Caliope se paró en medio del pasillo y miró la espalda rígida del hombre que se encontraba apoyado en la barandilla de aquel balcón.Si silueta elegante y porte sofisticado lo hacian parecer un ser que no era de este mundo y aquella postura sólo acentuaba el aire de misterio y peligro que siempre estaba a su alrededor.El sueño que nunca podría ser suyo... Eso era Dorian Lamprou.Dos personas obligadas a convivir desde la infancia. Dos amigos que compartieron sus juguetes y sus sueños, sus dulces y sus anhelos, pero que nunca compartieron los mismos sentimientos.Ella se enamoró de él perdidamente, pero él... Él ya le había entregado el corazón a aquella dulce y hermosa pelirroja.Creyó que podría recuperar su corazón con el tiempo, ¿Pero cómo podría recuperar algo que nunca fue suyo?.Porque sí. A pesar de sus mentiras, de todas las artimañas usadas para separarlos, el corazón de aquel hombre jamás latiria por ella.Sus manos se cerraron en puños, hasta que las uñas se clavaron en su
Aura observaba a través del cristal de la ventana de su oficina, sentada con su cuaderno en las manos, mientras sus ojos seguían el trayecto de las pocas nubes que adornaban el cielo, con sus manos trazando líneas sin cesar en el papel.Su mente era caótica, y sus emociones se desbordaban como un río sin cause, chocando como olas sin piedad contra su frágil cordura.Y los trazos en el papel, eran reflejo de el caos que reinaba en su interior. Los matices rojos, grises y negros, predominaban en cada diseño, mientras que las formas de cada creación, dejaba al descubierto aquel lado salvaje y vulnerable imposible de ver a primera vista.Un suspiro frustrado brotó de sus labios y los pensamientos intrusivos volvieron a adueñarse de su autocontrol: estaba al borde del abismo y la tentación de lanzarse era tan fuerte, que estaba viendo todos sus planes irse en picada.- ¡Quita esa cara larga mujer!, Las primeras sesiones siempre son las más difíciles.- La voz de Dafne resonó en el lugar.A
- No sé por qué pero desde que te enamoraste pareces alguien distinto.- Daniel miraba al hombre frente a él con una sonrisa pícara y burlesca.- Nunca creí que podrías sonreír tantas veces en un sólo día.- Tú siempre estás sonriendo como idiota cuándo estás cerca de Dafne y yo nunca te he dicho nada.- Alexein contraataco, mientras tecleaba en la computadora sin parar.- Yo siempre he sido una persona alegre y optimista, con una sonrisa siempre lista para ser obsequiada, a diferencia tuya que siempre parece que te has comido una caja de limones.- ¿Por qué carajos sigues aquí?. Tienes tu oficina, ¿No?.- Alexein miró al ojiazul con una ceja alzada, tratando de descifrar aquella mirada tan poco común que desde hacia algunos días acompañaba a Daniel a todas partes.- Es más divertido venir a fastidiarte.- Daniel sonrió inocentemente.- Además, si he venido es porque encontré algo que puede interesarte.El ojiazul puso una carpeta sobre el escritorio de Alexein, desviando la atención de est
- ¿Qué te preocupa tanto cariño?.- Alexein preguntó al ver a la chica con la mirada perdida en un punto inexistente, mientras mantenía la mano apretando el lápiz entre sus dedos.- Hay demasiado silencio.- Aura respondió en un susurro, sin desviar sus ojos de dónde miraba.- ¿A qué te refieres?.- El ojigris se removió en su asiento, inquieto ante el tono empleado por su novia.- Fernando ya me encontró... No entiendo porque aún no actua.- ¿En serio te preocupa que no te busque?.- Alexein la miró sin entender, mientras una punzada de celos azotaba su pecho con violencia.- No lo entiendes...- Aura susurró, dejando el lápiz sobre su libreta, dirigiendo su mirada hacia él.- Fernando sólo guarda silencio cuando los peores pensamientos e ideas sacuden su cabeza. Él... Él nunca se queda de brazos cruzados y cuando lo hace, es porque algo catastrófico está planeando.Alexein guardó silencio y la miró. La inquietud se reflejaba en su rostro y la incertidumbre ofuscaba su semblante.Quería d
