Jade McCain.Abro los ojos mirando el techo blanco de la habitación, no recuerdo lo que pasó, solo sé que escuche un llanto y ya nada. Intento sentarme, pero me duele el vientre bajo, observo un poco la habitación privada y me encuentro con la escena de Oriel cargando a un bebé, mis sentimientos se revuelven dentro de mi pecho al ver como lo pasea por la habitación, miro a mi lado encontrando al otro bebé bien dormido, su manta es azul, por lo que me da a entender que Oriel tiene a la niña.Siento mi garganta seca, me quejo un poco al querer tomar el vaso de la mesita, miro hacia Oriel que ya me ha mirado, se acerca por completo a mí, deja a la niña en la cuna de cristal junto a su hermano y me da un vaso con agua.— ¿Te duele algo? — pregunta mirando, tomo agua en silencio, se queda sentado en una silla a un lado de la camilla, no sé que fue lo que pasó, pero lo veo preocupado.— ¿Pasó algo? — pregunto sin dejar de mirarlo a los ojos, me esquiva la mirada y se pone a ver a los gemelo
Oriel Moreau.Salgo de la habitación de los gemelos, observo la hora que da el reloj del pasillo y suspiro viendo que da las 1 de la madrugada, camino hacia el cuarto de Olivia en donde duerme bien, luego al cuarto de Jade en donde no la encuentro, frunzo el ceño y entro a la habitación intentado buscarla, es ahí cuando sale del baño y me mira confundida, suspiro.Aunque hace unos días me pidió perdón, hemos estado alejados y eso puedo entenderlo un poco, no pensaba dar ningún paso, solo ayudarla con los niños que apenas tienen días de nacidos y ayudarla a ella porque casi la pierdo, aunque ella lo tome mucha importancia en lo que sucedió por estar en coma esos 3 días.— ¿Pasa algo? — pregunta acercándose a la cama, niego suspirando.— Nada, descansa, los gemelos lograron dormirse hasta ahora — asiente y me retiro de ahí, me había tomado un año sabatino en la empresa para dedicarme a nuestros hijos, aunque la castaña no quiera que lo haga, pero lo hago porque quiero estar cerca de ell
Jade McCain.6 meses después.Miro el cuerpo tendido en aquella camilla de hospital, han pasado ya 6 meses desde que la impostora que se hacia pasar como la madre de Oriel nos amenazara en el cobertizo de mi casa, la cual ya no vivo, desde entonces, los médicos intentaron salvar la vida de Beck cuando este recibió un disparo en el pecho salvando mi vida por alguna razón que desconozco.La puerta de la habitación vip se abre haciendo que mire al rubio entrar con un bolso con algunas cosas, aunque ambos seguimos normales por nuestros hijos, han pasado cosas y roces entre ambos, pero a pesar de estos meses, hemos estado en nuestras cosas, al igual que estar pendiente de que Beck despierte alguna vez.—¿Estás cansada? — me pregunta pasándome una botella de jugo de naranja que tomo sin rechazarlo.— Estoy bien, ¿Cómo te ha ido este mes? No nos hemos visto mucho y siento que los gemelos pueden olvidarte en cualquier momento por tu ausencia… — digo mirando la botella sin ser destapada aún.—
Oriel Moreau.Observo la puerta de la habitación de Beck, después de 6 meses en coma luego de enfrentarnos a mi supuesta madre, pasaron muchas cosas, pero ahora lo que realmente me importa es que Beck ha despertado por fin, no he podido dormir ni descansar bien desde aquel día, pero al menos me siento tranquilo sabiendo que mi padre y su amante están tras las rejas y lejos de la ciudad con una condena de 50 años, suficiente como para vivir tranquilo por un tiempo.En cuanto a Jade, las cosas no han avanzado para nada desde que Beck había caído en coma, pero al menos se volvió a mudar conmigo, aunque ahora no nos vemos como creí que nos veríamos gracias al trabaja, a venir hacia la clínica y hemos estado ocupado en estos 6 meses que no he podido encontrar la oportunidad de arreglar las cosas con ella y eso me vuelve totalmente loco.— ¿En serio se despertó? — escucho unos pasos apresurados hacia a mí, miro a la castaña mirarme esperando la respuesta a su pregunta, asiento y mira hacia
