Aura rompía la quinta hoja en una hora, prueba del cúmulo de emociones que la atosigaban en aquel momento y culpables de su nula inspiración.- ¡Condenado Fernando!.- Lanzó la bola de papel al cesto de la basura con furia, imaginando que era la cara de Fernando la que se unía a la inmundicia.Todo se había jodido por culpa de la aparición de Fernando y la lame botas de Aurora y al final, por seguridad, ella y Alexein habían decidido regresar mejor a la mansión y tuvieron que cancelar la reservación que Dafne con tanto esmero, les había hecho en un restaurante de lujo.No le dolía haber perdido los exquisitos manjares de aquel lugar. Lo que realmente la tenía furiosa, era que había perdido la oportunidad de estar al lado de Alexein siendo simplemente ellos, sin lo que ser socios y empleados implicaba.Lanzó la libreta contra el escritorio frustrada, con las ganas de ir a buscar a Fernando y darle su merecido bullendo en su interior.- ¡Ya mujer!. ¡Terminarás lastimando a alguien si no
Alexein registraba las grabaciones de aquel día por milésima vez, tratando de descubrir si alguien había estado husmeando dónde no debía, pero nada fuera de lo normal.Paró la cinta de reproducir frustrado y tomó una botella de agua, la cuál se empinó como si con ello pudiese bajarse el mal sabor de boca.Estaba molesto y frustrado y no sólo por aquel problema que tantos dolores de cabeza le estaba causando, sino también por el fracaso total que fue su primera cita con la castaña.Quería que ella se abriera a él completamente, pero para ello, él también debía demostrarle su confianza en ella. Pero por lo visto ahora había un problema más en la lista.¿Lo peor?. Tenía miedo de lo que Aura podría llegar a decidir y él como el buen cobarde que era, había buscado poner distancia para evitar escuchar algo que no quería.Sacó del interior del bolsillo de su pantalón el relicario que la chica le había obsequiado para su cumpleaños. Siempre lo llevaba consigo, como un tesoro de valor incalcul
Aura estaba sentada en su habitación, con gesto enfurruñado.Después de aquella caja enviada a su oficina, todos los días llegaba una nueva sin falta y aunque no quería mirar el interior siempre lo hacía, pues una nueva fotografía ya fuese de ella o de los niños estaba ahí, con mensajes pertirbadores.No tuvo más opción que contarle a Dafne parte de lo que pasaba, pues el miedo de que algo malo pudiera pasarle a los niños a manos de ese psicópata la estaba torturando.Lo que nunca se imaginó es que ella también sería incluida y ahora, Bastian Lamprou había ordenado que dos guardaespaldas estuvieran a cargo se su seguridad.- ¿Seguirás molesta?.- Alexein miraba a la chica divertido.- Pues no sé que reacción esperaban de mi parte.- Aura respondió molesta.- Estoy harta de tener personas que estén pendientes incluso de si respiro o lanzo un gas, o si estornudo.- Es por tu bien cariño.- Alexein la tomó del brazo y la haló hacia él.Cuando Dafne le informó la decisión tomada por su abuelo
Acariciaba aquella vieja fotografía con delicadeza, sus ojos teñidos de melancolía, recordando aquel pasado que aunque lejano, seguía doliendo con la misma intensidad.Todo era tan perfecto, pero precisamente por ser perfecto se terminó en un efímero segundo.Casandra lloró, sintiendo el peso de las emociones ahogandola, sintiendo que nuevamente su mundo se reducía a cenizas, al ver al hombre que amaba al lado de aquella que alguna vez, llamó mejor amiga.- Casandra, ¿Está bien?.- Idalia entró a la oficina de su jefa, socia y amiga, quien raras veces aparecía en el restaurante.La pelirroja no respondió, pero tampoco fue necesario: Idalia sabía perfectamente lo que pasaba, por eso prefirió ir a ver como estaba.- Deberías dejarlo ir ya. Él tomó su camino y eligió ser eternamente infeliz a su lado, a luchar por el amor que siempre se tuvieron.- Idalia cerró la puerta de la oficina y se posó junto a la mujer.- Lo sé, pero a pesar del tiempo, sigue doliendo como el infierno. Además, yo
