Tras la salida de Estefan, Elisabeth caminó hacia su padre parándose delante de él y le tomó ambas manos con las suyas. Le hizo una promesa que espera no romper. A pesar de todo confía en Estefan, pese a su arrogancia ve algo en el que la hace confiar.—Vendré a visitarte, lo prometo, siempre que pueda lo haré. —el duque la miró, intentando entenderla.—Hija. No debes temer.—Padre, quiero que entiendas que todo está bien, Estefan no me está obligando a nada. Ayúdame a organizar el matrimonio y deja de preocuparte.—Bien, pero no quiero ver a ese hombre hasta el día del matrimonio.—No te preocupes, no creo que aparezca en unos días.Tras acordar esto Elizabeth se dedicó junto a su madre a elegir el vestido. Enviaron en buscar a la modista quien llegó al poco tiempo, sabían que 5 días era muy poco por eso no deberían ir a dormir sin encargarlo.Elizabeth escogió uno sencillo ya que sería prácticamente una reunión familiar y la duquesa sin estar de acuerdo, aceptó.Era el único vestido
A la mansión del marquéz Maxwell ubicada en el norte del imperio llega un guardia de la emperatriz en su forma de lobo. El Márquez es también un lobo del clan al que pertenece Nuvia.Este recibe a su visitante en el salón principal, quien mantiene su forma animal y se comunica con él a través del enlace mental.“Señor, el emperador me envió en busca de su hija. Sabe que ella desea una unión con el duque Wolf y quiere concederles matrimonio”“¿Es una broma? ¿Cuándo mi hija pidió tal cosa?” —el Márquez frunció el ceño, no entendía de lo que se trataba.“Según lo dicho por el emperador, su hija enviaba cada año a uno de sus hombres para saber si el duque Wolf asistía, aunque esté año fue la excepción, él se encuentra en el palacio. Así que ella debe presentarse ante el emperador y la emperatriz”¡Yesenia! —dio un grito potente que la chica en su habitación se sobresaltó al escucharlo—¿Qué pasaría? Sentada frente a un tocador, Yesenia una hermosa chica de 22 años arreglaba su cabello.E
Al día siguiente tras despertar como de costumbre Elizabeth se levantó, se dio un baño y tras arreglarse bajó al comedor donde su familia la esperaba.Entró con una amplia sonrisa ya que lo menos que quería era un ambiente deprimente. Su padre al verla trató de no mostrar lo que sentía y sonrió al igual que ella.—Buenos días —dijo e hizo una reverencia. —Buenos días —respondieron al unísono.Ella caminó a su lugar y se sentó, dieron inicio al desayuno que fue silencio, Elizabeth miraba a cada uno y volvía la vista a la comida; esperaba algún chisme fresquito pero al parecer no había ninguno.Después del desayuno el Duque quien quería desahogarse un poco invitó a sus hijos y yernos al área de entrenamiento, sería la mejor forma de soltar lo que sentía y estar de mejor humor los siguientes días.Las mujeres se quedaron en la mansión disfrutando un rato agradable en el jardín, mientras esperaban. Ya habían enviado en busca de quie
Elizabeth tras la visita de Mery regreso con su madre y hermanas, le avisaron de la llegada de las personas a las que enviaron a buscar para organizar el matrimonio.El resto del día Elizabeth se dedicó a su familia. Cuando su padre llegó en compañía de sus hermanos y cuñados compartieron en el jardín, por lo que el duque se sintió un poco mejor. Era bueno que Estefan tal y como ella deseó, no hubiera aparecido ese día.Estefan se la pasó toda la mañana en su habitación, la inacción del emperador era algo que lo tenía pensativo ya que ni el príncipe había regresado a molestarlo. Tanta calma lo perturba. Luego de almorzar salió del palacio junto a sus guardias, se preocupó por su tía en el ducado así que debía averiguar si algo pasaba.Salió de la ciudad alejándose un poco. Se adentro en el bosque tomando su forma de lobo alejándose mucho más, de esa forma a través de su conexión mental se comunicó con Paul, solo para enterarse que todo está bien en ese lugar. Hubo solo un intento de
