La cara de Steve Lee estaba tan hinchada como la de un cerdo. Estaba gritando furiosamente mientras su boca y nariz sangraban profusamente.

¡Era un prodigio extremadamente conocido en el País J, experto en literatura y destreza en el combate!

¡También era el último discípulo del maestro de taekwondo en esos tiempos!

¡El hijo del representante de Chaebol Estrella!

Sin importar la perspectiva, seguía siendo un gran personaje con un gran estatus.

Pero en ese momento, era solo un perro ahogándose frente a Harvey. Había agotado todas sus fuerzas para luchar.

Lo más importante era que si Harvey usaba cualquier movimiento legendario contra Steve, él definitivamente admitiría la derrota.

Pero Harvey solo estaba usando la palma de su mano.

'No me importa cuán sofisticados o terroríficos sean los movimientos de Steve’.

‘Iré hacia él con bofetadas en la cara’.

‘Lo importante es que él no puede bloquearlos aunque quisiera. ¡Esquivarlos también está fuera de discusión!’.

¡Paf!

Con otra