El hombre a cargo de la casa de subastas no era el único en entender que Harvey estaba aquí para crearle problemas a Hector al explotarle las cosas en la cara. Todos en el salón entendieron eso.

Como Harvey podía participar en la subasta, nadie podía obligarlo a salir.

Su aparición dio a muchos una sensación de expectativa. Aunque no se atrevieron a desafiar a Hector, eso no les impidió ver la diversión desde una distancia.

Harvey caminó hacia la primera fila con indiferencia y se sentó casualmente. Sólo había un asiento entre él y Hector.

Hector no se molestó en mirarlo. Estaba ocupado jugando con su teléfono.

En cuanto a Sakura Miyamoto, su mirada se posó en Harvey. Había una pizca de frialdad en sus ojos coquetos.

¿Cómo podía no saber quién era Harvey?

Sakura había actuado en su contra varias veces, pero aun así apareció ileso en la casa de subastas. Esto fue suficiente para explicar muchos problemas.

“¡157 millones de dólares a la una!”.

Aunque la subastadora dudaba un poc