Lealtad Perdida

En un hospital, pero a kilómetros de Grecia, una mujer se encontraban en una camilla.

Sus ojos miraban sin ver, un punto fijo en la blanca pared que se distorsionaba entre las lágrimas silenciosas que acariciaban sus mejillas.

La enfermera que en ese momento se encontraba monitoreando que todo estuviera bien, la miró con un deje de lástima que no pudo ocultar, al verla tan sola, tan perdida... Tan rota.

- Descanse y si todo va bien, mañana estará de alta.- La mujer le sonrió, tratando de darle ánimos, pero ella no respondió.

- ¿Mi bebé está bien?.- Preguntó al cabo de unos minutos, posando su mano en el vientre con cariño.

- Sí, pero le recomiendo reposo.

- ¿Puedo viajar?.

- Sí, por supuesto.- Respondió la enfermera de nuevo.- Pero como ya os he dicho: debe guardar reposo y mantenerse tranquila. El feto está estable, pero no por eso puede confiarse.

Mariana simplemente asintió. Ya sabía lo único que le importaba saber.

La enfermera suspiró, antes de salir y cerrar la habitación.

Mari
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