“Ahora, te estoy dando una última oportunidad. Entrega al guardia de seguridad y rómpete un brazo y una pierna de tu elección en diez minutos. Una vez que hagas eso, ¡te dejaré libre!”.

"Si todavía estás con los humos subidos después de diez minutos, ¡no me culpes por lo que suceda después!".

Después de su discurso, Steve Lee se sentó casualmente en el sofá, luego cruzó una pierna sobre la otra mientras miraba a Harvey York con los ojos entrecerrados.

Cuando las hermosas secretarias miraron a Steve, sus ojos brillaban con asombro.

¡Este era el gran personaje legendario, el legendario Director Ejecutivo dominante!

¡Este era el hombre que podía ganar cualquier batalla con una planificación cuidadosa!

Y comparado con él, Harvey no era más que una basura muy pobre.

Harvey se rio entre dientes mientras veía el espectáculo.

“Parece que eres un poco más inteligente que tu hermano muerto. Al menos sabes que necesitas fuerza en números para pelear contra mi...”.

Steve respondió con cal