sonreía al verlo se imaginaba lo que sentía, su familia no cambia y puede tolerarlos siendo empalagosos aunque cuando estuvo embarazada fue imposible.—Se irán mañana —le dijo Elizabeth mientras dejaba el bebé en la cuna dentro de su habitación, aunque él ya lo sabía esperaba que fuera cierto —así que sólo nos tendrás para ti.—Por fin —dijo suspirando y abrazando a Elizabeth de la espalda —creí que se quedarían hasta que Julio tuviera veinte años.—No seas tonto —a Elizabeth le pareció gracioso escucharlo —es imposible que se queden por
En el centro de la ciudad de Caracas. Una joven camina, lleva sus brazos cruzados y unos audífonos en sus oídos. Su ropa era suelta, parecía que está no hacía contacto con su piel por lo que se notaba su delgadez. Le encanta la lectura, el arte, la música, todo aquello que la haga distanciarse por momentos de la realidad le agrada.La ciudad abarrotada de gente la hace sentir insatisfecha, le molesta la cercanía de los demás y los ruidos molestos que a diario debe escuchar.Tiene 23 años y trabaja de archivadora, un trabajo que solo eligió por beneficio, el cual era estar 8 horas de trabajo dentro de aquel pequeño espacio sin que la molestarán.No tenía contacto con sus compañeros. No quería entablar ningún tipo de relación. Ella prefería enfocarse en lo suyo nada más.Tiene su cabello negro corto hasta los hombros, lacio y con brillo, con ojos grises, sus labios son pequeños con un tono rosa natural y su piel blanca la hacia resaltar.Para todos es un misterio su silueta debido a la
Renata no sabe lo que sucedió. Lo único que sabe aún estando en la oscuridad es que el aire le comienza a faltar. Abre sus ojos pero la oscuridad continúa "¿Qué sucede?" Piensa mientras levanta sus manos y hay algo pesado sobre ella. Lleva las manos hacia los lados para sentir lo mismo "estoy dentro de una caja" su respiración comienza a acelerarse al darse cuenta de lo que sucede. Una caja, dificultad para respirar. "¡Me quieren enterrar viva!". Comienza a golpear aquella caja con fuerza mientras grita que la ayuden. —Ayuda —eso fuera se escucha suave, tan suave que es casi imperceptible para todos. Una mujer de mediana edad vestida de blanco de cabello negro de pequeñas ondas, lo lleva cubierto con un pañuelo blanco largo que lo cubre casi en su totalidad, sus ojos azules están empañados por las lágrimas que a derramado siendo bordeados de rojo, está arrodillada a un lado de aquella caja de piedra blanda mientras llora la muerte de su hija —¡silencio! —aquel grito hace que lo
Renata no podía entender lo que sucedía. Solo que el nombre del Duque le recordó dónde estaba, aunque la chica en la que está ahora se supone que moría.Se acostó en la cama mirando al techo —maldicion, ¿Cómo me sucedió esto?Renata se había dado cuenta que estaba en aquella historia de lobos que no podía dejar de leer, se llamaba Tu eres mi luna. Aunque no pudo llegar el final puede imaginarse el final feliz.Elizabeth no es más que la chica que muere al inicio de la historia, según la descripción se ahogó en un pozo debido a un accidente. Y por sus recuerdos sabe que es real, nadie la atacó, ni atentó contra ella.Aún así su muerte influyó en el estado anímico del Duque. Este se desprendió un poco de sus deberes dejando de asistir a las reuniones. Por lo que el emperador terminó por ceder su título a otra persona y él fue degradado, su familia perdió todo debido a la perdida de su hija.Saliendo de esta forma de la historia que se centró en la hija de el Márquez Barrios que era amig
Samira y Celia llevaron a Elizabeth casi a rastras hacia el salón principal donde su familia las esperaba.Los padres de Elizabeth esperaban que aceptara salir con sus hermanas, sin embargo, no sabían que ellas ni preguntaron. Básicamente fue obligada a vestirse y arreglarse para el paseo.Aquello que más temía en su camino al salon sucedió. Al llegar sus padres no estaban solos, allí se encontraba Royer de 23 años y Cristofer de 18 sus hermanos, estos al ver a la pequeña niña hicieron lo mismo que sus hermanas.Elizabeth colocó sus manos delante tratando de frenar lo inevitable, sus hermanos la abrazaron con fuerza "¡que horror!" fue lo que pensó ante eso aunque el abrazo fue fugaz. Se separaron de ella casi al instante.—Mi hermanita ¿Cómo estás? ¿Te sientes bien?—Preguntó Royer mientras le sacudía el cabello.—Déjala, le dañaras el cabello y vamos de salida —dijo Samira acercándose para arreglar el desastre ocasionado por su hermano en el cabello de Elizabeth —continuas siendo un i
Elizabeth fue de regreso a la mansión con sus hermanas después de un breve paseo. Ella continuó a su habitación, tenía aún muchas cosas que procesar y quería saber que hacer a continuación.Se sentó en la cama después de despedirse de todos. Ya casi anochecía por lo que todos esperarían que la cena estuviera lista, momento en el que se encontrarían nuevamente en el comedor.Replanteando todo recordó algo que había olvidado por completo, se levantó casi de un brinco y corrió a la puerta. Aquella doncella que siempre acompañaba a Elizabeth y era encantadora aún no aparecía.Le sorprendió un poco ya que todos fueron con ella menos aquella niña que tiene su misma edad. Se detuvo antes de abrir la puerta con las manijas de esta en sus manos."¿Realmente necesito compañía?" —estaba en un dilema interno. Por un lado quería continuar estando sola pero recordar a esa niña y no saber lo qué sucedió con ella no le agrada."La buscaré y después veré que hacer con ella" —terminó por abrir la puer