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Una pesadilla premonitoria

   Hacer el trote no fue difícil, al menos no para mi, si vi muchos cansados, Andrea de por sí estaba distraída, admiraba que Andrea intuyera muchas cosas, conmigo tanteaba todas las posibles causas con la mirada, comprendía mi preocupación y eso en parte a veces me incomodaba, claramente quería decirlo yo mismo, pero no quería decirle que me preocupaba en si para no asustarla.

   Al llegar allí mire a Andrea, sus ojos brillaban como una niña cuando va al acuario por primera vez, yo ya lo había visto antes y había escalado antes en lugares de entrenamiento, sabia la historia de la madre roca y era increíble, cuando nos llamaron también llamaron a subir una pareja recién casada, la mire atenta y admito que le dije *esos seremos tu y yo en unos años*.

La vi sonreír y subir a mi ritmo, me era increíble como tanteaba las piedras y subía de manera firme, muy poco miraba abajo, pero la voz de la chica llamo su atención y hizo una seña para bajar, a veces las mujeres necesitan apoyo de otra mujer para tener más seguridad; La espere arriba y ver cómo la ayudaba me había dejado embobado, solo pude sonreír.

   Cuando bajamos todos nos felicitaron y la pareja alejada de Andrea me dijeron: tu esposa es muy amable, dale las gracias de nuestra parte.

   Le iba a corregir pero ellos habían optado por solo pasear y dejar el entrenamiento; la oí hablar con Kindi sobre Liliana y pude sonreír porque sabía que Kindi quería ser arriesgado y subir a lo loco.

   Reí mientras decidí hablar con el Sensei, me explico que si Kindi tenía calma podría mejorar aún más, ya que al escalar activaría varias partes de otros músculos, que no los preocupamos ya que era temporal, mientras miraba como felicitaban a Liliana dije

   Elías: -pensativo- Sensei, cree que sea buena idea comprar más pomadas, por si le llega a doler la pierna.

   Touya: -mira fijo a Kindi- no es mala idea.

   Salí un rato para llamar a Damián y pedirle el favor, el igual dijo que compraría varias cosas por las dudas, le agradecí y volví de nuevo donde Andrea; nos mostraron de un nivel intermedio y mis ganas de escalarlo eran grande, a Andrea le pasaba igual, así que asentí y empezamos a subir, sabes que es querer subir acelerado pero si subes muy rápido pierdes, ese era nuestro reto.

   Claramente a ambos nos costó, pero todos estaban fascinados, bajamos entre risas porque había sido un empate, nos halagaron porque sabíamos cómo mantener el ritmo y la calma, que parecíamos un matrimonio, si ella se movía yo me movía, de manera inconsciente, luego de allí fuimos a la gran roca.

   Nos explicaron que allí las aberturas no eran fáciles, a veces uno mismo debía buscar un buen soporte. Como la de todo el equipo la más experta era Liliana accedió en subir y tantear terreno; logro subir a más de la mitad y Andrea para estar atenta va al frente, pero cuando vi a Liliana algo curioso me hizo pararme al frente, ya Andrea subía con pasos lentos pero pisaba y agarre firme, cuando llegó donde Liliana nos preocupo, pero luego de bajar explicó que había tenido un calambre.

   Mire fijo a Andrea y su cara mostraba una seriedad enorme, sentía que algo andaba mal, la vi mirar a los rededores y se equipo a prisa para subir, Kindi hizo entrar a Liliana para que se cuidarán y se refugiaran, Damián llegó rápido, pero no entendía que pasaba, ver que subía a la mitad y miraba a los lados, subió otro poco y bordeo la roca para ver los demás.

   Luego de verla bajar me asusté y la abracé fuerte, me explico que sentía algo raro, mientras entrábamos al carro con Damián explicaba lo que sentía, admito que como lo explicaba parecía una película, pero no podía dar nada por sentado o descartado de golpe; sentí que tal vez era efecto de las pesadillas y aún tenía esa sensación.

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