Jade McCain.6 años después.Me estiro en mi lugar sacando toda la pereza acumulada en mi cuerpo al ver que había terminado después de largo meses en una pintura, escucho la puerta cerrarse y me levanto para salir del cobertizo que Oriel hizo en casa, la misma casa que vine por primera vez, hubo muchos arreglos, hasta se hizo un tercer piso para más espacio.— ¡Mamá! — miro hacia la puerta de la cocina en donde camina en dirección a mí, Olivia y tras de ella, Oriel, al parecer discuten sobre algo serio por como lucen sus rostros.— ¿Qué sucede? — pregunto acercándome a ellos, ambos se miran y Olivia suspira.— Me tengo que ir este fin de semana a Canadá para la competencia de karate y papá no me quiere dejar ir porque van puros muchachos — me explica, lo escucho quejarse y la rubia lo mira de pronto — No me interesan los hombres en esta etapa importante de mi vida, papá, por Dios — se aleja de nosotros entrando a la casa molesta, lo miro a la cara sin creer lo que he escuchado.— Tien
Jade McCain.La mujer frente a mí me mira esperando que tome el sobre que ha dejado sobre la mesita, solo trago saliva y lo tomo revisando su contenido que era nada más que fotos de Oriel en la cama con otra mujer, ambos desnudos, alejo las fotos de mi vista sintiendo un sabor amargo.— Como tu suegra, te aconsejo que lo dejes, eres joven, cariño, no deberías dejar que mi hijo te engañe de esta manera, puede ser ciego, pero sigue siendo hombre — no la miro a la cara, pero veo que pone un documento sobre la mesita junto a un lapicero — Encima de eso, mi hijo pidió el divorcio, ya sabes, al parecer no le pareces satisfactorio para él… no arruines tu vida con un matrimonio largo…Mis manos temblaban sin motivos, la rabia me consumía poco a poco, y los recuerdos de los últimos 6 meses de matrimonio en el que he vivido en la casa de los Moreau han sido un infierno cuando Oriel se iba por algunas semanas.Yo lo amo, yo no sería capaz de dejarlo, pero si él quiere el divorcio, se lo daré.—
Jade McCain.Camino de un lado a otro sin creer que habrá un nuevo jefe y nadie de la empresa lo sabe aún, porque como siempre el jefe prefería decírmelo primero a mí, pero eso no importa ahora, lo que importa es que perderé el empleo y no podré mantener a mí ni a Olivia, ni sus clases de valet, ni a Chester y sus galletas.La puerta se abre y veo a Andrews, el secretario del vicepresidente.— Andrews, nos van a echar, perderé mi trabajo, moriré y luego… — me pega en la frente con su dedo dejándome callada.— Calma, tenemos una reunión en unos minutos en donde se cambiaran los puestos de Malcolm con el nuevo jefe — asiento respirando con calma — Así que tienes que estar allá, no se va a acabar el mundo, Jade — asiento respirando tranquila.Salimos de la oficina y entramos a la sala, me quedo parada a un lado del señor Malcolm quien solo sonríe mientras que los demás jefes de cada departamento se miraban confundidos por la reunión de improvisto. Claro, quien no estaría así, más yo que
Oriel MoreauLa veo retirarse de la oficina y sonrío un poco más.Esperanza es una mujer interesante, no creí que la volvería a ver después de que me tiró el té encima en aquella cafetería, vaya suerte tengo de encontrar aquí como mi secretaria.Danielle entra y me mira acercándose, se sienta frente a mí, me quito los lentes de sol para mirarlo mejor.— Por poco descubre que no estoy ciego — suspiro, el castaño mira hacia la puerta para luego mirarme.— Sigo sin entender por qué haces creer a todo el mundo que aun estás ciego, hace 2 años que te operaste, Oriel — miro hacia el ventanal.— Tengo cosas que descubrir, Danielle, sobre todo tengo que seguir fingiendo para descubrir quien ha estado poniendo en crisis la empresa que mi abuelo dejó, sobre todo, saber quién asesinó a Gabrielle — lo veo mirar hacia otro lado — Tu hermano fue un buen hombre que estuvo a mi lado todos estos años, incluso él sabía quién era mi esposa — miro los lentes.— Entiendo… empiezo a comprender a donde quie