Estefan en su habitación está acostado en la cama mirando al techo y sus manos bajo su cabeza, frunció el ceño y en su rostro se reflejó molestia. —¿Qué hace esa mujer aquí?Se levantó quedando sentado en la cama, sabía muy bien a quién pertenecía el olor que percibió y esto le molesta.—¡Qué mujer tan irritante! —esperó unos minutos mirando hacia la puerta y luego se levantó caminando hacia ella. Al abrirla su enojo empeoró —¿Qué quieres?—Vine a verte —dijo Yesenia sonriendo, intentó acercarse y él dio dos pasos hacia atrás —te extrañaba.—Yo a ti no, así que regresa por donde viniste —iba a cerrar la puerta cuando ella volvió a hablar.—Serás mi esposo, así que… —le guiño un ojos y sonrió —no puedo irme sin ti.—¡Imposible! yo me casare en 3 días así que ¡Largo! —tras gritar esto último le lanzó las puertas en la cara a Yesenia, a él no le agradaba esa chica molesta.—¡No tienes elección, tú serás mío! —tras gritar esto pateó el suelo y se dio la vuelta volviendo.—La mataré si i
La emperatriz esperaba a Estefan mientras miraba hacia la entrada.—Déjenlo pasar —dijo al percibir su presencia.—¿Qué le dijeron? ¿Sabe de Elizabeth? —preguntó Estefan al entrar sin saludar.—No sabe nada, pero no tardará en encontrarla y eso será por tu culpa —dijo sin más la emperatriz.—Lo sé, adiós —se dio la vuelta ya que sabía que la emperatriz tenía razón, ella tenía su olor el cual salía de casa poro de su piel —¡maldición! Estaba lleno de ira, todo estaba bien y transcurría de maravilla hasta la llegada de Yesenia. Aunque esa chica era una molestia nunca pensó en matarla.Yesenia al salir del despacho siguió hacia la salida del palacio. Quería encontrar a aquella mujer destinada del hombre a quien deseaba y desaparecerla.—No podré encontrarla —se quedó pensativa —No creo que Estefan hubiera dejado su marca en ella. Pero ¿y si lo hizo? —sonrió ya que sabía muy bien quien se acercaba y siguió su camino.Estefan tras ella daba pasos largos, ella continuaba caminando tratando
Elizabeth en la mansión estaba ajena a lo que ocurría en el palacio al igual que todos en el reino, era normal escuchar rumores pero como la llegada de Yesenia no fue oficial nadie lo sabía. Aparte de la forma en la que llegó, los preparativos de la boda los tenían sumamente ocupados.Llegó a pensar que Estefan iría a la mansión el día anterior pero eso no pasó. Ahora no sabe si es porque se arrepintió del matrimonio o porque sabía que no sería bienvenido.Estaba con su madre y sus hermanas en el jardín, espera que la duquesa se pueda relajar y no organice nada más, siente que lo que ha hecho hasta ahora está bien, tiene todo lo necesario.Su padre volvió a salir en compañía de sus hijos y cuñados, quizás no está tan estresado ahora pero igual no quiere perder la forma a pesar de su edad.—El duque no ha vuelto —dijo Samira, quien siempre anda con su lengua larga, Elizabeth la miró con reproche. —¿Qué? —pregunto confundida.—Ahora que lo nombraste, seguro aparece —su corazón palpitó c
Elizabeth miraba a Estefan con molestia, osea, ella se estaba acostumbrando a su nueva vida y ya una mujer quería matarla por un hombre que ella no escogió, siente que su mala suerte está en pleno apogeo.—No es gracioso lo que dijiste —le recrimina al verlo sonreír mientras la miraba —no hice nada para merecer esto, tu… —lo señalo con su dedo —me amenazaste y ahora una loca enamorada de ti quiere matarme.—Eso no pasará, ya envié a buscar a su padre para que se la lleve, seguro llegará mañana. Y nosotros en sólo 2 días estaremos lejos.—Igual eso está mal. ¿Y si escapa? —Ella no sabe quién eres, aún no se lo he dicho y nadie en el palacio lo ha hecho. Cuando estés en el ducado no podrá tocarte.—Tú… —se detuvo al sentir que traían los platillos, los colocaron en la mesa.—Calmate, prometo que si intenta dañarte no dudaré en cortarle el cuello —vio como el mesero se alejaba y agarró una cuchara y acercó una sopa a el —por ahora solo disfrutemos de la comida —tras decir esto llevo un