Alexein se paseaba de un lado a otro presa de los nervios y la ansiedad.La ambulancia no había tardado en llegar y habían trasladado a Aura a uno de los mejores hospitales de la ciudad, el cual, era uno de los beneficiados por Grupo Lamprou.La habían atendido de emergencia, pero hacia ya más de tres horas que la habían ingresado al quirófano para extraer la bala y aún no tenían noticias.- ¡Alexein tranquilizate!.- Dafne se acercó hasta el ojigris y posó su mano en el hombro de este.- Va a estar bien, ya verás.Alexein no respondió.Lo creería si la castaña no se hubiese desmayado a medio camino debido a la pérdida de sangre.- ¡¿Dónde está mi sobrina?!.- Alexein se giró y una punzada de dolor le atravesó el alma, al ver a Casandra hecha un desastre.- Aún no hay noticias muchacha, pero estoy seguro que estará bien.- Bastian le sonrió, pero la mueca de preocupación en su rostro no desapareció.- ¿Y los niños nani?.- Ya están en casa mi niña.- Casandra respondió.- Les explique un po
- ¡Son unos malditos imbéciles!, ¡Quería que mataran a ese tío, no a mi mujer!- Los hombres temblaron ante la ira de Fernando.- ¡Ya hombre!. Nadie sabia que ella se atravesaria por salvarlo.- El italiano rodó los ojos hastiado y molesto ante el arranque del español.- En otra vez haz tu el trabajo si crees que lo harás mejor.Fernando se calló de golpe ante la peligrosa mirada del hombre. Aunque la ira aún seguía bullendo en su interior, sabía que no debía provocar a aquel ser desalmado.Se encontraban en el despacho del español, pues el italiano había ido a tratar ciertos negocios con este y justo estaba por irse cuando uno de sus subordinados, encargado de aquel trabajo había llamado informando sobre la situación.- Ahora si me retiro Fernando.- El hombre se puso en pie.- Espero que ya tengas listo lo que te pedí.- Por supuesto Cassano. Te llevaré tu obsequio en un momento.- Fernando respondió sin emoción.- ¡Quita esa cara hombre!, La bella donna está con vida, sólo fue un roce. C
Un pitido incesante le taladraba la cabeza.Sentía sus párpados pesados y su cuerpo como si pesara el doble.La luz se colaba a través de la piel lastimando sus pupilas, pero su cuerpo exigía a gritos que abriera sus ojos.Imágenes dispersas, flashes de momentos que no recordaba con claridad, empezaban a pasar cómo una película de mala calidad en su cabeza, borrosas, irreconocibles... Pero algo si era claro: aquel bang que aún le estremecia las entrañas.Hizo un último esfuerzo y cerró sus ojos con fuerza al sentir las fuertes luces del lugar dañando sus pupilas.Se mantuvo así un momento y luego volvió a abrirlos despacio, para que sus ojos que aún veían borroso debido al impacto poco delicado de la luz, se fueran acostumbrando poco a poco a la claridad.Los recuerdos se volvieron más nítidos entre la bruma de su mente aún aturdida y entonces lo recordó todo: los disparos, la camioneta, los hombres con pasamontañas y el dolor en su costado.Miró a su alrededor con parsimonia y sintió
En un hospital, pero a kilómetros de Grecia, una mujer se encontraban en una camilla.Sus ojos miraban sin ver, un punto fijo en la blanca pared que se distorsionaba entre las lágrimas silenciosas que acariciaban sus mejillas.La enfermera que en ese momento se encontraba monitoreando que todo estuviera bien, la miró con un deje de lástima que no pudo ocultar, al verla tan sola, tan perdida... Tan rota. - Descanse y si todo va bien, mañana estará de alta.- La mujer le sonrió, tratando de darle ánimos, pero ella no respondió.- ¿Mi bebé está bien?.- Preguntó al cabo de unos minutos, posando su mano en el vientre con cariño.- Sí, pero le recomiendo reposo.- ¿Puedo viajar?.- Sí, por supuesto.- Respondió la enfermera de nuevo.- Pero como ya os he dicho: debe guardar reposo y mantenerse tranquila. El feto está estable, pero no por eso puede confiarse.Mariana simplemente asintió. Ya sabía lo único que le importaba saber.La enfermera suspiró, antes de salir y cerrar la habitación.Mari