Después de colgar, Teresa miró a Harvey disculpándose y dijo en voz baja: “Me temo que no podré invitarte a tomar hoy, Harvey. Algo sucedió, y tengo que encargarme de eso ahora mismo”.

Solo por la llamada telefónica, Harvey supo que era algo urgente.

"¿Qué pasó? Cuéntame sobre eso. Quizás pueda ayudar”, preguntó Harvey inconscientemente.

La cara de Teresa cambió ligeramente. Luego llevó a Harvey a la suite presidencial y le sirvió una taza de agua.

“Realmente no es nada tan serio”, dijo Teresa, suspirando.

“Establecí mi propia empresa que se enfoca en negocios de importación y exportación”.

"Esta vez, importamos té rojo de alta calidad a Las Vegas".

“Por razones históricas, la gente aquí adora el té rojo. Es por eso que las ventas de té rojo han sido bastante buenas”.

“Luego, colaboramos con una pequeña empresa aquí respaldada por la familia Hamilton”.

“No hubo ningún problema durante las primeras etapas de la colaboración. De hecho, ya pagaron el treinta por ciento del pago”.