- ¡Esa maldita zorra!. ¿Cómo consiguió ser la favorita del señor Lamprou?.- Aurora caminaba de un lado a otro desesperada, cómo león enjaulado.- Es su amante. ¡Sí, seguramente es su amante!. ¡Claro!, ¿Por qué no?. El viejo aún mantiene lo suyo y Alexein sería quien completara el trabajo que él no puedo, eso es.Aurora se encontra despotricando en el despacho de Fernando fuera de sí. Había regresado junto al hombre a España, pues después de ver que ahora la castaña contaba incluso con guardaespaldas privados y ya no dependía de la compañía de Dafne, se dieron cuenta que acercarse a ella era casi misión imposible.Estaba furiosa porque, ¿Qué tenía ella de especial que incluso el patriarca Lamprou y su querida nieta estaban dispuestos a todo con tal de protegerla?. Pero no era eso lo que más le dolía.Lo que más dolía en su corazón era ver que incluso Alexein estaba dispuesto a enfrentarse hasta las últimas consecuencias a Fernando con tal de protegerla. Ella lo tenía hechizado por com
Dorian miraba hacia todos lados con impaciencia, buscando entre aquella marea de cabelleras, a una flameante pelirroja, pero esta no apareció.Por lo visto ese día había decidido no ir a supervisar el restaurante.Suspiró decepcionado, dándole un largo sorbo a su café, cuyo aroma y sabor gritaba Casandra a todo pulmón.Miró la hora en su reloj: las 11:00 de la mañana. Ya se había retrasado 15 minutos y ya comenzaba a impacientarse. La impuntualidad nunca había sido algo tolerable en su entorno.Echó un último vistazo a todo el lugar con evidente fastidio y fue hasta entonces que notó al hombre que ya tan bien conocía ingresando al lugar.Alzó su mano para llamar la atención y este no tardó en encaminarse en su dirección.- Lamento la tardanza señor Lamprou.- El hombre dijo apenas llegó a este.- Pero descubrí información de última hora y no quería entregarle detalles inconclusos.Dorian asintió, mientras hacia señas a una camarera.- ¿Deseaba algo más señor?.- La joven preguntó amablem
Caliope se paró en medio del pasillo y miró la espalda rígida del hombre que se encontraba apoyado en la barandilla de aquel balcón.Si silueta elegante y porte sofisticado lo hacian parecer un ser que no era de este mundo y aquella postura sólo acentuaba el aire de misterio y peligro que siempre estaba a su alrededor.El sueño que nunca podría ser suyo... Eso era Dorian Lamprou.Dos personas obligadas a convivir desde la infancia. Dos amigos que compartieron sus juguetes y sus sueños, sus dulces y sus anhelos, pero que nunca compartieron los mismos sentimientos.Ella se enamoró de él perdidamente, pero él... Él ya le había entregado el corazón a aquella dulce y hermosa pelirroja.Creyó que podría recuperar su corazón con el tiempo, ¿Pero cómo podría recuperar algo que nunca fue suyo?.Porque sí. A pesar de sus mentiras, de todas las artimañas usadas para separarlos, el corazón de aquel hombre jamás latiria por ella.Sus manos se cerraron en puños, hasta que las uñas se clavaron en su
Aura observaba a través del cristal de la ventana de su oficina, sentada con su cuaderno en las manos, mientras sus ojos seguían el trayecto de las pocas nubes que adornaban el cielo, con sus manos trazando líneas sin cesar en el papel.Su mente era caótica, y sus emociones se desbordaban como un río sin cause, chocando como olas sin piedad contra su frágil cordura.Y los trazos en el papel, eran reflejo de el caos que reinaba en su interior. Los matices rojos, grises y negros, predominaban en cada diseño, mientras que las formas de cada creación, dejaba al descubierto aquel lado salvaje y vulnerable imposible de ver a primera vista.Un suspiro frustrado brotó de sus labios y los pensamientos intrusivos volvieron a adueñarse de su autocontrol: estaba al borde del abismo y la tentación de lanzarse era tan fuerte, que estaba viendo todos sus planes irse en picada.- ¡Quita esa cara larga mujer!, Las primeras sesiones siempre son las más difíciles.- La voz de Dafne resonó en el lugar.A